Un santo para cada día:28 de abril Santa Juana Beretta Molla. (Santa de nuestros días. Patrona de las embrazadas, que dio la vida para que su hijo naciera)

Santa Juana Beretta Molla: la "meditada inmolación"
Santa Juana Beretta Molla: la "meditada inmolación"

 Nos parece que los santos son algo lejano, cosa del pasado, rodeados siempre de una aureola de misterio, seres distintos y extraordinarios, pero esto no es así y a continuación podemos verlo. Hoy tenemos el ejemplo de una santa “normal y corriente”, una mujer de nuestro tiempo, que con su “meditada inmolación”, como dijo Pablo VI, ratificó una vida confiada en las manos de Dios.

Nació Gianna Beretta en Magenta (Milán) el 4 de octubre de 1922, siendo educada cristianamente por sus padres. Durante sus años de estudio en el Liceo y en la Universidad, se dedica a hacer apostolado en la Acción Católica y en la Sociedad de San Vicente de Paul, con jóvenes y ancianos necesitados.

Obtiene el título de Doctor en medicina y cirugía en 1949, en la Universidad de Pavía y se especializa después en Pediatría, en la Universidad de Milán, prestando su atención a las madres, a los niños y a los pobres.

Su vida es completamente “normal”, le gusta el deporte, sobre todo el esquí y el alpinismo. Toca el piano y disfruta con los conciertos del Conservatorio de Milán. Después de pedirle a Dios que le haga ver dónde está su camino, se decide por el matrimonio. Conoce al ingeniero Pietro Molla y se casan el 24 de septiembre de 1955.

Ella sabía compaginar sus deberes como médico pediatra, con la atención a su hogar, a su esposo y a los 3 hijos que Dios les había concedido: Pierluigi, Laura y María Zita, destacando siempre por su alegría de vivir y su defensa de la vida, a la que ella consideró siempre como un don de Dios.

En 1961 vuelve a quedar embarazada de su cuarto hijo, pero al cumplirse el segundo mes de gestación, recibe una terrible noticia, tiene un tumor en el útero, que hace inminente una intervención quirúrgica. El cirujano le sugiere el aborto terapeútico y la extirpación del fibroma; esto habría salvado su vida, incluso podría haber tenido después otros hijos, pero ella lo rechaza y le pide al cirujano que por encima de todo salve a toda costa la vida del bebé que lleva en su vientre.

Pasa los 7 meses siguientes confiando en la Providencia, como lo había hecho durante toda su vida. Unos días antes de dar a luz ella dice: “Si hay que decidir entre mi vida y la del niño, no dudéis, salvad la suya”.

El 21 de abril de 1962 nace Gianna Enmanuela. A la semana siguiente, entre indecibles dolores fallece ella, el 28 de abril, a los 39 años de edad. Pablo VI en 1973, durante la exhortación del Ángelus, calificó su gesto de “Meditada inmolación”. Fue beatificada por Juan Pablo II el 24 de abril de 1994, en el Año Internacional de la Familia y canonizada por el mismo Papa, el 16 de mayo de 2004. Fue la última canonización que realizó Juan Pablo II.

Durante el tiempo que duró el proceso para su beatificación, tuvo que testificar su esposo, el cual afirmó: ”Jamás creí estar viviendo con una santa; era una persona completamente normal, pero con una gran confianza en la Providencia. Tenía una gran alegría de vivir y siempre defendía la vida” Yo estoy segura que Juana Beretta Molla sigue estando presente en la vida de muchas madres que piensan como ella.

Reflexión desde el contexto actual. Esta gran mujer nos hace ver que la santidad no está solo hecha de signos extraordinarios, está hecha, sobre todo, de la adhesión sencilla y cotidiana a los designios de Dios. Sin duda detrás de muchas personas que consideramos normales se esconde un héroe o una heroína, un santo o una santa, que en cualquier momento pueden salir a flote.  Santa Juana Beretta es una de tantas mujeres que tuvo que enfrentarse responsablemente a la maternidad y nos dejó un emocionado y admirable ejemplo para no olvidarlo nunca.

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