El ex prefecto desvela en 'In buona fede' (De buena fe) sus críticas a Bergoglio Müller "Francisco me dijo 'Tu mandato ha terminado. Gracias por tu trabajo', sin darme ningún motivo"
¿Por qué fue cesado? "Simplemente supongo que el Papa había cultivado con el tiempo una desconfianza hacia los teólogos y académicos alemanes”, explica, achancando este odio a sus años como estudiante en Alemania... y a la intervención de estrechos colaboradores del Papa, como el arzobispo de La Plata, Víctor Manuel Fernández
El alemán también lamenta que "el colegio cardenalicio no puede decir nada contra el Papa, no es un ente autónomo” y critica el consistorio extraordinario del pasado mes de agosto, en el que "no se habló del caso Becciu ni del cardenal Zen" que en su opinión "está sufriendo un tratamiento inexplicable"
"Me dijo sintéticamente: 'Tu mandato ha terminado. Gracias por tu trabajo', sin darme ningún motivo". El cardenal Gerhard Müller no suele tener reparo alguno para criticar al Papa Francisco y su pontificado. De hecho, a lo largo de los últimos años se ha destacado como uno de los grandes opositores a Bergoglio. Sin embargo, desde la muerte de Benedicto XVI, parece que se ha destapado la caja de pandora de las críticas. Gänswein, Zen, Pell (con su memorando póstumo)... y evidentemente, Müller, parecen destinados a provocar constantes movimientos en el actual pontificado.
Ahora, el ex prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe relata, en un libro-entrevista con Franca Giansoldati que saldrá a la venta el 27 de enero con el curioso título de 'In buona fede' (De buena fe), su salida del edificio del ex Santo Oficio, que tuvo lugar en 2017, al día siguiente de la fiesta de San Pedro y San Pablo. Ese día, relata Müller, "el Papa Francisco me abrazó en el sagrado de la Basílica delante de todos, al final de la misa, diciéndome que tenía plena confianza en mi”. Sin embargo, al día siguiente, vino su cese, con las palabras que abren esta crónica.
“Se limitó a añadir que después del verano de ese año encontraría alguna otra tarea para mí. Desde entonces no ha ocurrido nada. Todavía tengo bien presente ese día, porque fue un momento inesperado”, añade el cardenal, que recuerda que "me llamó bastante la atención su cara de suficiencia".
En una indiscreción que, de ser cierta, solo podría atribuirse a su sucesor, Müller añade que "algún tiempo después supe que inmediatamente después de nuestra conversación, prácticamente nada más salir yo de la sala, el Papa descolgó el teléfono para llamar al jesuita Luis Francisco Ladaria".
¿Y qué le dijo el Papa a Ladaria, según el purpurado alemán? "Le dijo que estaba satisfecho de cómo había gestionado el asunto y de que yo hubiera dimitido, y añadió que, por tanto, el camino quedaba libre para que el incario se ladaria. Estaba convencido de que había pensado en este pasaje con al menos dos semanas de antelación mientras yo estaba a oscuras. Nadie me había mencionado nunca algo así".
¿Por qué fue cesado? Müller tiene su propia teoría. "Simplemente supongo que el Papa había cultivado con el tiempo una desconfianza hacia los teólogos y académicos alemanes”, explica, achancando este odio a sus años como estudiante en Alemania... y a la intervención de estrechos colaboradores del Papa, como el arzobispo de La Plata, Víctor Manuel Fernández.
Contra Fernández y Maradiaga
“Haciendo un análisis … me viene a la mente que tres años antes de mi dimisión (…) el Papa tuvo un diálogo iluminador con su amigo teólogo Victor Manuel Fernandez, que le habló abiertamente de la exigencia -para el pontificado- de mandarme a casa (…) porque corregía al Papa, sintiéndome evidentemente superior”, glosa Müller, quien niega la mayor, aunque apunta que "probablemente algunos teólogos latinommericano han tenido que sufrir un complejo de inferioridad" respecto a los teólogos europeos.
“Para algunos teólogos cercanos al Papa estaba peligrosamente cerca a la línea de Ratzinger…” añade el ex prefecto, que también cita a Maradiaga como un crítico del "tono áspero de mi impostación teológica, diciendo públicamenye que el prefecto de la Congregación de la Fe era el clásico profesor alemán incapaz de interpretar la vida real de la gente”.
A lo largo del libro entrevista, Müller desgrana toda clase de temas. Se detiene también en el 'caso Becciu'. En su opinión, el Vaticano "no puede culpar a nadie sin tener las pruebas de su culpa”, y denuncia que el cardenal italiano "ha sido humillado y puesto frente al mundo sin tener posibilidad alguna de defensa" y sin que se respetara su presunción de inocencia.
El alemán también lamenta que "el colegio cardenalicio no puede decir nada contra el Papa, no es un ente autónomo” y critica el consistorio extraordinario del pasado mes de agosto, en el que "no se habló del caso Becciu ni del cardenal Zen" que en su opinión "está sufriendo un tratamiento inexplicable".
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