"El Evangelio tiene que inculturarse para poder llegar al corazón de las personas" Monseñor Ojea: “Necesitamos una pedagogía del cuidado que una el cuidado de la casa común con el cuidado de los descartados”
"Los indígenas se han sentido reconocidos en sus culturas, en sus valores ancestrales y nos han hecho a pensar sobre cómo la Iglesia debe hacer la tarea entre ellos"
"La Iglesia se ha puesto al lado de una lucha con muchísimos hermanos de otras confesiones, incluso no creyentes, en una lucha por la defensa del planeta"
"Se han hecho muchas propuestas de los ministerios laicales y religiosos en la región"
"El Papa llegaba más temprano para poder estar a la mano de todos, para poder tomarse un café con quienes lo requerían, poder sacarse fotos con los que le pedían"
"Se han hecho muchas propuestas de los ministerios laicales y religiosos en la región"
"El Papa llegaba más temprano para poder estar a la mano de todos, para poder tomarse un café con quienes lo requerían, poder sacarse fotos con los que le pedían"
Hernán Reyes Alcaide, corresponsal en el Vaticano
El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Ojea, destaca los momentos de “verdadera sinodalidad” que produjo el Sínodo y destaca que la incorporación de las comunidades indígenas “enriquece a la Iglesia de forma poliédrica”.
Religión Digital: ¿Cómo vivió su participación en el Sínodo?
Esta es mi primera experiencia en un Sínodo, y es una experiencia verdaderamente del espíritu Santo. Es la dinámica verdaderamente del Sínodo, en la que primero aparecen las escuchas largas en el Aula, cuando hablamos casi todos los padres sinodales con exposiciones de cuatro minutos, luego con silencios de cuatro minutos para intentar digerir lo escuchado y rezar. Y luego de esta parte en el Aula sinodal nos dividimos en círculos menores, donde en grupos de unos 20 nos hemos reunido en un diálogo mucho más directo, con la posibilidad de intercambiar. Y esto hace que uno vaya escuchando de otra manera. Y hay hay cosas que uno puede entrar pensando de una manera y salir bastante transformado por el pensamiento de los otros.
Partcularmente yo, que vengo de una zona del mundo que está no tan cerca de la Amazonía, si bien tenemos ecos en parte de nuestro país, como la selva chaqueña o el acuífero guaraní en realidad la problemática indígena, la de las comunidades de aislamiento voluntario, la experiencia pastoral riquísima de algunos hermanos míos que algunos saben la lengua aborigen de las comunidades para poder intercambiar con ellas, con una vida sumamente sacrificada, recorriendo distancias muy grandes para poder realizar el tabajo pastoral, me han hecho escuchar de un modo nuevo y salir transformao por estas experiencias, ya que el foco del Sínodo ha sido la Amazonía. La experiencia es riquísima, por lo que estoy muy agradecido al señor y al Santo Padre.
RD: Ya no es Occidente yendo a dar cátedra, sino Occidente yendo a apdrender de estos pastores de la región...
Sin duda, no es solamente escuchar a los pastores, los laicos y las religiosas que han hablado, sino también a los mismos indígenas, que en número importante llegaron al Sínodo y creo que se han sentido reconocidos en sus culturas, en sus valores ancestrales y nos han hecho a pensar sobre cómo la Iglesia debe hacer la tarea entre ellos. Hemos intentado poner nuestro granito de arena colaborando en esta asamblea.
RD: El Instumentum Laboris tuvo una amplia consulta a las poblaciones de esa zona, los pastores del área vinieron también en gran número... ¿es una forma de ahcerlo sentir protagonistas?
Ciertamente. Fueron consultados, y están esperando sobre todo un estado de alianza de la Iglesia con ellos con respecto a sus múltiples reclamos, que tienen que ver con sus derechos a la tierra, que son ancestrales, con el derecho a ser consultados ante determinados proyectos de desarrollo, el derecho a ser respetados en sus creencias y sus culturas, y a poder integrarnos de otra manera. No invadiendo su espiritualidad y su cultura, sino inculturándonos. El Evangelio tiene que inculturarse para poder llegar al corazón de las personas, y en esto fue un verdadero paso adelante.
RD: ¿Y cómo se dio la relación entre lo local y lo universal?
