¡Feliz viernes! Las obras de la antigüedad tienen un encanto especial y muchas son verdaderamente un enigma. La de hoy bien podría ser un ejemplo, puesto que no sabemos con total certeza cuál fue su origen. A pesar de todo, ¡vaya composición la de hoy!

Fue compuesta por Johannes Ockeghem (1410/1425-1497), compositor francoflamenco nacido en Saint-Ghislain (Bélgica). Está considerado como el maestro más importante entre otros dos grandes como fueron Dufay y Josquin. Además de compositor, Ockeghem era teórico, cantante, maestro de coro y profesor. Es posible que en su juventud conociera a Gilles Binchois, por quien debía tener cierto aprecio puesto que le dedicó un lamento a su muerte. Igualmente, puesto que otro maestro como fue Antoine Busnois compuso un motete en honor de Ockeghem, es muy posible que ese fuese alumno de este. Ockeghem tenía un estilo propio, muy distinto del predominante en su época. Componía obras muy intelectuales e incluso difíciles de entender a primera vista, como la famosa Misa Prolationum, que está compuesta íntegramente en la técnica del «canon en prolación», y que constituye uno de los mejores logros contrapuntísticos del siglo XV.

Escucharemos hoy un fragmento de su Missa Caput. Es una composición que se basa en una misa inglesa de autor anónimo y que data del siglo XV. Así, el maestro utiliza el cantus firmus de una pieza que comienza con la palabra caput ('cabeza') y que pertenece al rito de Salisbury, sobre el lavatorio de los pies, del que Pedro dijo que también le lavase la cabeza. Es raro que Ockeghem accediese a ese origen, pero sí pudo conocerlo a través de la misa anónima anteriormente citada. Ockeghem también adoptó el ritmo de la melodía y la colocó en la parte más grave. Tuvo que utilizar varias notas accidentales, pero, aun así, consigue componer una composición extraordinaria. De ella, vamos a escuchar su Gloria.

La partitura de la composición puede descargarse aquí.

La interpretación es de Laudantes Consort.