Un santo para cada día: 14 de mayo Santa María Mazzarello (Cofundadora con Don Bosco de las Hermanas Salesianas)
Fue beatificada por Pio XI el 20 de noviembre de 1939 y canonizada por Pio XII el 24 de junio de 1951 y sus reliquias fueron trasladadas a un altar erigido en su honor en la Basílica de María Auxiliadora de Turín
| Francisca Abad Martín
Se vivían los tiempos donde estaba en auge la revolución industrial; pero todavía eran tiempos en que la educación era un privilegio para las clases altas de la sociedad, mientras que los muchachos y sobre todo las muchachas pobres, estaban condenados al analfabetismo y la ignorancia. Fue entonces cuando providencialmente surgieron personas que intentaron remediar la situación hasta donde fuera posible. Una de ellas sería María Dominga nacida el 9 de mayo de 1837 en Mornese, un pequeño pueblo en el Piamonte italiano. Su padre Juan Mazzarello era labrador y su madre Magdalena Carcagno, se ocupaba de atender a la casa y a los hijos, siendo una mujer de gran piedad. Junto a su modesta casita había una pequeña capilla dedicada a María Auxiliadora, oportuna coincidencia de la que se aprovecharía quien, con el tiempo, sería la primera Superiora del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora.
Cuando tenía 6 años sus padres se trasladan a Valponasca, en busca de trabajo. Esa aldea estaba lejos de la población y por tanto de la Iglesia y de la Escuela. A pesar de la distancia nunca dejó de asistir a la Misa y a la Catequesis de los domingos, ni tampoco a la escuela, generalmente acompañada de otros niños y niñas, a los que ella iba repitiendo por el camino lo que habían dicho el sacerdote o la maestra.
Recibió la Primera Comunión el miércoles Santo 4 de abril de 1849 y siguiendo un impulso divino, decidió consagrarse toda a Jesús, sin haberlo consultado con nadie. Su mayor penitencia era que al estar tan alejada de la iglesia no podía asistir con la frecuencia que deseaba.
En 1860 hubo una gran epidemia de tifus y ella se consagró por entero al cuidado de los enfermos, especialmente de algunos que eran parientes suyos. En un mes todos los pacientes estaban curados, pero ella se contagió y estuvo mucho tiempo enferma de gravedad, tanto que temieron por su vida.
Su convalecencia fue larga y penosa. Al quedar tan debilitada ya no podía hacer trabajos fuertes, entonces se le ocurre aprender corte y confección y montar un pequeño taller de costura con su hermana Petronila y reunir a un grupo de jovencitas, a las que no solamente enseñaba a coser, sino que también las instruía en los principios de la doctrina cristiana, tratando de apartarlas de todos los peligros que conllevaba la juventud. Los jóvenes se quejaban porque decían que María “les robaba a las chicas”.
Un día apareció por allí San Juan Bosco, acompañado de muchos de sus alumnos de Turín. Ella acudió a oírle predicar, acompañada de las chicas de su taller. El sacerdote de la localidad, por consejo de don Bosco y con la aportación económica de muchos vecinos del lugar, compró un terreno para edificar un colegio para los chicos y compró también una antigua casita, junto a la parroquia para que María y su hermana Petronila tuvieran más desahogo para atender a las jóvenes. La llamaban casa de María Inmaculada. Formaban ya una pequeña “Comunidad”.
Viendo Don Bosco el entusiasmo de estas jóvenes decidió que el edificio destinado a los chicos fuera para ellas. Él que ya había fundado la Congregación de los Salesianos, pensó que ésta era la ocasión para fundar una rama femenina. Así nacieron las Hijas de María Auxiliadora, más conocidas como Salesianas.
El 8 de agosto de 1875, María Mazzarello, con otras 12 jóvenes, se consagraban por fin, con votos perpetuos al Esposo Eterno. La Casa Generalicia se trasladó después a Nizza Monferrato y allí siguió ejerciendo su maravilloso apostolado. Pero su fin se acercaba. Falleció el 14 de mayo de 1881, recién cumplidos los 44 años.
Fue beatificada por Pio XI el 20 de noviembre de 1939 y canonizada por Pio XII el 24 de junio de 1951 y sus reliquias fueron trasladadas a un altar erigido en su honor en la Basílica de María Auxiliadora de Turín.
Reflexión desde el contexto actual:
“Las Hijas de María Auxiliadora”, conocidas popularmente como las “Hermanas Salesianas”, asociadas al nombre de María Mazzarello, es una de esas instituciones que a pesar de la aguda crisis religiosa por la que estamos atravesando sigue manteniéndose en pie, gracias sin duda a la intervención de su santa cofundadora. Hoy las podemos ver extendidas por todo el mundo, ejerciendo una intensa labor de apostolado con niñas, adolescentes y jóvenes, por medio de la educación cristiana, basada en el sistema preventivo de Don Bosco, cuyo lema sigue siendo el mismo “Dadme almas y llevaos todo lo demás”.