En el país de las prebendas, los obispos no dan ejemplo La epopeya de vigilar solo los intereses y la lucha por la esperanza en Filipina

Manila. Filipinas
Manila. Filipinas

"Por vez segunda, ya no es fiesta nacional en Filipinas el 25 de febrero. Desde que tomó las riendas el hijo del exdictador en junio 2022, esta fiesta que conmemora la expulsión de su familia, el fin del régimen de su padre en aquel año lejano de 1986"

"La gran ironía es que el artífice de aquellos días gloriosos de 1986, Juan Ponce Enrile, a sus 101 años, con casos criminales y civiles pendientes, se olvida de los incontables filipinos que arriesgaron sus vidas en 1986 para protegerlo y a sus hombres del dictador Marcos que estaba dispuesto a eliminarlos todos"

"La epopeya de Enrile y la de muchos filipinos, narra elocuentemente la gran tragedia filipina que se funda en el principio de que en la política no hay personas sino solo fines y medios"

"Los obispos debían haber hablado en su pastoral de conversión de los intereses propios en vez de fanfarronear con una 'revolución de esperanza' pero sin dar medios concretos o sin dar ejemplo como la reunión nacional de la conferencia episcopal en unas instalaciones de lujo al sur de Manila con catering lujoso y logística impecable"

Por vez segunda, ya no es fiesta nacional en Filipinas el 25 de febrero. Desde que tomó las riendas el hijo del exdictador en junio 2022, esta fiesta que conmemora la expulsión de su familia, el fin del régimen de su padre en aquel año lejano de 1986. Es o era la fiesta que se denominaba o sigue denominándose, a pesar de los pesares, EDSA 1986 o EDSA UNO, para diferenciarla de otros intentos de segunda fila de cambiar el gobierno. Esta revisión del calendario festivo nacional constituye uno de los componentes del intento malévolo de reescribir, revisar, ideologizar nuestra historia nacional.

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Y la gran ironía es que el artífice de aquellos días gloriosos de 1986, que duró del 22 al 25, Juan Ponce Enrile, entonces ministro de defensa de Marcos padre sea ahora el consejero para asuntos legales de Marcos junior. A sus 101 años, con casos criminales y civiles pendientes, este eminente abogado y político sigue trabajando y demostrando que el secreto de la longevidad, tanto física como política, es proteger los intereses propios. La única lealtad de Enrile es la de un camaleón, la de cambiar colores y chaquetas. Al parecer él mismo se olvida de los incontables filipinos que arriesgaron sus vidas en 1986 para protegerlo y a sus hombres del dictador Marcos que estaba dispuesto a eliminarlos todos.

The political comeback of Juan Ponce Enrile

La epopeya de Enrile (el gran sobreviviente del Gran Hermano político de este país), y la de muchos filipinos, narra elocuentemente la gran tragedia filipina que se funda en el principio de que en la política (que en esta tierra es el arribismo) no hay personas sino solo fines y medios por los cuales siempre hay jugadores y juguetes, usuarios y los usados. Bien me acuerdo en el 91 a mi profesor de filosofía social en Manila, el P. Máximo Marina O.P., burgalés de nacimiento pero filipino de corazón (de hecho falleció en la capital de este archipiélago hace casi 25 años). Este decía que aquella ‘revolución’ no era como la marxista (era un estudioso del marxismo) sino más bien ‘un cambio de gobierno’. En una conversación privada, mientras fumaba, decía en inglés: ‘same dog, different collar…el mismo perro pero con distinto collar’

La raíz son los intereses egoístas. Desde siempre, la política de este país se ha caracterizado no por ideologías sino por personalidades políticas que encarnan los intereses propios (a veces también de sus devotos) cuya finalidad es la prolongación in saecula saeculorum como dinastías políticas, la encarnación del anticristo en estas tierras mayoritariamente católicas.

Muchos apoyaron el partido unificado (Uniteam) de Marcos Jr. y Sara Duterte, hija del expresidente Duterte, cuyo régimen nefastísimo superó el del dictador de 20 años y que era el reverso total de los ideales de EDSA 1986. Gracias a dinero, propaganda y falsificación, por medio de esta alianza diabólica, ganaron el hijo del exdictator y la hija del exdirigente, que muchos califican como dictador verdugo, que desató una ola de violencia y derramó mucha sangre filipina en una guerra contra las drogas que solo favoreció a sus amigos, según los datos y testimonios que también interesan a la Corte Internacional de Justicia en La Haya.

