El Espíritu Santo y la elección del nuevo Papa
Confío que cuando esta reflexión vea la luz, ya tengamos nuevo Papa, pero no voy hablar de eso, porque para ello, hay gente mucho más informada que yo y en cualquier sitio encontramos múltiple información de todos los colores y sabores…
Lo que sí me ha hecho reflexionar es el papel del Espíritu Santo. Todos los cardenales hablaban del Espíritu como si dependiera de él la elección de este nuevo Papa, como la paloma que se posa en sus cabezas y elijen porque él lo ha decidido sin más…En ningún momento se han planteado escuchar a la comunidad católica el por qué de los problemas actuales de la Iglesia, o la democratización de estas estructuras ya impropias del siglo XXI entre otras muchas cosas, de eso debe de ser que no les habla el Espíritu… También entiendo que su edad y formación es lo que les hace seguir recurriendo a lo misterioso y mágico para poder seguir ratificando su poder o tranquilizar sus conciencias.
Podrían empezar por afrontar la historia de la Iglesia como algo humano y no como si fuera Dios quien lo ha designado y cuyos resultados y responsabilidad nos corresponde a todos los católicos.
El gobierno de la Iglesia se les sigue otorgando a personas ancianas de las que no dudo en ningún momento de su capacidad y sabiduría, pero que ya les resulta difícil poder hacer frente a los desafíos que estas funciones requieren, Así lo admitió en su momento Benedicto XVI.
Con esta situación se sigue constatando una vez más, que la Iglesia sigue siendo el clero y autoridades, a quienes el Espíritu les ha dado el poder de elegir un nuevo sucesor de Pedro. Los fieles solo tiene que rezar para que el Espíritu escoja el mejor y digan eso de: “habemus Papam”
Recordemos que el Espíritu sopla donde quiere. No podemos ser su dueño porque sigue siendo esa savia que se hace presente en la Misericordia con el hermano, en la mesa compartida, en la justicia con el pobre que tiende la mano y que ni ellos ni nadie pueden apoderarse de Él.
Ojalá que el nuevo Pontificado nos traiga una unidad de las Iglesias, cercanía con el pueblo, dejando a un lado las normas y reglas para dar paso al amor y la justicia, algo en lo que parece que Francisco está dispuesto a trabajar.
Siento que es un Papa cercano con el pueblo y quiero seguir esperanzada de que las personas que elija de confianza, le permitan seguir actuando con la misma sencillez que le ha caracterizado hasta ahora.
Que Dios le de las fuerzas e inteligencia suficiente para llevar la barca de Pedro, con lo que ello significa en estos momentos.