Fue una tensión que se vivió, una buena tensión. El foco era la Amazonía, pero al mismo tiempo el Sínodo se hace en Roma, lo que le da una inmensa visibilidad a la región y es imposible no encontrar ecos de lo que hemos conversado en la Iglesia universal. Esto aparecía continuamente. En las exposiciones de los hermanos de las nueve naciones en las que residen las comunidades de la cuenca del Amazonas, donde hay más de 34 millones de personas viviendo, los pastores enfocaban los temas desde sus experiencias y desde sus lugares de cómo están viviendo la Iglesia y la situación de su gente y sus comunidades. Gente que viene de más lejos, o la misma gente de la Curia romana estaban más interesados lógicamente en el reflejo o en el eco que estas cosas pueden traer en la Iglesia universal.
RD: Uno de los temas en lo que más se vio es el llamado de atención de cómo lo que pasa en la Amazonía puede repercutir en el mundo entero...
Esto para mi fue un gran paso adelante. La Iglesia se ha puesto al lado de una lucha con muchísimos hermanos de otras confesiones, incluso no creyentes, en una lucha por la defensa del planeta, por el cuidado del planeta y la denuncia de las depredaciones desde el punto de vista de la ecología y este daño tremendo que se está haciendo a este ecosistema que va sosteniendo a su vez a otros ecosistemas, por lo que está conectado. Y la Iglesia se ha puesto en una lucha que no tiene retorno por la defensa de la tierra, de agua, del aire, a la vanguardia de la defensa del clima; y al mismo tiempo en la denuncia profética frente a aquellos atropellos y a las faltas a la dignidad de la persona humana y los derechos humanos que se han cometido sobre estas comunidades: la contaminación del agua, la desertificación ante la tala indiscriminada de árboles, las migraciones forzadas a las que se ven sometidos son realmente tremendas. Una enorme cantidad de estos hermanos nuestros llegan a las ciudades totalmente desprotegidos, con situaciones dificilísimas de adaptabilidad, y allí se desarrolla la trata de personas, entran en la prostitución, caen en las adicciones, todo tipo de cosas denigrantes para la dignidad de la persona humana teniendo una cultura y una sociedad que permanece indiferente frente a estos desequilibrios. Toda esta temática que salió en el Sínodo la Iglesia la recoge, la denuncia y va proponiendo distintas alternativas para acompañar mejor estas alianzas.
RD: Esto marca un fuerte componente de lo socioambiental como uno de los focos del Sínodo
Se trataron los temas ambientales, que contaron con los aportes de varios científicos que enriquecieron mucho la sala. Sabemos que el mundo de las ciencias recibió alborozadamente la encícilica Laudato si’, que estuvo constantemente citada en el Aula, ya que en el fondo el Sínodo ha pretendido poner en práctica lo que se plantea allí y dando un primer gran paso para que esta encíclica sea más conocida, difundida y practicada.
RD: También hubo diálogos de lo que sería puertas adentro
Ese fue el primer gran foco, el socioambiental, que se debatió larguíismo tiempo y se le dio una importancia enorme. No es menor que la Iglesia esté hablando de estas cosas, ya que esto nos permite diálogos muy profundos con hermanos nuestros que están en las fronteras de la Iglesia. Y al mismo tiempo hacemos un llamado a la propia Iglesia a tomar muy en serio estas cuestiones que ha planteado el Santo Padre y que estamos planteando en el Sínodo.
Tambien se ha hablado de las comunidades amazónicas, de los ministerios en la Iglesia amazónico. Las posturas sobre estos temas han sido de una enorme riqueza, se le van a hacer propuestas al Santo Padre en esa dirección. Son planteos que se han hecho con mucha seriedad, que vienen de una experiencia misionera muy profunda, y que miran a una mejor evangelizacón de toda la región. Esto tiene que ver con algo que es paradigmático del pontificado del papa Francisco que es la exhortación apostólica Evangelii Gaudium, y como el ser misionero de la Iglesia es la prioridad de la Iglesia. Siguiendo a san Pablo VI en la Evangelii Nuntiandi, el papa Francisco nos va a decir que la Iglesia existe para evangelizar, sino no tiene sentido. La Iglesia no debe estar mirándose para adentro, sino que debe salir, y se enriquece cuando sale. Esa Iglesia es la que hemos mirado en la Amazonía, y en esta perspectiva es que hemos querido repensar los ministerios. Se han hecho muchas propuestas de los ministerios laicales y religiosos en la región.
RD: Se enriquecen como un poliedro...
