Francisco recuerda con agradecimiento su reciente visita a Egipto Papa: "Egipto es un lugar de esperanza para los cristianos, tanto en la historia como hoy en día"

(José M. Vidal).- Audiencia general del Papa Francisco, tras su exitoso viaje a la tierra de los faraones, que recordó con agradecimiento. El Papa aseguró que Egipto fue, históricamente y en la actualidad, "lugar de esperanza y de refugio" para los cristianos. También saludó a Polonia, en el día de su fiesta nacional, dedicada a la Virgen.

Lectura del evangelio según Mateo: "Levántate, coge al niño y a us madre y huye a Egipto y queda allí hasta que te avise...Y se refugió en Egipto, donde permaneció hasta la muerte de Herodes...Para que se cumpliese lo que el Señor había dicho por medio de su profeta: 'De Egipto fue llamado mi Hijo'".

Algunas frases de la catequésis del Papa

"Hoy quiero hablar de mi reciente viaje a Egipto"

"Cuádruple invitación"

"Gracias el pueblo egipcio"

"Para que el viaje pudiese ser un signo de paz para Egipto y para toda la región, que sufre por los conflictos y por el terrorismo"

"El Papa de la paz en un Egipto de paz"

"Mi visita a Al Azhar...tuvo un doble horizonte: el del diálogo y la promoción de la paz en el mundo"

"Egipto, tierra de civilización y de alianzas"

"Egipto es sinónimo de antigua civilización, de tesoros de arte"

"La paz se construye desde la alianza entre Dios y el hombre"

"Tal visión de sana laicidad emergió en los discursos con el presidente egipcio"

"Una paz estable, que se apoye no sobre el derecho de la fuerza, sino sobre la fuerza del derecho"

"Con mi querido hermano el Papa Teodoro II...una declaración común de caminar juntos y de empeñarnos en no repetir el bautismo...Juntos rezamos por los mártires de los recientes atentados, que golpearon trágicamente a aquella venerable Iglesia"

"También participó mi querido hermano Bartolomé"

"La misa con los católicos fue una fiesta de fe y de fraternidad"

"Les exhorté a vivir la experiencia de los discípulos de Emaús"

"Hay muchos seminaristas y esto es un consuelo"

"He visto en ellos la belleza de la Iglesia en Egipto"

"Sean sal y luz en aquella tierra y en medio de aquel pueblo"

"Egipto, para nosotros, fue un signo de esperanza, de refugio, de ayuda...Cuando había hambre en aquella parte del mundo, Jacob y sus hijos fueron allí. Cuando Jesús fue perseguido, se fue allí"

"Este viaje entra en el camino de la esperanza. Para nosotros, Egipto es un lugar de esperanza tanto en la historia como hoy en día"

"Gracias a los que hicieron posible este viaje"

"La Santa Familia de Nazaret que emigro a las orillas del Nilo, para escapar de Herodes, bendiga y proteja siempre al pueblo egipcio y lo guíe por la vía de la fraternidad y de la paz"



Texto completo del saludo del Papa en español

Queridos hermanos y hermanas
Deseo hablarles hoy sobre mi reciente Viaje apostólico en Egipto. El lema del viaje era: «El Papa de la paz en un Egipto de paz». El primer día tuve varios encuentros encaminados a fomentar el diálogo entre cristianos y musulmanes, y a promover la paz. Egipto es tierra de civilización y de cultura, y esto nos enseña que la paz se construye mediante una educación integral que comprende la dimensión religiosa y la relación con Dios.

Viví además un signo de comunión con el querido hermano Papa Tawadros II, Patriarca de los Coptos ortodoxos. Renovamos nuestro compromiso de caminar juntos y firmamos una Declaración conjunta, en la que nos comprometemos a no repetir el Bautismo administrado en nuestras respectivas Iglesias. Acompañados también por el Patriarca de Constantinopla, rezamos por los mártires de los recientes atentados; su sangre fecunda el diálogo ecuménico y a toda la Iglesia.

El segundo día estuvo dedicado a los fieles católicos. Los animé a que reavivaran en ellos la experiencia de los discípulos de Emaús. Después me reuní con sacerdotes, religiosos y religiosas y seminaristas. En ellos he visto la belleza de la Iglesia en Egipto y recé con ellos por todos los cristianos de Oriente Medio.
***
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. Que la Sagrada Familia de Nazaret, que emigró a la tierra del Nilo para huir de la violencia de Herodes, bendiga y proteja al pueblo de Egipto; y a todos ustedes les conceda paz y bien en sus vidas. Muchas gracias.


Saludo en polaco

"Un aplauso a la Reina de polonia"

"Sé el gran manto de nuestra nación"

"Sed abiertos y sensibles a las necesidades de los hermanos"

"De corazón, bendigo vuestra patria...¡Viva Polonia!"

Texto completo de la catequesis del Papa Francisco

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Hoy deseo hablarles del Viaje Apostólico que, con la ayuda de Dios, he realizado en los días pasados en Egipto. He ido a este País después de una cuádruple invitación: del Presidente de la República, de Su Santidad el Patriarca Copto ortodoxo, del Gran Imán de Al-Azhar y el Patriarca Copto católico. Agradezco a cada uno de ellos por la acogida que me han reservado, verdaderamente calurosa. Y agradezco al entero pueblo egipcio por la participación y por el afecto con el cual han vivido esta visita del Sucesor de San Pedro.

