Seguro que en más de una ocasión habéis oído decir: “¡aprovecha ahora que eres joven porque no tienes las mismas responsabilidades y libertad con 15 que con 40 años!” y puede que sea verdad, pero que, a mi parecer, creo que solo en parte.
Pienso que la verdadera libertad solo te la ofrece el paso de la vida. Como el buen vino: cuanto mas añejo, mejor… cuanto mas vives, mas aprendes hacerlo, porque cada día, vas conquistando un poquito más, aprendes a valorar, a saber afrontar las luchas y problemas que la vida te pone delante y a saber proceder ante ellos.
Cuando uno actúa desde dentro, desde lo que siento, no desde el que dirán o para que me vean. Cuando eres capaz de conquistar esa libertad de espíritu interior, hace que eso transcienda a tu día a día, a tu vida.
Estoy segura que sabemos reconocer cuando una persona vive desde la libertad de espíritu, desde su convicción interior y así lo hizo Jesús de Nazaret, así lo hizo Monseñor Romero y tantos otros que conocemos… Pero es importante también que sepamos utilizar la palabra libertad con responsabilidad. Que la cuidemos sin olvidar su fin, que es la generosidad y el compromiso para trabajar por un mundo más humano, justo y menos egoísta.