Hay corazonada, pero ¿hay corazón?
Ante estas declaraciones de nuestros representantes, yo me pregunto: ¿quizá (y sin quizá) es más importante, invertir el dinero en las olimpiadas que atender a tantas familias que hoy se encuentran en la cola del paro con un futuro incierto? Mostrar a Madrid como “la mejor ciudad” arrinconando “todo lo que molesta” no es la mejor decisión. En esta sociedad consumista que hemos creado, todo lo que no produce, no vale, por lo tanto, hay que desecharlo…
Las olimpiadas serán pan para hoy y hambre para mañana. ¿Qué pasará con todos los millones que se invertirán en instalaciones, hoteles y demás? Después, como tantas cosas, quedarán arrinconadas sin un uso alternativo porque la demanda será menor que la oferta.
Se nota que nuestros políticos no conocen lo que es la incertidumbre de un trabajo o la preocupación por sacar adelante una familia. Ellos siempre tendrán su futuro y el de los suyos solucionado, pero muchos de nuestros hermanos no.
Ojala Madrid se convirtiese en la primera ciudad en dar ejemplo de solidaridad, y acogida, entendiendo que es mejor ser una ciudad con un mínimo de bienestar social, con las necesidades básicas cubiertas de todas las personas que dar la imagen de ser una maravillosa ciudad cuando tiene mucho que desear. Estos serían los verdaderos juegos olímpicos que necesitaríamos y por los que tendríamos que apostar.