El Presidente y las Autoridades civiles han puesto un empeño extraordinario para que este evento pudiera desarrollarse en los mejores modos; para que pudiera ser un signo de paz, un signo de paz para Egipto y para toda aquella región, que lamentablemente sufre por los conflictos y el terrorismo. De hecho, el lema del Viaje era: "El Papa de la paz en un Egipto de paz".

Mi visita a la Universidad de Al-Azhar, la más antigua universidad islámica y máxima institución académica del Islam sunita, ha tenido un doble horizonte: aquel del diálogo entre cristianos y musulmanes y, al mismo tiempo, aquel de la promoción de la paz en el mundo. En Al-Azhar se realizó el encuentro con el Gran Imán, encuentro que después se amplió en la Conferencia Internacional por la Paz. En este contexto he ofrecido una reflexión que ha valorizado la historia de Egipto como tierra de civilización y tierra de alianzas.

Para toda la humanidad Egipto es sinónimo de antigua civilización, de tesoros de arte y de conocimiento; y esto nos recuerda que la paz se construye mediante la educación, la formación de la sabiduría, de un humanismo que comprende como parte integrante la dimensión religiosa, la relación con Dios, como lo ha recordado el Gran Imán en su discurso. La paz se construye también partiendo de la alianza entre Dios y el hombre, fundamento de la alianza entre todos los hombres, basado en el Decálogo escrito en las tablas de piedra del Sinaí, pero más profundamente en el corazón de todo hombre de todo tiempo y lugar, ley que se resume en los dos mandamientos del amor a Dios y al prójimo.


Este mismo fundamento esta también a la base de la construcción del orden social y civil, al cual están llamados a colaborar todos los ciudadanos, de todo origen, cultura y religión. Esta visión de sana laicidad ha aparecido en el intercambio de discursos con el Presidente de la República de Egipto, con la presencia de las Autoridades del país y del Cuerpo Diplomático. El gran patrimonio histórico y religioso de Egipto y su rol en la región medio oriental le confiere una tarea peculiar en el camino hacia una paz estable y duradera, que se basa no en el derecho de la fuerza, sino en la fuerza del derecho.

Los cristianos, en Egipto como en toda nación de la tierra, están llamados a ser levadura de fraternidad. Y esto es posible si viven en sí mismos la comunión con Cristo. Un fuerte signo de comunión, gracias a Dios, hemos podido darlo junto con mí querido hermano el Papa Tawadros II, Patriarca de los Coptos ortodoxos. Hemos renovado el compromiso, también firmando una Declaración Conjunta, de caminar juntos y de comprometernos para no repetir el Bautismo administrado en las respectivas Iglesias. Juntos hemos orado por los mártires de los recientes atentados que han golpeado trágicamente aquella venerable Iglesia; y su sangre ha fecundado este encuentro ecuménico, en el cual ha participado también el Patriarca de Constantinopla Bartolomé. El Patriarca ecuménico, mí querido hermano.

El segundo día del viaje ha sido dedicado a los fieles católicos. La Santa Misa celebrada en el Estadio puesto a disposición por las Autoridades egipcias ha sido una fiesta de fe y de fraternidad, en la cual hemos sentido la presencia viva del Señor Resucitado. Comentando el Evangelio, he exhortado a la pequeña comunidad católica en Egipto a revivir la experiencia de los discípulos de Emaús: a encontrar siempre en Cristo, Palabra y Pan de vida, la alegría de la fe, el ardor de la esperanza y la fuerza de testimoniar en el amor que "hemos encontrado al Señor".

Y el último momento lo he vivido junto con los sacerdotes, los religiosos y las religiosas y los seminaristas, en el Seminario Mayor. Hay tantos seminaristas... Y esta es una consolación. Ha sido una liturgia de la Palabra, en la cual se han renovado las promesas de la vida consagrada. En esta comunidad de hombres y mujeres que han elegido donar la vida a Cristo por el Reino de Dios, he visto la belleza de la Iglesia en Egipto, y he orado por todos los cristianos de Oriente Medio, para que, guiados por sus pastores y acompañados por los consagrados, sean sal y luz en estas tierras, en medio a estos pueblos.

Egipto, para nosotros, ha sido un signo de esperanza, de refugio, de ayuda. Cuando aquella parte del mundo estaba hambrienta, Jacob, con sus hijos, se fue allá; luego cuando Jesús fue perseguido, se fue allá. Por esto, narrarles este viaje, entra en el camino de hablar de la esperanza: para nosotros Egipto tiene este signo de esperanza sea para la historia, sea para hoy, para esta fraternidad que acabo de contarles.

Agradezco nuevamente a quienes han hecho posible este Viaje y a cuantos de diversos modos han dado su aporte, especialmente a tantas personas que han ofrecido sus oraciones y sus sufrimientos. La Santa Familia de Nazaret, que emigró a las orillas del Nilo para huir de la violencia de Herodes, bendiga y proteja siempre al pueblo egipcio y lo guie en la vía de la prosperidad, de la fraternidad y de la paz. Gracias.



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