"Hay que animar a los desanimados de hoy, que son los curas" Párrocos sinodales argentinos: "Atrevernos a abrir nuevas puertas y ver la creatividad como una fuente del Espíritu"

Párrocos sinodales argentinos
Párrocos sinodales argentinos

"Yo quiero rescatar la universalidad de la Iglesia, porque ha sido maravilloso encontrarse con párrocos de todo el mundo"

"El proceso sinodal se enmarca dentro de un camino de reforma de la Iglesia. Y que también estamos bajo un proceso, y por eso a veces no tenemos todas las respuestas"

"La dificultad que teníamos a veces era en el mismo clero, es decir, entre nuestros compañeros, que a veces se cierran para abrir paso a la sinodalidad y abrir paso a la corresponsabilidad en la misión de toda la iglesia"

"El Sínodo no es una moda, no es un momento, sino que expresa el modo de ser de la Iglesia. No un modo, sino el modo de ser de la Iglesia"

Hola, buenas noches. Estamos acá con los curas argentinos. Estamos terminando. Hola, ¿qué tal? Yo soy el padre Luis Canesín, de la diócesis de Formosa. Mucho gusto a todos. El padre Raúl Frega, de Río Cuarto. Pedro Furnó, de Bahía Blanca. Claudio Galanza, de Formosa. Y el padre Pancho de San Nicolás. Estamos aquí compartiendo la conclusión de este segundo día. Aquí, en este encuentro, Párrocos para el Sínodo. La idea que queríamos compartir con ustedes esta jornada, las vivencias que hemos tenido en el día de hoy. ¿Quién quiere comenzar?

Bueno, en primer lugar decir que lo lindo de este encuentro es la universalidad. En primer lugar, yo quiero rescatar la universalidad de la Iglesia, porque ha sido maravilloso encontrarse con párrocos de todo el mundo. Y el esfuerzo que hacemos todos por comunicarnos, por compartir, por conocernos. Y tratar de usar el medio italiano o lo que sabemos de algún idioma para encontrarnos, compartir. Eso es una gracia. Más allá que después nos hayan separado por idiomas, pero con una riqueza extraordinaria.

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Padre Pancho
Padre Pancho

Compartir los gozos, las alegrías, las esperanzas. Y por qué no decirlo también, los dolores que como párroco tenemos en nuestra condición humana, frágil, pero que deseamos amar a Dios sobre todas las cosas, como lo hacen todos ustedes.

Me sumo a ello, y para no repetir por ahí las mismas vivencias, rescato algunas cosas que me quedaron resonando, sobre todo lo que compartían, lo que aquí se llamaba... los expertos, lo que nos iluminaban. En primer lugar, que el proceso sinodal se enmarca dentro de un camino de reforma de la Iglesia. Y que también estamos bajo un proceso, y por eso a veces no tenemos todas las respuestas, sino que vamos buscando juntos en este caminar lo que el Espíritu quiere decirnos sobre este modo de ser Iglesia.

Y también me impactó una anécdota que habla de que no hay que seguir golpeando puertas que están cerradas, sino atrevernos a abrir nuevas puertas y ver la creatividad como una fuente del Espíritu. Entonces, por ahí desde esa vivencia, sumo esto de la Universalidad de la Iglesia, poder escuchar las diversas resonancias, cómo un mismo tema se va acentuando, depende del contexto cultural y hasta la misma lengua, eso es muy rico.

Cura argentino
Cura argentino

Como lo venimos haciendo en muchos encuentros, asambleas de nuestras diócesis, una de las cosas que nos va a dejar el sínodo de regalo es la metodología de la conversación espiritual. Que durante toda esta mañana y a la tarde, luego de las ponencias de los expertos que hablaba Raúl, ha sido la forma en que hemos querido instalar los diálogos. Eso ha permitido que sacerdotes que no nos conocíamos, movidos por un mismo Espíritu, pudiéramos compartir auténtica y profundamente desde el corazón nuestros gozos, nuestras esperanzas, nuestro grupo de trabajo.

Antes de los dos plenarios volvió a salir como una gran necesidad el deseo que tenemos de aprender a cuidarnos mutuamente. No a cuidarnos, a veces decimos, bueno, cuídate, cuídate, pero no como una autopreservación, autopreservación de la vida, el no gastar la vida, sino el cuidarnos mutuamente en clave de fraternidad sacerdotal.

Bueno, desde mi percepción, lo que a mí también me llamó mucho la atención, un poquito esto también que decía Raúl, de no tocar puertas cerradas, sino atrevernos a ver cuáles son las puertas que Dios quiere abrir en este tiempo, creo que va en la línea de lo que salía en el grupo de trabajo en el que estábamos, que era dejarnos de ver estas estructuras que dice Aparecida y otros documentos del Magisterio Latinoamericano como estructuras caducas.

Cura argentino
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Sino que empezar a ver las nuevas estructuras y que puede ser que en ellas esté también el cansancio del que tanto hablamos muchas veces, que sea un cansancio movido, motivado por buscar siempre las estructuras caducas, las puertas cerradas, insistir, insistir en lo mismo nuestro y que por ahí estamos buscando más nuestra voluntad que la voluntad de Dios y eso hace que no sean fructíferos, que nos cansemos, sino que nos animemos a buscar estructuras, momentos, espacios, tiempos que hagan más liviana la carga pastoral tanto nuestra como de todos los laicos y de todas las personas que se comprometen al servicio de la Iglesia y no cerrarnos siempre en lo mismo de siempre.

Pero algo también muy significativo e importante que pude percibir en este tiempo era que el Sínodo no tiene que ser solamente un tiempo, un momento, un evento dentro de la Iglesia, sino que el Sínodo nos está invitando a ser parte de la Iglesia. Nos está invitando a volver a las raíces, a volver a la esencia de la Iglesia, que es justamente la sinodalidad, no como algo nuevo, sino como algo que tal vez hemos perdido en el tiempo y que hoy el Papa nos está invitando a recuperar.

Cura argentino
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En esa misma línea, el Sínodo no es una moda, no es un momento, sino que expresa el modo de ser de la Iglesia. No un modo, sino el modo de ser de la Iglesia. La Iglesia es así, es una Iglesia que es comunitaria, es una Iglesia que nos permite vivir, es la Iglesia que nos permite hablar, que es comunión, participación en la corresponsabilidad de la misión.

En el compartir juntos, también veíamos los desafíos que teníamos desde nuestro Ministerio presbiteral. Decíamos que en este camino de reforma que está teniendo esta Iglesia, que siempre es la misma pero que está con constante reforma, la dificultad que teníamos a veces era en el mismo clero, es decir, entre nuestros compañeros, que a veces se cierran para abrir paso a la sinodalidad y abrir paso a la corresponsabilidad en la misión de toda la iglesia.

Eso fue común compartir. Y otra de las cosas que me quedaron ahí, un curita uruguayo nos decía a nosotros que no hay que animar a los laicos a vivir la sinodalidad, sino que debíamos animar a los desanimados de hoy, que son los curas. Eso decía el Padre Luis en nuestro grupo y la verdad que fue impactante su explicación.

Cura argentino
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