La globalización y el ser humano
Este hecho también nos invita a reflexionar sobre el ser humano, el prójimo, mi hermano, en definitiva. Acercarme al sufrimiento de otras ciudades o países, poder poner rostro a quien independientemente de donde hayan nacido, son hermanos nuestros dentro de este mundo globalizado al pertenecemos.
San Juan nos dice: “Amaos unos a otros. Reconocerán que sois mis discípulos si sois capaces de tener caridad unos con otros” (Cap. 13), pero ¡qué grande nos queda esta palabra! CARIDAD. Sin embargo es a lo que constantemente se nos está invitando. Recordemos que el amor de Dios se hace presente en el hermano, en el compartir, en el cuidar, en la solidaridad, algo de lo que todos somos responsables. No podemos delegar sin más en los gobiernos porque aunque es deber suyo, pero también lo es nuestro.
Esto se consigue solo cuando trabajamos codo a codo con las personas, no cuando miramos desde la barrera. Cuando conocemos la realidad del sufrimiento y dolor, aprendemos a mirar y no solo a juzgar. No olvidemos que las injusticias siempre vienen provocadas por sufrimientos anteriores. Cuando alguien agrede, delinque se droga etc no es por casualidad, sino por un pasado lleno de sufrimiento, incomprensión y dolor.
Denunciemos por tanto éstas injusticias porque ellas son las responsables de una sociedad llena de abusos y desequilibrios…