La riqueza de la catolicidad de la Iglesia, los ritos, las costumbres, que van enseñandonos, incluso con otros ritmos de pensamiento, con otro uso de los textos, de los símbolos, van enriqueciendo la Iglesia católica y nos van enseñando a convivir y a marchar en esta dirección poliédrica que tenemos que aprender a respetar.
RD: Los representantes de los nueve países que componen la cuenca amazónica actuaron como si no hubiera fronteras entre elllos, con las identidades nacionales más diluidas en pos del ser “amazónico”
Esto fue maravilloso, y en parte se debe al trabajo de la Repam, que seguramente adquiera la forma de un consejo episcopal regional para poder llevar adelante las reformas del Sínodo. Y esta reforma estructural es clave. No digo que sea fácil llevar adelante, sino que es pensar a la Iglesia en función de una región, incluso superando el alcance de las conferencias episcopales y darle realce a la red amzónica que tan buen trabajo ha hecho en la etapa rpevia del Sínodo. Los cardenales Hummes y Barreto han trabajado enormemente por el Sínodo. Y es para destacar también la enorme importancia del acompañamiento del Papa al Sínodo: ha estado en todas las audiencias sinodales, solo faltó una mañana porque tenía la audiencia general del miércoles, siempre por una razón de trabajo. El Papa llegaba más temprano para poder estar a la mano de todos, para poder tomarse un café con quienes lo requerían, poder sacarse fotos con los que le pedían, esta cercanía del Papa que dos o tres veces tomó la palabra para animar, para recoger algunas situaciones y que continuamente estaba atento al desarrollo, nos da una exeriencia de lo que es la colegialidad en la Iglesia, animada por este Papa que es el Papa de los Sínodos, orque ha activado los Sínodos, como mecanismos de consulta en la Iglesia que hacen que el tema de la colegialidad sea resaltado. La manera en la que escucha el Papa, las devoluciones que hace dan la pauta de lo que significa una escucha.
RD: ¿Y cómo hacer concretas algunas de estas expresiones que buscan aunar las preocupaciones por la casa común y por el ser humano, poniendo a ambos en el centro?
Con respecto a la tensión entre lo regional y lo que hace a la Iglesia universal, interesa mucho por mi diócesis lo que es la formación y el pensamiento social de Francisco, que une la Laudato si’, el cuidado de la creación y de la naturaleza con el cuidado de la persona, el cuidado social. Pone en un pie de igualdad, una cosa no se da sin la otra. Mi interés es que a partir del Sínodo podamos empeza a pensar cómo generar una “espiritualidad del cuidado” y cómo ir saliendo de un paradigma tecnocrático a un paradigma del cuidado. Tenemos la gracia de que muchísimos jóvenes tienen la sensibilidad sobre los temas ecológicos muy grandes, entonces tenemos que aprovechar esta sensibilidad para poder impregnarla de pensamiento social, para que no solamente se de una lectura “verde” de lo que el papa Francisco y los obispos estamos diciendo, sino que al mismo tiempo se pueda integrar.
Y para eso son extraordinarias las experiencias que nosotros podemos tener con nuestros hermanos que sufren la cultura del descarte. En esas experiencias que nosotros muchas veces hacemos cuando planteamos en la extensión universitaria los trabajos de campo, podemos llegar a tener una relación verdaderamente auténtica, de tú a tú, con los hermanos que sufren este descarte, y así hacer emerger nuestra propia pobreza. Es imposible que sin tocar nuestro propio límite, nosotros podamos dirigirnos a una cultura del cuidado. ¿Cómo trasladamos una profunda experiencia del ciudado, hacerla emerger, y trasladarla al cuidado de la Tierra y de los hermanos? Aquí nos espera un trabajo pedagógico, de transformar un paradigma tecnocrático en un paradigma relacional.
La cultura de la imagen muchas veces nos aleja de la realidad más que acercarnos. Muchas veces podemos seleccionar la realidad, en qué canales y cuándo vemos tal cosa o tal otra, y luego volvemos al individualismo aislacionista de nuestra cultura que nos separa de todo. Este paradigma relacional hace que nosotros volvamos a buscar la riqueza del vínculo, para recuperar nuestra propia pobreza, enriquecer nuestra vida y darle sentido. Es lo que le pasó al buen samaritano, cuando ve al hermano caído se ve a sí mismo. Es la dimensión humana, de encontrarnos con un reflejo del hermano que sufre. Y nos va a ayudar a poder construir esta pedagogía del cuidado que tanto necesitamos.
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