"No hay relación con Dios fuera de la gratuidad", recuerda en Santa Marta El Papa lamenta el "daño" que hacen los pastores que se sirven de los fieles
"Prediquen, sirvan, pero no se 'sirvan de'. Sirvan y den gratis lo que han recibido gratis", les recuerda
"La salvación no se compra, se nos da gratuitamente... Dios nos salva gratis, no nos hace pagar"
| RD/AsiaNews
La vida cristiana es caminar, predicar, servir, y no ‘servirse de’. Es dar gratuitamente lo que gratuitamente se recibe de Dios y hace “mucho mal” ver a pastores que comercian con la gracia de Dios. Es lo que dijo el Papa Francisco en la homilía de la misa celebrada esta mañana en la Casa Santa Marta, tomando como punto de partida el pasaje del Evangelio (Mt 10,7-13) sobre la misión de los apóstoles, la misión de todo cristiano, al ser enviado.
“Un cristiano -afirmó- no puede quedarse quieto”; la vida cristiana es “abrirse camino, siempre”, recordando las palabras de Jesús: “Cuando vayan en camino, prediquen, diciendo que el reino de los cielos está cerca. Curen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios”. Esta es, entonces, la misión, y se trata de “una vida de servicio”.
“La vida cristiana es para servir. Es muy triste cuando encontramos cristianos que al inicio de su conversión y de su conciencia de ser cristianos, sirven, están abiertos a servir, sirven al pueblo de Dios, y después terminan sirviéndose del pueblo de Dios. Esto hace tanto mal, hace tanto daño al pueblo de Dios. La vocación es para ‘servir’, no para ‘servirse de’”.
La cristiana, "vida de gratuidad"
La vida cristiana es, por tanto, “una vida de gratuidad”. Siempre, en el pasaje del Evangelio propuesto por la Liturgia de hoy, Jesús dice: “Gratuitamente han recibido, den gratuitamente”. La salvación “no se compra”, “se nos da gratuitamente”, recordó el Papa, subrayando que Dios “nos salva gratis”, “no nos hace pagar”. Y así como Dios ha hecho con nosotros, lo mismo “debemos hacer nosotros con los demás”. Esta gratuidad de Dios es “una de las cosas más bellas” que hay.
“Sepan que el Señor está lleno de dones para darnos. Solamente pide una cosa: que nuestro corazón se abra. Cuando decimos ‘Padre Nuestro’ y rezamos, abrimos el corazón, para que esta gratuidad venga a nosotros. No hay relación con Dios fuera de la gratuidad.
A veces, cuando necesitamos algo espiritual o una gracia, decimos: ‘Bueno, ahora voy a ayunar, haré una penitencia y voy a rezar una novena…’. Eso está bien, pero estén atentos: esto no es para ‘pagar la gracia’, para ‘adquirir’ la gracia; esto es para ensanchar tu corazón, para que la gracia venga a ti. La gracia es gratuita”.
#VaticanNews No hay relación con Dios fuera de la gratuidad. Lo recordó el #PapaFrancisco esta mañana exhortando a ensanchar el corazón para recibir la gracia y para no resbalar "sobre el pago" en la vida espiritual https://t.co/ml32EJ2IQupic.twitter.com/UwrHkswcmp
— Vatican News (@vaticannews_es) 11 de junio de 2019
"Con Dios no se negocia"
Todos los bienes de Dios son gratuitos, reafirmó Francisco, aunque advirtiendo que el problema es que “el corazón se empequeñece, se cierra” y no es capaz de recibir “tanto amor gratuito”. No hay que regatear con Dios; “con Dios no se negocia”. Luego hizo una invitación a dar gratuitamente. Y esta, subraya el Papa, va dirigida “especialmente a nosotros, los pastores de la Iglesia”, “para no vender la gracia”. “Hace tanto daño”, dijo, cuando uno encuentra pastores que comercian con la gracia de Dios: “Yo haré esto, pero esto cuesta tanto, y esto, tanto…”. La gracia del Señor es gratuita y “tú debes darla gratuitamente”.
“En nuestra vida espiritual siempre tenemos ante nosotros el peligro de caer en los pagos, siempre, incluso cuando hablamos con el Señor, como si quisiéramos dar una coima al Señor. ¡No! ¡La cosa no marcha por ahí! No marcha por ese camino. ‘Señor, si tú me das esto, yo te daré esto’, no. Yo hago esta promesa, pero esto me ensancha el corazón para recibir lo que está allí, y que se da gratuitamente a nosotros.
Esta relación de gratuidad con Dios es lo que nos ayudará luego a tenerla con los demás, tanto en el testimonio cristiano como en el servicio cristiano y en la vida pastoral de aquellos que son pastores del pueblo de Dios. Abrirse camino. La vida cristiana es caminar. Prediquen, sirvan, pero no se ‘sirvan de’. Sirvan y den gratis lo que han recibido gratis.
Que nuestra vida de santidad sea este ensanchar el corazón para que la gratuidad de Dios, las gracias de Dios que están allí, que son gratuitas, que Él quiere dar, puedan llegar a nuestro corazón. Que así sea”.
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