Decía el Papa Francisco no hace mucho: “un pueblo que no respeta a los abuelos, es un pueblo sin memoria y por tanto, sin futuro” y que de verdad tienen sus palabras…
Hoy día vivimos un momento en el que las personas mayores no cuentan para nada. Bueno quizá tenga que rectificar, egoístamente, sí empiezan a contar porque son los que están poniendo sus pensiones encima de la mesa para sacar adelante a sus hijos y nietos. Hoy muchas familias pueden seguir comiendo gracias a los abuelos.
Toda la vida luchando, peleando por sacar adelante a sus hijos y cuando pueden empezar a vivir y descansar, tienen que volver a ocuparse no solo de sus hijos, sino también de sus nietos.
Los abuelos son el mayor tesoro, aquellos que los tienen, bien pueden sentirlo como tal. Son la sabiduría, la experiencia, la historia de nuestro pueblo, son los transmisores de la herencia de la vida. Solo hace falta mirar sus ojos, sus arrugas signo de vida y de lucha, sin embargo hemos construido una sociedad en la que todo aquello que no produce no sirve, lo arrinconamos, molesta y así nos va…
Aprendamos a valorar lo que tenemos, a cuidar, a escuchar porque repito: SON NUESTRO MAYOR TESORO. Acojámoslo como tal.