Le presentó a Francisco 'Miércoles 15.30 hrs. Memorias de la ausencia', documental de su autoría Fernando Chomali: "El Papa está muy interesado por avanzar en sinodalidad y dejar atrás el clericalismo"
"El Papa está muy esperanzado por el sínodo que se está llevando a cabo en un clima de mucha escucha y oración"
"Al Santo Padre le hice entrega de una copia del documental de mi autoría 'Miércoles 15.30 hrs. Memorias de la ausencia' (que será presentado en enero en Roma)"
"Se entristeció mucho cuando le conté que recientemente nos quemaron dos capillas de sectores pobres de nuestra arquidiócesis y la diócesis de Linares"
"El Papa a los 86 años está muy atento, como buen pastor, a lo que pasa en el mundo y habla con claridad y sin ambigüedades. Obedecer a Dios antes que a los hombres es su lema, sin duda"
"Se entristeció mucho cuando le conté que recientemente nos quemaron dos capillas de sectores pobres de nuestra arquidiócesis y la diócesis de Linares"
"El Papa a los 86 años está muy atento, como buen pastor, a lo que pasa en el mundo y habla con claridad y sin ambigüedades. Obedecer a Dios antes que a los hombres es su lema, sin duda"
"El Papa está muy esperanzado por el sínodo". Así es como ha visto Fernando Chomali, arzobispo de Concepción (Chile) al Papa Francisco, en una larga audiencia privada que le concedió. Esperanzado y "muy atento a lo que pasa en el mundo". Y, lógicamente, comentaron la situación de Chile: la conmemoración de los 50 años del golpe militar o las recientes quemas de capillas, "con lo que se entristeció mucho". El prelado también le entregó al Papa "una copia del documental de mi autoría 'Miércoles 15.30 hrs. Memorias de la ausencia' (que será presentado en enero en Roma)".
¿Con qué sentimientos salió de la audiencia con el Papa?
Salí con un sentimiento de mucha paz y esperanza de la audiencia de 40 minutos que me concedió el Santo Padre el jueves 5 de octubre a las 9 horas en el Vaticano. Lo percibí muy atento a lo que acontece en el mundo y en Chile y, además, muy esperanzado por el sínodo que se está llevando a cabo en un clima de mucha escucha y oración.
¿Cómo lo ha encontrado, tanto físicamente como de ánimo?
Me recibió de pie en su escritorio y de muy buen ánimo me invitó a tomar asiento. Muy atento a todos los temas tratados y por cierto muy paternal en sus preguntas y en sus preocupaciones. Le interesaba de sobremanera saber cómo estaban los dos obispos auxiliares nombrados hace un año, mons. Bernardo Álvarez y mons. óscar García. Se río de buena gana cuando le dije que con "harto olor a oveja" y que eran muy queridos por el pueblo de Dios que los conocen hace años y que se sentían muy agradecidos de que a través de ellos se extendiera el ministerio episcopal en la arquidiócesis.
¿Está preocupado por los ataques de los cardenales de las dubbia?
No conversamos sobre el tema de la dubbia pero sí, le expliqué largamente acerca de la conmemoración de los 50 años del golpe militar. Le dije que hubo por doquier un claro reconocimiento a la labor de la Iglesia en Chile en favor de los derechos humanos. Al Santo Padre le hice entrega de una copia del documental de mi autoría "miércoles 15.30 hrs. Memorias de la ausencia" (que será presentado en enero en Roma). Se acordó mucho de la figura del cardenal Silva Henríquez y de todo cuánto él realizó en Buenos Aires en esa época para sacar a tantas personas de la cárcel. Le dije que ese reportaje salió de las entrañas de una herida que sigue abierta y que la Iglesia quiere ayudar a cerrar llamando a dar información sobre el paradero de los detenidos desaparecidos. Le comenté que los obispos habíamos sacado una declaración acerca de los 50 años del golpe que fue aprobada por unanimidad y muy valorada.
Y que en ese sentido agradecíamos los nuevos nombramientos episcopales que han sido muy bien recibidos por el pueblo de Dios y nos va abriendo puertas para seguir anunciando el Evangelio en un clima de mucha comunión y respeto.Le informé con mucho detalle la labor realizada por la oficina de prevención de abusos de la Arquidiócesis y de la transversalidad de su trabajo en materia de prevención, recepción de denuncias, investigación y reparación. En conjunto coincidíamos en la necesidad de seguir avanzando por ese camino con convicción y fuerza.
¿Está ilusionado con el Sínodo de la sinodalidad o de las mesas redondas?
En relación al sínodo hablamos poco, pero claramente percibí durante la conversación su interés por avanzar en sinodalidad y dejar atrás el clericalismo. Le dije que la falta de vocaciones en Occidente, en general era motivo de una profunda reflexión sobre la relación entre el Pueblo de Dios y los consagrados.
¿Hablaron de la situación de la Iglesia chilena?
Le hice ver con dolor como cada vez se percibe con mayor claridad el vínculo de la droga, el dinero y la violencia en todas sus formas en casi todos los países de América Latina. Ello es grave en sí mismo y que puede traer como consecuencia gobiernos dictatoriales que no respetan los derechos humanos. Ello nos obliga generar todas las instancias posibles para cuidar la democracia y a poner en el centro a la persona. Desde ese punto de vista le hice ver que nuestra Arquidiócesis estábamos muy empeñados en promover el Pacto Educativo Global por ser un camino muy relevante en la formación integral de las personas.
Se entristeció mucho cuando le conté que recientemente nos quemaron dos capillas de sectores pobres de nuestra arquidiócesis y la diócesis de Linares. Un fenómeno claramente inaceptable asociado claramente a la delincuencia común y que responde a un sentimiento muy profundo de falta de pertenencia y ausencia de vínculos afectivos sólidos y horizonte de sentido. Cuando él invita a la fraternidad en sus escritos y en sus palabras da en el centro de la crisis social que vivimos vinculada a un individualismo exacerbado en todos los ámbitos del quehacer social.
¿Está preocupado por la casa común?
El Santo Padre el día anterior había presentado la Exhortación apostólica Laudate Deum en el que le pone un sentido de urgencia a la situación climática que vive el mundo y donde lo que está en juego es la sobrevivencia de la humanidad. Claramente el Papa a los 86 años está muy atento, como buen pastor, a lo que pasa en el mundo y habla con claridad y sin ambigüedades. Obedecer a Dios antes que a los hombres es su lema, sin duda.
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