La Compañía ya trabaja en la beatificación de quien fuera su general Treinta años sin Arrupe, el "santo" de migrantes y refugiados

Treinta años sin Arrupe, el "santo" de migrantes y refugiados
Treinta años sin Arrupe, el "santo" de migrantes y refugiados

“No me resigno a que, cuando yo muera, siga el mundo como si yo no hubiera vivido”

Arrupe fue, y quiso ser, el "apóstol" del quinto país del mundo: el de los desplazados, refugiados, inmigrantes. Gracias a su impulso, surgió el Servicio Jesuita para Refugiados, que hoy recuerda al religioso vasco con cariño, y trabajando

¿Cuánto de Arrupe hay hoy en Francisco, el primer Papa jesuita de la historia? Mucho. Así lo recordó Bergoglio durante su visita a Japón. Como él, el Pontífice también ha dedicado buena parte de sus esfuerzos por acabar con las armas nucleares

“No me resigno a que, cuando yo muera, siga el mundo como si yo no hubiera vivido”. Tal día como hoy, 5 de febrero de 1991, Pedro Arrupe volvía al padre. El general de los jesuitas, que vivió sus últimos años en silencio y, casi, olvidado por una Roma que había girado al lado oscuro del Concilio, dejaba una huella imborrable en miles de personas, olvidadas por los grandes poderes. Los mismos que hoy, treinta años después, Francisco denomina 'descartados'.

Y es que Arrupe, cuyo proceso de beatificación está siendo cuidado con esmero por el responsable de las causas de la Compañía, Pascual Cebollada, quiso ser, y lo consiguió, el "apóstol" del quinto país del mundo: el de los desplazados, refugiados, inmigrantes. Gracias a su impulso, surgió el Servicio Jesuita para Refugiados, que hoy recuerda al religioso vasco con cariño, y trabajando.

Diez años de silencio, por un derrame cerebral, con una intervención de la Compañía ordenada por Juan Pablo II, que sin embargo no lograron acabar con el legado de Arrupe, elegido general en un año que no pudo ser otra cosa que providencial para la Iglesia: 1965.

Arrupe
Arrupe

Opción por los pobres

Como Superior General de la Compañía de Jesús, trató de implementar el Concilio Vaticano II, y hacerlo fecundo entre los jesuitas, con una idea clara: la opción por los pobres. ¿Cuánto de Arrupe hay hoy en Francisco, el primer Papa jesuita de la historia? Mucho. Así lo recordó Bergoglio durante su visita a Japón. Como él, el Pontífice también ha dedicado buena parte de sus esfuerzos por acabar con las armas nucleares.

Hace justo dos años, se abría la causa de beatificación de Pedro Arrupe. El coronavirus ha impedido que, como deseaba la Compañía, el trabajo fuera más rápido, especialmente después del anuncio de la beatificación de Rutilio Grande. Antes de emprender la ardua tarea de tratar de beatificar a Ellacuría y los mártires de la UCA, los jesuitas están comprometidos en llevar a Arrupe a los altares. Aunque ya está en los de centenares de miles de descartados, olvidados, pobres.

Y, a buen seguro, en el corazón del Papa Francisco, el Pontífice que está haciendo realidad algunos de los sueños de Arrupe. "Me espanta que podamos dar respuestas de ayer a los problemas de mañana. No pretendemos defender nuestras equivocaciones, pero tampoco cometer la mayor de todas: la de esperar con los brazos cruzados y no hacer nada por miedo a equivocarnos". Sea.

"Me espanta que podamos dar respuestas de ayer a los problemas de mañana. No pretendemos defender nuestras equivocaciones, pero tampoco cometer la mayor de todas: la de esperar con los brazos cruzados y no hacer nada por miedo a equivocarnos".

Pedr Arrupe, enfermo  de icuts cerebral, rosario en mano
Pedr Arrupe, enfermo de icuts cerebral, rosario en mano

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