No cabe duda que era un enlace trágico que permitió el uso y abuso de fondos confidenciales pero que no podía cubrir la rivalidad constante entre dos dinastías que solo aspiran a beneficiarse de las pocas riquezas que quedan en la caja fuerte frágil de la tesorería filipina. El 23 de noviembre del año pasado, la vicepresidente Duterte amenazó con muerte al presidente, a la primera dama y al presidente del congreso (primo carnal de aquel). Era el comienzo de la precipitación del abismo de este país que desde 1986 no ha vuelto a cero sino a menos 1.000.000 por lo menos, empezando con el mandato breve del populista Joseph Estrada y culminando con los años horribles del presidente Duterte cuyo legado es esta alianza entre su hija y el hijo del exdictador que amenaza con lanzar al país entero en el abismo. De tal forma, entre los obispos, solo el Cardenal Advíncula el 27 de noviembre intentó calmar los ánimos mediante un comunicado.

El 25 de enero de 2025, dentro del marco del Jubileo para las Comunicaciones, la premio nóbel filipina María Ressa, icono de la lucha contra las dictaduras en tiempos de Duterte, ha hablado de la esperanza. Hablaba de la experiencia propia, de la lucha compartida por muchos filipinos, en contra de las dictaduras (refiriéndose sin mencionarlo a Duterte) que solo desean silenciar la verdad. Su discurso monumental merece publicarse con letras de oro entre los textos de la humanidad que sigue luchando por más humanismo, sobre todo en este mundo que ha querido anular los logros de las luchas por la libertad, incluso sus propios artífices, como es el caso del mencionado centenario Juan Ponce Enrile y a la luz de la situación actual filipina.

María Ressa, Símbolo de la libertad de prensa. - Blog

Los obispos filipinos el 2 de febrero mandaron leer una carta pastoral en todas las parroquias e iglesias de la tierra con motivo del Jubileo de la Esperanza y partiendo del mensaje del papa de no perder la esperanza. Citando la Carta a los Romanos (5,5) hay que esperar contra la esperanza, contra la desesperación para afirmar que sigue habiendo esperanza en medio de esta turbulencia nacional. Los obispos claman por una revolución de esperanza mas sin ir a la raíz que es el predominio de intereses propios.

El 5 de febrero de 2025, la vicepresidenta Sarah Duterte fue imputada por la cámara de representantes de Filipinas. Sarah Duterte había sido también Ministra de Educación en el gabinete de Marcos, hijo y de ahí comenzó el rifirrafe por intereses propios y dineros. La imputación por la cámara significa la constitución de la cámara alta de senadores como tribunal de destitución pero todo al parecer se para, pues en vez de responder inmediatamente, como manda la constitución, a esta cuestión muchos senadores están pensando en la campaña para las elecciones en mayo. Ante todo, el rédito político, los votos del pueblo ingenuo e indefenso en vez de afrontar esta crisis política cuya gravedad no tiene rival en la historia de este país.

Todo esto es cuestión de intereses propios. Desafortunadamente, los que apoyan a estos regímenes solo esperan recompensas, es decir, prebendas y beneficios materiales de estos políticos que se han convertido, lamentablemente, de dispensadores y gastadores de las riquezas de un país ya muy pobre.

Los obispos debían haber hablado en su pastoral de conversión de los intereses propios en vez de fanfarronear con una ‘revolución de esperanza’ pero sin dar medios concretos o sin dar ejemplo como la reunión nacional de la conferencia episcopal en unas instalaciones de lujo al sur de Manila con catering lujoso y logística impecable, según se puede comprobar en fotos publicadas, en vez de tener dicha reunión en una casa de ejercicios discreta y sencilla como se hacía antes.

He aquí el eje de estas breves reflexiones que esperemos poder ampliar en subsiguientes ensayos: Solo se puede luchar por la esperanza superando el predominio de los intereses propios. Lo que ha de predominar es el bien común, el bien del pueblo, la verdadera caridad que se nutre de la verdadera esperanza y que la nutre a esta también todo en el contexto de una fe sólida e histórica que va más allá de la contingencia temporal que se encarna en los intereses propios.

Treinta y cinco años desde el derrocamiento de Marcos por el "Poder  Popular" en Filipinas - World Socialist Web Site

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