“Sentimos por él tanto afecto, tanta gratitud, tanta admiración” Francisco: "Que Desde el cielo nos bendiga y nos acompañe. Un aplauso para Benedicto XVI"

Francisco, en la despedida de Benedicto
Francisco, en la despedida de Benedicto

Tras el ángelus, el Papa recordó a los pueblos martirizados por el terrorismo, como Nigeria, por los accidentes, como Liberia, o por las guerras, como Palestina-Israel, Ucrania, Sudán y “tantos otros”

Dirigiéndose a los que tiene intereses en estos conflictos, les pidió que “escuchen la voz de su conciencia”

El Papa Francisco aprovecha la fiesta de la Sagrada Familia, para dar toda una serie de consejos a las familias. El primero y fundamental: la capacidad de asombro ante la propia pareja, ante los padres y ante los hijos. Una capacidad de asombro que, según él, se ejercita demostrando ternura a la pareja, “encontrando tiempo para jugar y esuchar a los niños” o para “maravillarse ante la sabiduría y la serenidad de los abuelos, que hacen que la vida vuelva a lo esencial”.

Tras el ángelus, el Papa recordó a los pueblos martirizados por el terrorismo, como Nigeria, por los accidentes, como Liberia, o por las guerras, como Palestina-Israel, Ucrania, Sudán y “tantos otros”. Y, dirigiéndose a los que tiene intereses en estos conflictos, les pidió que “escuchen la voz de su conciencia”.

 Por último señaló también el aniversario de la muerte de su predecesor, Benedicto XVI, "tras haber servido con amor y sabiduría a la Iglesia”. Proclamó: “Sentimos por él tanto afecto, tanta gratitud, tanta admiración”. Y pidió: “Que Desde el cielo nos bendiga y nos acompañe. Un aplauso para Benedicto XV”.

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Belén vaticano
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Las palabras del Papa en la oración del Ángelus 

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! 

Hoy celebramos la fiesta de la Sagrada Familia de Jesús, María y José. El Evangelio nos los muestra en el templo de Jerusalén, para la presentación del Niño al Señor (cf. Lc 2, 22-40). 

Vemos que la Sagrada Familia llega al templo y allí lleva la más humilde y sencilla de las ofrendas como testimonio de su pobreza. Son pobres. Finalmente, María recibe una profecía: "Una espada te atravesará el alma" (v.  35). Llegan en la pobreza y parten cargados de sufrimiento. Es sorprendente: ¡Cómo es posible que la Familia de Jesús, la única familia de la historia que puede presumir de la presencia de Dios en la carne, en lugar de ser rica sea pobre! En lugar de ser aliviada, ¡parece ser obstaculizada! En vez de estar libre de fatigas, ¡está inmersa en grandes dolores! 

¿Qué dice esto a nuestras familias? Una cosa muy hermosa: Dios, a quien a menudo imaginamos más allá de los problemas, aunque útil para eliminarlos de nuestras vidas, ha venido a habitar nuestras vidas con sus problemas. Nos ha salvado así, habitando entre nosotros (cf. Jn 1,14): no ha venido como adulto, sino como un bebé pequeñito en el seno de una mujer; ha vivido en una familia, hijo de una madre y de un padre; allí ha pasado la mayor parte de su tiempo, creciendo, aprendiendo, en una vida hecha de cotidianidad, ocultamiento y silencio. Y no ha evitado las dificultades, es más, eligiendo una familia "experimentada en el sufrimiento", dice a nuestras familias: "Si tienen dificultades, sé lo que sienten, lo he experimentado: mi madre, mi padre y yo lo hemos experimentado, para decírselo también a su familia: ¡no están solos! 

¿Qué puede decir, pues, la Sagrada Familia a nuestras familias? Tomémosla del Evangelio de hoy, que destaca una actitud de José y María: "se asombraban de las cosas que decían de Jesús" (cf. Lc 2,33). La capacidad de asombro puede ser un secreto para llevarse bien en familia. Saber asombrarse ante todo de Dios.  ¿Cómo? Viviendo sencillos momentos de oración en casa, juntos, como invitándolo a estar entre nosotros, y dejándonos así regenerar por la paz y el amor que sólo Él puede dar.

Belén vaticano
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Pero es bueno saber asombrarse también del propio cónyuge, por ejemplo, tomándolo de la mano y mirándolo a los ojos por la noche durante unos instantes, con ternura. Es bella la ternura en el matrimonio. Y luego maravillarse del milagro de la vida, de los niños, encontrando tiempo para jugar con ellos y para escucharlos. ¿Buscáis tiempo para jugar con los hijos, para salir a pasear con ellos? Y maravillarse ante la sabiduría y la serenidad de los abuelos, que hacen que la vida vuelva a lo esencial. A veces, los aparcamos. Son fuente de sabiduría. Y, por último, maravillarse de la propia historia de amor, en la que Dios cree, incluso cuando nos parece que prevalecen los aspectos negativos. 

Que María, Reina de la familia, nos ayude a sorprendernos cada día de lo bueno y a saber verlo en el rostro de los que nos rodean. Saber enseñar a los demás la belleza del asombro.

Saludos tras el ángelus

La celebración de Navidad en Nigeria ha sufrido una gran violencia en el estado de Plateau, con muchas víctimas. Rezo por ellas y sus familias. Que Dios libere Nigeria de este horror.

Y rezo también por todos los que murieron por la explosión de un camión cisterna en Liberia.

Sigamos rezando por los pueblos que sufren a causa de la guerra: el martirizado pueblo ucraniano, el pueblo palestino-israelí, el pueblo sudanés y tantos otros.

Al final del año, tengamos la valentía de preguntarnos: Cuántas víctimas humanas han sido asesinadas en los conflictos armados, cuántas muertes, cuánta destrucción, cuánto sufrimiento, cuánta pobreza.

Que los que tengan interés en estos conflictos escuchen la voz de su conciencia.

Y no olvidemos a los martirizados Royinja

Hace un año, el Papa Benedicto concluía su caminar terrenos, tras haber servido con amor y sabiduría a la Iglesia.  Sentimos por él tanto afecto, tanta gratitud, tanta admiración. Que Desde el cielo nos bendiga y nos acompañe. Un aplauso para Benedicto XVI.

Belén palestino
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