El purpurado, firmante de las Dubia, lo tilda de "procedimiento completamente inútil" Brandmüller rompe la 'paz' del Consistorio: "El Papa quiere cerrar la boca a los cardenales"

Los cardenales Brandmüller (i) y Burke
Los cardenales Brandmüller (i) y Burke

El cardenal advierte del "peligro de simonía" con el actual colegio cardenalicio y exige "limitar el derecho de voto en el cónclave a los cardenales residentes en Roma"

"Los consistorios desde al menos hace ocho años terminaron sin ninguna forma de diálogo", denuncia Brandmüller, sostiene que "cuanto más graves y urgentes son los problemas de gobierno pastoral, más necesario es el involucramiento del Colegio Cardenalicio"

Tras criticar el modo de renuncia que tuvo Benedicto XVI, "sin el conocimiento del colegio de cardenales que lo había elegido", Brandmüller también denuncia el aumento de número de electores llevado a cabo por Pablo VI, cuya "consecuencia inevitable fue que se crearon cardenales que no tenían experiencia de la Curia romana y, por tanto, de los problemas del gobierno pastoral de la Iglesia universal"

Se rompió la aparente paz que reinó durante el Consistorio extraordinario que ayer concluyó en el Vaticano. Y lo hizo uno de los dos supervivientes, junto al cardenal Burke, de los famosos Dubia, Walter Brandmüller, quien a sus 93 años, tal y como revela Sandro Magister, alzó la voz en el círculo de habla alemán para denunciar que el Papa quiere "cerrar la boca" del colegio cardenalicio.

Durante su intervención, Brandmüller recordó el símbolo del rito de 'apertio oris', o apertura de boca, que ""significaba el deber de pronunciar con franqueza la propia convicción, el propio consejo, especialmente en el consistorio". "Ahora, lamentablemente, esa franqueza es sustituida por un silencio extraño. Esa otra ceremonia, la del cierre de la boca, que seguía a la “aperitio oris”, no se refería a las verdades de fe y de moral, sino a los secretos del oficio", lamenta el clérigo.

"Nunca hubo un debate"

"La experiencia de los últimos años ha sido muy diferente. En los consistorios -convocados casi sólo para las causas de los santos- se repartían tarjetas para pedir la palabra y se sucedían las intervenciones obviamente espontáneas sobre cualquier tema, y eso era todo. Nunca hubo un debate, un intercambio de argumentos sobre un tema concreto. Obviamente, un procedimiento completamente inútil", prosigue el cardenal.

El Papa, con los cardenales de todo el mundo
El Papa, con los cardenales de todo el mundo

"Los consistorios desde al menos hace ocho años terminaron sin ninguna forma de diálogo", denuncia Brandmüller, sostiene que "cuanto más graves y urgentes son los problemas de gobierno pastoral, más necesario es el involucramiento del Colegio Cardenalicio".

Tras criticar el modo de renuncia que tuvo Benedicto XVI, "sin el conocimiento del colegio de cardenales que lo había elegido", Brandmüller también denuncia el aumento de número de electores llevado a cabo por Pablo VI, cuya "consecuencia inevitable fue que se crearon cardenales que no tenían experiencia de la Curia romana y, por tanto, de los problemas del gobierno pastoral de la Iglesia universal".

Francisco reúne a todos los cardenales
Francisco reúne a todos los cardenales Vatican Media

"Consecuencias graves"

"Todo esto tiene consecuencias graves, cuando estos cardenales de las periferias son llamados a la elección de un nuevo Papa", añade el purpurado, quien sostiene que esta situación "facilita las operaciones de los grupos o clases de cardenales para favorecer a uno de sus candidatos. En esta situación, no se puede excluir el peligro de simonía en sus diversas formas".

Por ello, concluye con una polémica propuesta: "Merece una seria reflexión la idea de limitar el derecho de voto en el cónclave, por ejemplo, a los cardenales residentes en Roma, mientras que los demás, también cardenales, podrían compartir el “estatus” de cardenales mayores de 80 años". "En definitiva, parece deseable que se actualice el oficio y la competencia del Colegio de Cardenales", finaliza.

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