¿Qué sucede cuando morimos?

El mes de noviembre siempre ha sido un mes asociado a los difuntos, pero cuando hablamos de muerte ¿qué nos viene a la cabeza?: perdida, dolor, ausencia, incomprensión…
La vida es imprevisible, nadie sabemos lo que nos sucederá mañana o incluso en cinco minutos. En cuestión de segundos todo puede ser diferente. El ser humano es frágil y a veces lo inesperado nos pesa demasiado.
En un momento determinado la muerte irrumpe de golpe, entonces todo cambia, ya nada es igual. Por eso tenemos que aprender a vivir cada minuto con hondura, con paz, con serenidad, sabiendo que cada día es importante y valorando algo tan grande como es la VIDA.
Cuando eres joven se piensa que ésta es ilimitada y que nunca llegará su final, pero no olvidemos que la muerte no tiene edad. Es aquí donde viene mi pregunta: ¿Es ésta el punto y final o podemos soñar con una vida nueva en plenitud?
Pienso que no debemos de quedarnos entre el nacimiento y la muerte sin más, sino saber experimentar la riqueza de vivir a pleno pulmón.
Cuando alguien nos deja, se marcha de este mundo, pero nunca desaparece para siempre porque su recuerdo estará constantemente latente en nuestra memoria, por lo tanto, nunca desaparece por completo. Es verdad que carecemos de su presencia real o física, pero su vida se prolongará a través de su herencia por días sin término.
Si hay algo importante, pienso que es el Reino de Dios porque se nos da a conocer a todos por igual. La muerte no tiene la última palabra aunque la separación física duela demasiado.
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