En su emotivo reencuentro han celebrado misa juntos Benedicto XVI se quedará en Baviera "hasta que termine la vida de su hermano"
Desde que ayer jueves sorprendió al mundo la llegada de Benedicto XVI a Alemania, para visitar a su hermano enfermo, se han ido dando a conocer los detalles de este viaje inesperado del Papa emérito
El pasado miércoles una llamada alertó al ex papa, Joseph Ratzinger, del estado de salud de Georg Ratzinger. "Está mal", le comunicaron
La policía acordona el seminario de Ratisbona, en el que se ha alojado Benedicto XVI. Las calles y plazas cercanas al domicilio de su hermano han sido cerradas al tráfico y hay francotiradores vigilando
La policía acordona el seminario de Ratisbona, en el que se ha alojado Benedicto XVI. Las calles y plazas cercanas al domicilio de su hermano han sido cerradas al tráfico y hay francotiradores vigilando
Desde que ayer jueves sorprendió al mundo la llegada de Benedicto XVI a Alemania, para visitar a su hermano enfermo, se han ido dando a conocer los detalles de este viaje inesperado del Papa emérito. Como ha informado Rosalía Sánchez, corresponsal de COPE en Berlín, el pasado miércoles una llamada alertó al ex papa, Joseph Ratzinger, del estado de salud de Georg Ratzinger. "Está mal", le comunicaron, y el Vaticano organizó el desplazamiento con urgencia, a pesar del estado de alarma.
Con el permiso del Papa Francisco, Ratzinger se trasladó a Baviera acompañado por su íntimo y secretario, una enfermera... Las personas que habitualmente le apoyan y trabajan cuidando, especialmente, de su salud.
Un viaje laborioso
A su edad (93 años), un viaje como el que ha realizado puede poner en peligro la salud del Papa emérito. Quien, sin embargo, no ha dudado en dejar el Monasterio Mater Ecclesiae en el Vaticano y visitar a su hermano, de 96, en el país de origen de ambos.
“Quedó desconsolado en 1991, cuando no llegó a tiempo a despedir a su hermana María en su lecho de muerte. En ese momento dirigía la Congregación para la Doctrina de la Fe y resultó imposible. En esta ocasión estaba decidido a no cometer el mismo error por segunda vez”, han explicado fuentes del arzobispado de Ratisbona.
A su llegada al aeropuerto de Munich, se ha vuelto a complicar el traslado, hasta Ratisbona, de Benedicto -en silla de ruedas-, que esta vez ha sido en ambulancia: “Atendimos el servicio con una de nuestras ambulancias de la Cruz de Malta, porque de otra forma habría sido demasiado arriesgado”, ha declarado la portavoz Alexandra Bengler, de nuevo remarcando los desvelos que está suponiendo el reencuentro del ex pontífice con su hermano.
Asegurándose fundamentalmente de la seguridad de Benedicto XVI, la policía alemana se está dedicando, se ha conocido, a rodear el seminario de Ratisbona, en el que se ha alojado. Las calles y plazas cercanas al domicilio de su hermano han sido cerradas al tráfico y simultáneamente se han colocado francotiradores en los tejados de la zona, para no correr ningún riesgo.
Una estancia sobria
Al contrario que en materia de seguridad, las comodidades durante la estancia de Ratzinger en Ratisbona se han visto limitadas por su voluntaria preferencia a alojarse en el seminario, rechazando el ofrecimiento que le hizo el obispado: una suite 4 estrellas en el hotel "Bischofshof", perteneciente a la diócesis.
Benedicto ha rechazado una suite 4 estrellas en el hotel "Bischofshof", perteneciente a la diócesis
“Intentamos proporcionarle un cuidado discreto pero atento. Nos hace ilusión ofrecerle pequeñas cosas que habrá echado en falta en Roma durante mucho tiempo, como pretzels bávaros o una botella de Kracherl”, dicen fuentes del seminario. Se sabe que Benedicto come por separado, con sus acompañantes, pero los mismos menús que el seminario prepara para los 28 seminaristas que allí viven. El huésped todo lo que desea, según queda patente, es poder pasar tiempo con su hermano de forma segura.
Un reencuentro emotivo
Aunque teñido de amargura, puesto que probablemente sea el último tiempo compartido entre hermanos y también la última visita de Benedicto a su país natal, el reencuentro ha resultado emotivo para los testigos. Que han presenciado, por una parte, las dificultades para comunicarse de los Ratzinger ("Uno escucha mal, al otro le cuesta hablar", admiten desde el obispado), pero por la otra el amor que se profesan y la humanidad con la que, al reencontrarse, han celebrado misa conjuntamente.
Georg y Joseph Ratzinger estudiaron a la vez en el seminario, se ordenaron sacerdotes el mismo día, se comunicaban diariamente y habían planeado jubilarse juntos en Baviera, antes de que Joseph fuera nombrado Papa. 7 años después de su renuncia, Benedicto XVI ha asegurado que no regresará a la Ciudad del Vaticano "hasta que termine la vida de su hermano".
Etiquetas