Tiene 45 años de edad y su nombramiento ha sido acogido con gran alegría Monseñor Eloy, el nuevo auxiliar de La Habana: un obispo "anima′o, anima′o"
"Lo que ha sembrado el P. Eloy en estos diez años a su paso por varias comunidades no se trata solamente de semillas, sino que ya suma grandes bosques de personas comprometidas con la Iglesia"
"Los sacerdotes escogidos como pastores son personas alejadas del rigorismo, gente de pueblo que sobresale por su humanidad y cercanía servicial a las periferias sociales"
Julio Pernús corresponsal en República Dominicana
Al sacerdote Eloy Ricardo Domínguez Martínez, o simplemente padre Eloy, como lo conocen sus amigos, la frase "anima′o, anima′o" suele acompañarlo como carta de presentación en cualquier espacio al que llega. Su nombramiento como obispo auxiliar de La Habana lo convierte, a sus cuarenta y cinco años de edad, en uno de los sacerdotes más jóvenes en acceder a este ministerio en el país.
Las dinámicas cotidianas de nuestra sociedad cubana actual generan un estrés que empuja a las personas a construir desde el pesimismo sus modos de proceder. Sin embargo, quienes han tratado al P. Eloy, saben del optimismo que suele inyectar en cualquier proyecto al que se sume. Aun en tiempos de apagones y escasez tangible en el hogar, es difícil no verlo responder, al preguntarle cómo está, "anima′o anima′o".
Servidor de los más necesitados
En Managua, Bauta, San José y El Rincón estalló un jolgorio enorme al conocer que ese párroco de pueblo, al que muchas familias han hecho su hijo adoptivo, ha sido invitado al servicio eclesial como obispo. Lo que ha sembrado el P. Eloy en estos diez años a su paso por varias comunidades, no se trata solamente de semillas, sino que ya suma grandes bosques de personas comprometidas con la Iglesia. Allí han crecido y están sirviendo, sobre todo a los más necesitados, como él ha enseñado con su ejemplo.
Monseñor Eloy tendrá por delante el gran reto de colaborar al crecimiento de la sinodalidad como modo de proceder: reunirse, escucharse, dialogar, orar y tomar decisiones en el camino de la Iglesia cubana. Los equipos que ha acompañado en pastoral juvenil y catequesis a nivel arquidiocesano son testigos de que su accionar siempre ha sido propositivo y marcado por el empoderamiento de los laicos, en los cuales ha encontrado grandes compañeros para el camino.
El Papa Francisco ha impulsado una renovación perceptible en el episcopado de la Iglesia universal, proceso que igualmente seguirá creciendo al interior de la Conferencia Episcopal Cubana con el futuro nombramiento de nuevos prelados. Los sacerdotes escogidos como pastores son personas alejadas del rigorismo, gente de pueblo que sobresale por su humanidad y cercanía servicial a las periferias sociales (enfermos, presos, jóvenes, niños, inconformes, pobres).
Nueva propuesta eclesial
Con estos nombramientos se dibuja una propuesta eclesial que debe servir de mapa a todo el Pueblo de Dios. El reto está en desarrollar un fructífero diálogo intergeneracional al interior del episcopado cubano, pues con Monseñor Eloy se visibiliza el advenimiento al frente de nuestra Iglesia de una generación que no vivió el ENEC en primera persona.
La Iglesia, como pueblo de Dios en Cuba, conoce que no se pueden esquivar las preguntas que lanza la realidad cotidiana sobre su participación social. Por mucho que corra, las dificultades –apagones, desabastecimiento, escasez de medicinas, envejecimiento poblacional, autoritarismo, migración- la alcanzarán. La concluida reflexión sinodal dio a conocer a nuestros obispos, desde la voz de los laicos, algunos de los senderos por los que anhela caminar el pueblo de Dios. Todos estamos atentos a descubrir qué surja tras las asambleas diocesanas y la vuelta a la vida de las comunidades parroquiales locales. Sea cual sea el accionar final, los católicos cubanos, y especialmente la arquidiócesis habanera, saben que cuentan con un obispo "anima′o anima′o" para impulsarla hacia adelante.
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