Cuando suena la trompeta

¡Feliz viernes! El sonido de la trompeta a veces puede ser bastante estridente pero, cuando está perfectamente integrada, es una verdadera delicia. En la obra de hoy no puede decirse que la trompeta tenga demasiado protagonismo, en cuanto al sonido por lo menos. La obra es una auténtica maravilla. Y en cuando veamos quién la compuso todo encajará.

Se trata de Gustav Mahler (1860-1911), compositor austro-bohemio nacido en Kaliště. Durante su vida fue considerado un magnífico director de orquesta que, en su tiempo libre, componía grandes sinfonías. En 1875 entró en el conservatorio de Viena y pronto se adhirió a las tesis de Wagner y Bruckner, así como a la filosofía de Nietzsche y del pangermanismo. Él mismo comenzó a dirigir sus propias sinfonías y eso le dio notoriedad. Su actividad a la batuta le permitió componer solo en verano y, para ello, se retiraba a diversas cabañas que tenía en lugares de montaña alejados. Sin embargo, en Viena no se llegó a entender bien su forma de componer pero eso no le hizo abandonar. Aceptó encargarse de la Ópera de Nueva York, y allí pudo apreciar la calidad de la orquesta con lo que el puesto le dio una especial satisfacción.
Una de sus obras más famosas es su colección Des Knaben Wunderhorn. Una de sus partes se titula Wo die Schonen Trompeten blasen, es decir, «Cuando suenan las bellas trompetas» y tiene texto de Achim von Arnim y Clemens Brentano. El cantante va tomando parte en las distintas secciones de la narración. Mahler, con su habitual maestría, se encarga de enfatizar de forma delicada todos esos sonidos que casi parecen de otro mundo. Las trompetas suenan casi todo el tiempo con sordina y Mahler pide, además, que lo hagan de forma suave. Una rotunda maravilla.
La partitura de la pieza puede descargarse aquí.
La interpretación es de Dietrich Henschel (tenor) y la Orquesta de los Campos Elíseos dirigida por Philippe Herreweghe.