Pensareis que lo he escrito mal, o que me he equivocado en el enunciado, pero por experiencia, tengo que compartiros, que estoy en lo cierto.
Siempre he tenido muy claro que según como tú te expreses o sientas sobre los demás, es lo que te define a ti como persona. Algo tan sencillo pero cotidiano por nuestra personalidad.
Cuando uno sabe acoger lo positivo de los demás (todo ser humano tiene más de positivo que de negativo), es porque se siente bien consigo mism@. Es una persona feliz, noble y emocionalmente estable. Sin embargo cuando solo nos fijamos en la “puntilla”, estamos pendientes de cómo puedo criticar o sacar lo peor del otro, nos daremos cuenta, si somos capaces de paramos a pensar (algo que nos suele costar), que vivimos a disgusto con nosotros mismos, aunque no lo reconozcamos. Algo que sucede la mayoría de las veces pero no somos conscientes.
Aquellos que solo ven lo negativo de los demás, suelen ser personas narcisistas, infelices, con trastornos de personalidad, a pesar de que se nieguen a aceptarlo.
Cuando alguien sabe valorar a los demás, no solo nos ayuda a conocer más al otro, sino también a poder conocer nuestro estado emocional. ¿Nos hemos parado a reflexionarlo alguna vez?