“La actual emergencia del COVID-19 no conoce fronteras”, resalta el Pontífice El Papa se suma al "alto el fuego global e inmediato en todos los rincones del mundo" propulsado por Naciones Unidas
"Nuestro compromiso conjunto contra la pandemia lleve a todos a reconocer nuestra necesidad de fortalecer los lazos fraternales como miembros de la única familia humana”
"¡Los conflictos no se resuelven con la guerra! Es necesario superar los antagonismos y contrastes a través del diálogo y la búsqueda constructiva de la paz”
"Dios no nos creó para la tumba, nos creó para la vida, hermosa, buena, alegre”
"Dios no nos creó para la tumba, nos creó para la vida, hermosa, buena, alegre”
El Papa Francisco se sumó este mediodía al llamamiento lanzado por el secretario general de la ONU para un "alto el fuego global e inmediato en todos los rincones del mundo", al menos durante el tiempo que dure la pandemia. “La actual emergencia del COVID-19 no conoce fronteras” apuntó durante el rezo del Angelus, celebrado, en estos días de confinamiento, en la Biblioteca del Palacio Apostólico. Al final de la oración, Bergoglio salió a saludar desde el balcón a la ciudad vacía.
“Me sumo a los que han aceptado este llamamiento y pido a todos que le den seguimiento deteniendo todas las formas de hostilidades bélicas, fomentando la creación de corredores de ayuda humanitaria, la apertura a la diplomacia y la atención a los que se encuentran en la situación más vulnerable”, añadió el Papa, invitando a que “nuestro compromiso conjunto contra la pandemia lleve a todos a reconocer nuestra necesidad de fortalecer los lazos fraternales como miembros de la única familia humana”.
En particular, concluyó Francisco, “inspirará en los responsables de las naciones y otras partes implicadas un compromiso renovado para superar las rivalidades. ¡Los conflictos no se resuelven con la guerra! Es necesario superar los antagonismos y contrastes a través del diálogo y la búsqueda constructiva de la paz”.
Cárceles saturadas
A su vez, Bergoglio recordó especialmente "a los que sufren la vulnerabilidad, y están obligados a vivir en grupos: en casas de descanso, cuarteles, de modo especial a las personas que están en las cárceles". Durante la pandemia, la situación de saturación en las cárceles "podría convertirse en una tragedia. Pido a las autoridades que sean sensibles y que tomen las medidas necesarias para evitar las tragedias en el futuro".
Antes, durante su reflexión, el Pontífice recordó la resurrección de Lázaro, apuntando cómo “tocamos con nuestras manos que Dios es vida y da vida, pero asume el drama de la muerte”. “Jesús podría haber evitado la muerte de su amigo Lázaro, pero quería hacer suyo nuestro dolor por la muerte de los seres queridos, y sobre todo quería mostrar el dominio de Dios sobre la muerte”, añadió Bergoglio.
La respuesta de Dios es Jesús
Porque, ante el dolor y el sufrimiento, “la respuesta de Dios no es un discurso, la respuesta de Dios al mundo es Jesús: 'Yo soy la resurrección y la vida... ¡Tengan fe! En medio del llanto sigue teniendo fe, aunque la muerte parezca haber ganado'”.
Y es que “Dios no nos creó para la tumba, nos creó para la vida, hermosa, buena, alegre”, por lo que
“Estamos llamados a quitar las piedras de todo lo que huele a muerte: la hipocresía con la que se vive la fe, es la muerte; la crítica destructiva a los demás, es la muerte; la ofensa, la calumnia, es la muerte; la marginación de los pobres, es la muerte”.