Dolan y Turkson se postulan; Maradiaga y Scherer se descartan Los "papables" comienzan a tomar partido de cara al cónclave

(Jesús Bastante).- Cuenta la máxima romana que "Quien entra Papa, sale cardenal". A las puertas del cónclave más extraño y relevante de los últimos siglos, con el Papa cesante vivo y marcando de alguna manera el paso a su sucesor, la quiniela de "papables" comienza a estrecharse. Y algunos de los principales favoritos empiezan a mostrar sus cartas.

El cónclave que elegirá al sucesor de Benedicto XVI arrancará entre el 15 y el 20 de marzo, pero el anuncio de Ratzinger ha permitido que desde hace unos días las especulaciones estén al orden del día. El propio Benedicto XVI, en su homilía del Miércoles de Ceniza, marcó el camino a seguir de quien será sucesor, denunciando las "divisiones" en el interior de la Iglesia y reclamando la primacía del servicio frente a la tentación del poder. "No hay que mantener una conducta que busque la aprobación de los demás. Cuanto menos busquemos nuestra gloria personal, más nos acercaremos a Dios", afirmó el todavía Papa.

En el trasfondo, las luchas de poder en el interior de la Curia, con tres elementos a considerar: las posturas del secretario de Estado, Tarcisio Bertone; el decano del colegio cardenalicio, Angelo Sodano; y el presidente del Episcopado italiano, Angelo Bagnasco. Los tres se presentan, junto al cardenal Schönborn, como los principales cardenales electores -quienes postulan candidatos-.

Algunos de los mejor colocados, según los vaticanistas y las casas de apuestas, han comenzado a dar su visión. Han sorprendido los casos de los cardenales de Nueva York, Timothy Dolan; y del presidente del Pontificio Consejo "Justicia y Paz", Peter Turkson, que se han declarado "dispuestos" a afrontar el reto de suceder a Ratzinger. Algo que en principio podría resultar contraproducente, si seguimos el dicho vaticano, pero que en circunstancias como la actual podría denotar una seguridad para hacer frente a los desafíos para los que Benedicto XVI se declaró incapaz de asumir "adecuadamente".

Dolan afirmó estar disponible para cualquier eventual nombramiento, aunque matizó que "es altamente improbable que yo pueda ser tenido en consideración". Por su parte, Turkson fue más allá, señalando que "cuando uno acepta ser sacerdote, uno acepta servir a la Iglesia".

Otros "papables" señalados, en cambio, se han apresurado a apartarse, al menos en teoría de las quinielas. Así lo ha hecho el cardenal de Honduras, Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, quien afirmó con rotundidad que "no me siento apto para ser papa porque es un trabajo sin descanso, donde no hay tiempo para nosotros mismos: todo está concentrado en el bien de la Iglesia". Algo parecido hizo Bagnasco, si bien éste no parece un candidato real. El purpurado de Sao Paulo, Odilio Scherer, por su parte, dio una cambiada señalando que lo importante no era quién fuese el Papa ni de donde procediera, sino si fuera o no capaz de afrontar los retos.

Hasta la fecha, son los "papables" italianos (Scola, Ravasi o Piacenza) quienes han mantenido un perfil más bajo. También el canadiense Marc Ouellet, señalado por algunos como uno de los principales candidatos de un cónclave que, más que en otras épocas de la historia, marcará un antes y un después en la Iglesia católica.

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