Bach-Iljin, coral BWV 661

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¡Feliz domingo! Empezar las publicaciones de los domingos de la forma «Bach-» reconozco que quizá no sea lo más adecuado porque la música que escuchamos es plenamente de Bach. Lo que hace el autor que viene después del guion es darle un matiz distinto gracias a la transcripción.

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Antes de la música vamos con algo de la biografía de Johann Sebastian Bach (1685-1750), compositor alemán nacido en Eisenach y fallecido en Leipzig. Justo en este apo, 1750, lo encontramos, si bien no físicamente incapacitado, sí con la vista muy mermada, hasta el punto que él mismo pidió una operación. Todas las miradas se dirigieron a un oculista que acababa de llegar a Leipzig. La operación tuvo que ser repetida y, a partir de ahí, ya no pudo estar al ciento por cien puesto que todo sus sistema se debilitó, por lo que ese año final de su vida lo pasó prácticamente enfermo. Para intentar mejorarse se punto en manos de John Taylor, quien volvió a operarlo a finales de marzo. La operación salió bien, pero no tuvo el éxito deseado. A principios de abril tuvo otra, y desgraciadamente los resultados aún peores. Eso fue el detonante para que su salud se viniese irremediablemente abajo.

Varias veces hemos escuchado su coral Nun komm, der Heiden Heiland, BWV 661. El cantus firmus es presentado entre un contrapunto luminoso antes de que el órgano quedase en silencio tras el primer domingo de Adviento, para el que este coral fue compuesto. Su discípulo Johann Christian Kittel usó esta obra y otras dos versiones para sus propias clases. Antes de que esa melodía aparezca, Bach elabora una fuga. Por tanto, aparece en su forma normal (rectus) y en su forma invertida (inversus), de forma que ambas versiones se relacionan entre sí, construyendo un denso contrapunto. Al final, ambas formas aparecen superpuestas, de una forma especialmente brillante y llena de color, quizá para reflejar la tonalidad y el color de la frase Der Glaub’ bleibt immer im Schein. Vamos a escuchar hoy la transcripción para piano de Igor Iljin (1909-1967).

La interpretación es de Angelika Nebel al piano.

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