Muestran su preocupación por la "situación de exclusión" de las mujeres que sigue vigente Las Vedrunas escriben al Sínodo: "Es hora de incluirnos"
Reconociendo la disposición del papa Francisco por "favorecer la participación de la mujeres", el Capítulo General Vedruna ha dirigido una carta al Sínodo de los Obispos en la que lamenta la distancia entre palabras y hechos en la Iglesia y muestra su preocupación por la "situación de exclusión" que sigue vigente
La carta, fechada el 14 de agosto, se ha hecho pública este 12 de septiembre, y lleva la firma de la nueva general, María Teresa Cuervo
| María Teresa Cuervo Buitrago, ccv Hermana General
La Asamblea Capitular reunida en Vic para la celebración del Capítulo XXVIII de la Congregación de HH Carmelitas de la Caridad Vedruna, representando a la Familia Vedruna presente en cuatro continentes, nos dirigimos a la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos.
Saludamos a toda la Asamblea y, de forma especial, a las mujeres que forman parte de ella, a quienes apoyamos y en quienes nos sentimos representadas. También saludamos y agradecemos al Papa Francisco su disposición a favorecer la participación de las mujeres.
Desde nuestras comunidades hemos participado activamente en la etapa diocesana del proceso sinodal y lo valoramos en la esperanza de un nuevo renacer de la Iglesia. Nuestro vivo sentido de pertenencia eclesial nos impele ahora, como comunidad capitular, a decir nuestra palabra al Sínodo.
Diferentes modos de exclusión
Nosotras, igual que otras mujeres, vivimos diferentes modos de exclusión en espacios y foros habitualmente reservados a varones, especialmente, a los ordenados. Muchas veces se ignoran nuestras capacidades, nuestra mirada y nuestra palabra en los discernimientos, en las responsabilidades, en la toma de decisiones, en la interpretación de la Palabra y el magisterio, así como en la forma de organizar la Iglesia en los diferentes niveles. Se sostiene la igual dignidad bautismal de varones y mujeres, laicos, laicas y ordenados, pero echamos en falta una práctica que trasluzca con nitidez este reconocimiento.
Todo ello nos mueve a expresar nuestra profunda preocupación por esta situación de exclusión. Creemos que está en juego que la Iglesia sea memoria viva de Jesús, Buena Noticia para todos y todas. También consideramos que la cultura eclesial clerical contribuye al alejamiento de la Iglesia de las nuevas generaciones.
Pedimos a esta Asamblea que dialogue y delibere con valentía para abrir caminos de esperanza hacia una Iglesia que sea:
- Comunidad de comunidades que incluye y reconoce la igual dignidad de mujeres y varones, ordenados o no, acompañando los procesos de fe.
- Comunidad que ejerce un liderazgo compartido entre los diferentes carismas y servicios, con relaciones alternativas a un mundo patriarcal desigual.
- Comunidad que, sostenida en la radical igualdad de haber sido creados a imagen y semejanza de Dios (cf. Gn 1,26-27), la manifiesta en sus estructuras y su predicación; en el magisterio, la interpretación bíblica, las celebraciones y la formación en los seminarios diocesanos; en su acción social y su compromiso por la justicia, la paz y la integridad de la Creación.
Nuestra fundadora, Santa Joaquina de Vedruna, mantuvo un diálogo fraterno con la Iglesia para discernir y tomar decisiones antes, durante y después de la fundación de la Congregación.
También nosotras buscamos mantener ese diálogo allí donde estamos y lo reclamamos para todas las mujeres en igualdad de condiciones.
Confiamos en el buen hacer del Sínodo a la escucha de este clamor eclesial y social. Por nuestra parte, ratificamos nuestro compromiso de caminar en sinodalidad, acompañando y siendo acompañadas para entretejer comunidades vivas de una Iglesia en salida, samaritana y profética desde los diferentes espacios en los que estamos presentes.
Confiadas en que la Ruah Santa los acompaña, reciban nuestras bendiciones.
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