"No se cansó René Rémond de denunciar los totalitarismos, el soviético y el chino" Académicos muy católicos (y II)
Corresponde ahora analizar el Discurso de recepción en la Academia de la Lengua de René Rémond y el Discurso de contestación o respuesta a cargo de Hélêne Carrère
No vaciló, René Rémond, y se declaró contrario al Régimen de Vichy, apuntándose en la Liberación desde primera hora: resistente a la Ocupación nazi
Señaló Carrère su condición gran historiador, de hombre de mucha fe y de un espíritu clarividente, habiéndose ahorrado “las tentaciones comunistas”
Señaló Carrère su condición gran historiador, de hombre de mucha fe y de un espíritu clarividente, habiéndose ahorrado “las tentaciones comunistas”
I.- Introducción:
En la 1ª Parte escribí acerca del Discurso de recepción en la Academia francesa de la Lengua, pronunciado por el cardenal Lustiger el 16 de marzo de 1996 en París y respondido por Hélène Carrèred´Encausse, Madame le secrétaire perpetuél de l´Academie. En esta 2ª Parte, escribiré sobre el Discurso de recepción pronunciado por René Rémond, historiador y polítólogo, el 4 de noviembre de 1999, respondido por la misma Madame le secrétaire perpetuél, y premio “Princesa de Asturias”, concedido hace escasos días.
Es verdad que hubo otros académicos en la “francesa” (La Coupole), no sólo los dos indicados al principio, también “muy católicos”, como Jean Guitton, el cardenal Daniélou o André Frossard, entre otros. Lo peculiar en el caso de Lustiger y de Rémond fue que la contestación o respuesta fuera a cargo de la misma académica: Hélène Carrère.
Corresponde ahora analizar el Discurso de recepción en la Academia de la Lengua de René Rémond y el Discurso de contestación o respuesta a cargo de Hélêne Carrère, aunque quizá sea interesante, con carácter previo, destacar unos breves perfiles biográficos de René Rémond, fallecido en el año 2007.
Es de destacar:
1º.-Su catolicismo desde el principio al final de sus días, habiendo ganado la confianza de la Iglesia francesa, siendo influyente consejero de sus obispos (caso del filonazi, responsable de crímenes contra la Humanidad, Paul Touvier, y de otros). Fue militante de la Acción Católica y Presidente del Centro de Intelectuales Católicos (1965-1976). No vaciló, René Rémond, y se declaró contrario al Régimen de Vichy, apuntándose en la Liberación desde primera hora: resistente a la Ocupación nazi. Esa adscripción política desde el principio no le impidió ser “hombre de derechas”, tanto del estudio (análisis minucioso de la trilogía de la Derecha francesa, la legitimista, la bonapartista y la orleanista), como de la acción (Presidente de la Universidad de Nanterre durante el Mayo-1968 y Presidente de la Fundación Nacional de Ciencias Políticas, así como partícipe inicial en el movimiento político encabezado por el General De Gaulle.
Eso denotó una excepcionalidad, teniendo en cuenta lo que acaba de escribir Franz-Olivier Giesbert en La belle époque (Histoire intime de la V Republique (Gallimard, 2022). En la página 33 escribe: “Pretendida fábula nacional (de los franceses), de su resistencia como un solo hombre contra el III Reich -sin olvidar, por el otro lado, que los comunistas esperaron a 1941, fecha de la ruptura del pacto germano-soviético (Hitler-Stalin) para iniciar el combate contra los nazis”.
La preocupación por la situación de la Iglesia preocupó y ocupó mucho a René Rémond, quedándonos de ello el impactante libro Le christianisme en accusation (2000), escribiendo lo siguiente en la página 71: “Es indiscutible que se está asistiendo a un hundimiento, a la desaparición de paneles enteros de la vida eclesial”, analizando, más adelante, la degradación del estatuto social del sacerdote y su crisis de identidad.
2º.- Su antimarxismo, teniendo en cuenta haber vivido en un tiempo de “triunfo y apoteosis” del pensamiento marxista y leninista, en la juventud francesa y hasta en la Iglesia misma, con un “malditismo” declarado a los pensadores de “derechas” como Aron y el mismo Rémond. Fue el tiempo del engañabobos Sartre, de Foucault, acusado póstumamente de pedofilia, del filósofo loco que mató a su mujer, Althusser. En aquel estúpido tiempo, Mao, el Gran Timonel, el de la “gran revolución cultural y proletaria”, gran criminal, era el modelo a seguir. Giesbert en la página 118 de su libro, cifra entre 45 y 80 los millones de muertos por Mao, considerando Stalin responsable de 20 millones de muertos.
En España también hubo muchos maoistas y/o troskistas “progres”, luego muchos de ellos casados con hembras adineradas de la vieja burguesía, debiéndose reparar que llamo “vieja” a la burguesía, no a ellas también muy viejas ya, por aquel entonces. La lucha en España contra el Régimen franquista rebajó la absurdez y la majadería de esa izquierda.
Y no se cansó René Rémond de denunciar los totalitarismos, el soviético y el chino.
II.- Discurso de recepción de René Rémond en la Academia francesa:
Ocurrió un acontecimiento poco frecuente: el Discurso de René Rémond fue por una doble sucesión: la de los académicos Michèl Debré, ex Primer Ministro, y François Furet, historiador. A Michèl Debré sucedió François Furet, y al fallecer este último en 1997 sin haber pronunciado su Discurso, correspondió hacerlo a René Rémond, recordando al que sucedió, F. Furet, y a través de éste, llevando el recuerdo a Michèl Debré (transmitente y transmisario, recordando al Derecho sucesorio).
