Los grados en Educación Infantil y en Educación Primaria de Comillas incorporan la "Mención en lengua extranjera: Inglés"
"Este aspecto es sumamente relevante para la inserción laboral de nuestros titulados -añaden fuentes académicas de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales, centro que imparte ambos títulos-, ya que estos graduados serán los primeros que puedan acceder a puestos de trabajo que requieran este tipo de titulación después de la reforma universitaria propiciada por el Plan Bolonia".
Esta ventaja competitiva se une al resto de beneficios derivados de la positiva experiencia que ha supuesto el desarrollo de los grados en Educación Infantil y en Educación Primaria en Comillas, cuyos planes de estudios han confirmado su solidez al culminarse un ciclo completo de los dos títulos.
"Con los planes de estudios de Educación Infantil y de Educación Primaria pretendemos formar un maestro que responda a las necesidades de las sociedades del presente y del futuro, porque los alumnos que se gradúen este curso van a ejercer casi hasta mediados del siglo XXI. Al hacer el plan de estudios pensamos en lo que fuera esencial y constitutivo; en lo que, en el fondo, es ser maestro, sin olvidar lo que tiene que hacer con independencia del tiempo en el que viva: desarrollar plenamente lo que de humanos hay en nosotros. Eso nos llevó a hacer un programa que es heredero, parcialmente, de nuestra antigua Pedagogía, de la que tomamos la formación humanística y científica como elemento constitutivo de la función docente: antropología filosófica, historia de la infancia, historia de la educación?, son materias básicas que nunca un maestro debe abandonar", manifiesta Juan Carlos Torre, Jefe de Estudios de Educación Infantil y de Educación Primaria.
La parte pedagógica supone un cuarto de la formación básica del maestro, y tiene que ver con la tradición jesuita y humanista cristiana, en línea con el desarrollo integral de la persona, incluida la dimensión espiritual y religiosa; un contenido que sirve en todo tiempo y lugar, con las adaptaciones que se requieran. Las otras tres cuartas partes incluyen la respuesta a las demandas actuales, como una buena formación en inglés; el manejo de los recursos tecnológicos y el aprovechamiento de las prácticas para reflexionar. Estos pilares, subraya Torre, son únicos en España. Agrega el Jefe de Estudios que existe un estudio sobre la posibilidad de ofrecer los dos títulos simultáneamente en cinco años, que van a analizar seriamente.
Con cuatro años de carrera los alumnos están preparados básicamente para ser maestros, y el tiempo de prácticas que han hecho, que es muy exigente, equivale a un año entero en un centro escolar. "Un año más -indica Torre- abre mayores posibilidades para formarse. Pero hacerse maestro no es una mera cuestión de contenidos, sino de saber hacer y saber hacer bien y, sobre todo, de ser. Cuatro años son mejor que tres no sólo en términos de cantidad, sino en transformación personal con respecto a la autoconcepción del maestro. Estamos seguros de que nuestros alumnos salen competentes para ser maestros, y que su competencia se verificará en la acción".
"Estos cuatro años me han servido para orientarme y ahora me gustaría especializarme en educación especial", asegura Eva Gras Tirado, que estudia el último curso de Educación Infantil. Eva tenía clara su vocación cuando empezó, y ahora todavía más. "Cuando entré me asustaba ser profesora de inglés, pero ahora no. Me veo totalmente capaz, me he soltado mucho con el idioma y me he sentido a gusto cuando, al principio, para la mayoría era la mayor traba. Y, con todo lo que hemos aprendido en asignaturas específicas, me siento capacitada para ser maestra. La experiencia ha sido muy favorable", resume Eva.
El caso de Jorge Burgueño López, que está en cuarto de Educación Primaria, es un poco diferente. No tenía vocación inicial y venía de otra carrera. "Estos cuatro años me han servido para hacer mi vocación y darle forma. Se me ha abierto un campo de posibilidades, porque ser maestro no es sólo dar clase a niños, sino un aprendizaje para toda la vida. Lo he ido descubriendo en todas mis experiencias, en el intercambio y en la beca. Significa investigar, innovar, estar al día y abrir tu mente a otras cosas. He descubierto el gusto por aprender, y estoy muy contento".
Eva fue de intercambio a Holanda. "Allí están a la orden día la escuela nueva y las nuevas pedagogías, al contrario que en España", dice. Tuvo la oportunidad de estar en un colegio de Montessori. "Aparte de que la cultura holandesa es muy diferente a la española, los profesores son más tranquilos, más formales en algunos aspectos, menos cercanos que en España... Y la universidad también es diferente. Las clases, claro, eran en inglés". Jorge estuvo en San Francisco (EE.UU.). "Más que aprender conceptos y contenidos fue una experiencia de vida que me ha servido para aprender cosas nuevas: una cultura que no es la tuya y un idioma distinto. Tienes que aprender a vivir, y eso te ayuda a madurar con las pequeñas cosas".
Las prácticas han sido una gran experiencia. A Eva le parece que hay que cambiar cosas para mejorar la educación, como que haya menos niños por aula, sobre todo en infantil. Le ha gustado la coordinación y el buen ambiente entre profesores, que no se da en todos los centros, y que haya buena relación con las familias, "algo que nos ha dado mucho miedo y era como un tema tabú". Eva se siente preparada para ejercer, a pesar de la incertidumbre de la primera vez, pero tendrá la ayuda del equipo docente. "Y, sobre todo, tenemos muchas ganas", termina.
Para Jorge "ha sido muy bueno que tuviéramos prácticas desde primero y, año tras año, hemos ido cambiando de centro y de tutor, que ha sido muy enriquecedor para todos. Creo que las prácticas han sido un punto clave en esta universidad?. Jorge, que hizo un voluntariado en un orfanato de Kenia, con un programa del Servicio de Compromiso Solidario de Comillas, también se siente capaz, pero está pensando en hacer el doctorado y estudiar otra carrera".