El prelado tomará en breve posesión del Arzobispado de Caracas Acción de gracias y despedida de Raúl Biord de la diócesis de La Guaira
"Desde el primer día que llegó a nuestra diócesis, nos ha acompañado y le damos gracias a Dios por eso. En particular, por el proceso y la convocatoria a trabajar en sinodalidad, a vivir la Alegría del Evangelio y a predicarlo juntos en sintonía con el sueño del Papa para la Iglesia de hoy"
"Siempre fue un pastor cercano, con el corazón abierto para recibirnos y escucharnos, con gran alegría y entrega. Conoce cada rincón, cada rostro y cada historia, nos llama a cada uno por nuestro nombre"
| Dra. Anarelys Ugas
El 15 de agosto de 2024 se llevo a cabo en la parroquia San Oscar Arnulfo Romero, Santuario del Beato Doctor José Gregorio Hernández, zona pastoral Catia La Mar, parroquia civil Urimare, la celebración eucarística con motivo a la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María, ocasión donde también celebramos el 54 aniversario de la entrada en vigencia de la Diócesis de La Guaira y por último, fue propicia la ocasión para dar gracias por los 10 años de vida pastoral llevados a cabo por Mons. Raúl Biord Castillo ahora arzobispo metropolitano en nuestra diócesis.
La celebración estuvo cargada de mucha emotividad, desde la llegada al Santuario el arzobispo dedico tiempo para saludar a los presentes, y recibir las muestras de afectos y cercanía por parte de la feligresía asistente. Iniciada la celebración, en la acción de gracias, compartimos con ustedes las palabras expresadas por el representante del Consejo Diocesano de Pastoral en representación de los Laicos de toda la diócesis.
PALABRAS DE DESPEDIDA A MONSEÑOR RAÚL BIORD CASTILLO EN NOMBRE DE TODOS LOS LAICOS DE LA DIÓCESIS DE LA GUAIRA
Buenos días. En nombre de todos los laicos de la diócesis de La Guaira, le dedico estas palabras, querido Monseñor Raúl Biord.
Después de tantos años compartidos, llegó el momento de despedirlo como nuestro Obispo, aunque seguirá en medio de nosotros en la nueva misión que le ha sido encomendada como arzobispo de la Arquidiócesis de Caracas.
Un poco más de diez años de su vida los dedicó a nuestra diócesis de La Guaira, dejando una huella imborrable en nuestros corazones. Su cercanía, su espiritualidad salesiana y su conocimiento profundo de cada rincón de nuestras Zonas Pastorales nos han enriquecido inmensamente. Reflejó el rostro de Cristo con cada una de sus acciones y guiado por el lema “Testigo de su Resurrección”, nos enseñó el significado de ser misioneros del amor, del perdón y del servicio.
Sin descanso, visitó y acompañó cada una de las parroquias, impulsando procesos de renovación pastoral. Su juventud de espíritu y su cercanía con los jóvenes han sido una fuente de inspiración para todos nosotros. Gracias por haber sembrado la semilla de la fe en tantos jóvenes.
Damos gracias por las Eucaristías que celebró en las grandes ocasiones, en las fiestas en las parroquias, en las pequeñas comunidades. No vamos a olvidar su luminoso magisterio episcopal, la profundidad y la sencillez de sus homilías y mensajes, teniendo como inspiración primera la misma Palabra de Dios y el impulso evangelizador.
Desde el primer día que llegó a nuestra diócesis, nos ha acompañado y le damos gracias a Dios por eso. En particular, por el proceso y la convocatoria a trabajar en sinodalidad, a vivir la Alegría del Evangelio y a predicarlo juntos en sintonía con el sueño del Papa para la Iglesia de hoy.
Con la sensibilidad propia de un pastor, supo reconocer en cada uno de nosotros un don y un carisma al servicio de la Iglesia. Nos convocó a todos, desde los más pequeños hasta los más grandes, a participar activamente en la elaboración de los dos planes pastorales, instrumentos guías para nuestro accionar pastoral.
Gracias a su invitación, sentimos que nuestra voz era escuchada y que juntos estábamos construyendo un camino que reflejaba la voluntad de Dios para nuestra diócesis como una iglesia sinodal y misionera. Estos planes, fruto de un trabajo sinérgico y comprometido, nos han permitido caminar todos juntos en una misma dirección, fortaleciendo nuestra fe y profundizando nuestro compromiso con el Evangelio.
Damos gracias porque, siendo Obispo, siempre fue un pastor cercano, con el corazón abierto para recibirnos y escucharnos, con gran alegría y entrega. Conoce cada rincón, cada rostro y cada historia, nos llama a cada uno por nuestro nombre. Gracias por haber recorrido con nosotros cada camino, por haber compartido nuestras alegrías y nuestras penas. Fue la imagen del Buen Pastor entre nosotros y deja hermosos recuerdos.
Durante estos diez años a través de las formaciones recibidas y la participación activa desde cada área pastoral, hemos asumido nuestro compromiso bautismal. Ahora nos queda el compromiso de seguir construyendo una Iglesia viva, comprometida y misionera, como usted nos enseñó. Con profunda gratitud, pedimos al Señor que lo colme de muchas bendiciones y que San Pedro Apóstol lo acompañe en su nuevo camino.
¡Dios lo bendiga!
Jesús Miguel Da Silva
Parroquia San José de Carayaca
Representante de los Laicos de la Zona Pastoral de La Montaña
Miembro del Consejo Diocesano de Pastoral