1º.- Lo que dijo René Rémond sobre Michèl Debre:
Recordó la persistencia de sus convicciones políticas, siempre incondicional del General De Gaulle, y siendo hombre apasionado con dos amores básicos: amor a la Patrie y amor a la política, a Francia, a la República y al Estado. Por todo ello, M. Debré fue Primer Ministro de la Vª República (y el primero). Fue hombre -dijo Rémond- de la pronta Liberation, sin ninguna conexión con el colaboracionismo nazi y antijudío del Régimen de Vichy: con sordera, cual Ulises, a los cantos de las sirenas colaboracionistas con el nazismo. Y a Debré se le debe la elaboración y redacción de la aún vigente Constitución (1958) de la Vª República francesa.
Y añado ahora, para evitar confusiones, que el hijo de Michèl Debré, llamado Jean Luis Debré, siempre de derechas como su padre, llegó a ser Ministro y Presidente del Consejo Constitucional francés, nombrado por el conservador Chirac en 2002, y siendo él el que recibió el juramento a su enemigo Sarkozy, al acceder éste a la Presidencia de la República. Al Consejo Constitucional se le llama “el de los sabios” y a los de la Academia académicos “los inmortales”: mentiras de los franceses, pues ni unos son sabios ni los otros inmortales.
2º.- Lo que dijo René Rémond sobre François Furet:
Todo lo hasta aquí dicho sorprenderá al decir ahora que François Furet fue comunista. La política separó, tal como dijo Rémond, a Debré y también a él, de Furet. Si en referencia a Michèl Debré tuvo Rémond que reconocer la permanencia de sus convicciones, tuvo que emplear sutileza para decir sobre Furet que “le caracterizó la rectitud ante los cambios” y siempre con la esperanza de una Revolución.
Señaló el nuevo académico que el historiador Furet, especializado en la Revolución francesa, alcanzó el mayor éxito con el Dictionnaire critique de la Revolution française, escrito en colaboración con Mona Ozoul, traducido al castellano y publicado por la editorial Alianza (Alianza Diccionarios, en 1989), siendo la primera entrada del Diccionario “La conquista de Italia” y la última “Tocqueville”.
Entre revoluciones se movió Furet y su pensamiento: la inglesa, la francesa, tan original, la americana y la comunista rusa, de Octubre de 1917. Denunció, según Rémond, las interpretaciones que establecían entre la Revolución francesa y la de 1917 una falsa relación de filiación, bien para justificar los crímenes soviéticos, precedidos del “Terror francés”, bien para condenarlos por haber ambos recurridos al terror de Estado.
Y concluyó: “Del principal redactor del texto constitucional de 1958, Michèl Debré debería aquí haber pronunciado François Furet el elogio, pronunciando ahora por mí su nombre, dejándolos, así, unidos (M.D. y F.F.)".
Señalo a modo de anécdota, que los principales artículos periodísticos publicados por Furet, primero en France-Observateur y luego en Le Nouvel Observateur, se publicaron en forma de libro en 1999, por la editorial Calmann-Lévy, titulado el primero El nuevo régimen contra la Universidad (22 de enero de 1959) y el último, Un aire de eternidad (30 de mayo de 1996.
III.- Discurso de contestación y de respuesta a René Rémond, pronunciado por Hélène Carrère.
Comenzó la dama así: “Consagrasteis mucho tiempo a los movimientos de la Juventud Católica (Juventud estudiantil cristiana, J.E.C.), refiriéndose más tarde al Centro de Intelectuales Católicos, a cuya Presidencia le convocó el cardenal Decourtray, en 1989.
Señaló Carrère su condición gran historiador, de hombre de mucha fe y de un espíritu clarividente, habiéndose ahorrado “las tentaciones comunistas”, y no como muchos otros, incluido François Furet. Destacó los análisis de R. R. sobre la “diversidad de lo real y la complejidad de las evoluciones históricas”, siendo un observador y analista de la vida política y religiosa, ésta, la religiosa –añadió Hélêne Carrère- es un componente esencial de la Historia francesa.
Analizó en su respuesta los calificados bouleversements de la Religión católica en Francia, que tanto preocuparon a R. R. -señalando ahora yo- que, desde el año 2000 esas transformaciones negativas se han incrementado en Francia, estando en la actualidad en estado crítico, hoy, el catolicismo francés.
Señaló la dedicación de René Rémond en el estudio de la institución eclesiástica en el seno del espacio público y la confrontación entre el poder y las escuelas de pensamiento con la institución eclesial, con los creyentes. Y destacó el patrocinio de un progreso de la laicidad, “su aceptación por todos los actores del juego social, gobernantes, Iglesias, instituciones de todo tipo, y también esencialmente por los individuos mejor preparados para comprender el sentido real de esta palabra”.
Y terminó Hélène Carrère su intervención, afirmando que a René Rémond, mejor que llamarle “intelectual”, prefería llamarle lo que es: un gran historiador y gran universitario. Soyez donc le bienvenu parmi nous.
El sábado 10 de abril de 2021, en un diario madrileño, leo: “Francia da la batalla por definir una palabra: laicidad (Macron quiere suprimir un Observatorio, el de la Laicidad, lo cual irrita a los defensores de una lectura más estricta de la relación del estado con las religiones”.
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