Visita en Lima la Universidad Católica “Sedes Sapientiae” El cardenal Cañizares preside una misa en la Catedral de Requena antes de abandonar la Amazonía peruana
Concelebraron el obispo de Requena y monseñor Juan Oliver, franciscano natural de Valencia
Desde que llegó a Chile el pasado 16 de julio a conocer las misiones, el arzobispo ha visitado en Perú los Vicariatos Apostólicos
Concluirá su viaje en Ecuador, donde consagrará la iglesia de San Juan Bosco
Concluirá su viaje en Ecuador, donde consagrará la iglesia de San Juan Bosco
| AVAN
(AVAN).- El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha partido ya de la amazonía peruana, tras oficiar una misa de despedida en la catedral de Requena, sede del vicariato apostólico del mismo nombre, en la que concelebró el obispo de Requena, el religioso valenciano monseñor Juan Oliver, franciscano y natural de Carcaixent.
El cardenal Cañizares, que inició el recorrido por misiones valencianas en Chile, el pasado 16 de julio, ha visitado en los últimos días los Vicariatos Apostólicos peruanos asumidos por la diócesis valentina, los de Requena y San José, aunque en este último, debido a la climatología, pudo estar en su capital, la ciudad de Iquitos. También ha estado con la comunidad de religiosos salesianos, que celebran el 300 aniversario de la congregación.
Quedó derruida en el terremoto de 2016 y ha sido reconstruida gracias a la colaboración de la Fundación Ad Gentes del Arzobispado de Valencia
Ya de vuelta a Lima, ha visitado el Arzobispo de Valencia la Universidad Católica Sedes Sapientiae, de la que es rector el misionero valenciano César Buendía. El sacerdote valenciano también es titular de la parroquia Santa María de la Providencia, en la que atiende a una población de más de 50.000 personas y de la que depende el colegio parroquial San Vicente Ferrer, que acoge también a más de 2.500 alumnos.
El viaje del cardenal Antonio Cañizares concluirá en Ecuador, en donde consagrará la iglesia de San Juan Bosco, en la ciudad portuaria de Manta, que quedó derruida en el terremoto de 2016 y ha sido reconstruida gracias a la colaboración de la Fundación Ad Gentes del Arzobispado de Valencia.