La teóloga colombiana lamenta la "cultura clerical" que impide la igual dignidad de todos los bautizados Consuelo Vélez: “La sinodalidad, sin transformar el clericalismo, perpetúa la estructura”
“El clericalismo es una realidad que sigue atentando contra la igualdad fundamental que tenemos todos por el bautismo”
"La cultura clerical nos ha impedido vivir esta dignidad bautismal con todas las consecuencias"
"Aunque la sala sinodal tenía una riqueza de universalidad de procedencias, a la hora de la verdad se veía la uniformidad del hábito que la Iglesia se ha dado a sí misma”
"Aunque la sala sinodal tenía una riqueza de universalidad de procedencias, a la hora de la verdad se veía la uniformidad del hábito que la Iglesia se ha dado a sí misma”
| Jesús Bastante enviado especial a San Diego
Nunca defrauda. Sorprende a algunos, enoja a otros y no deja indiferente a nadie. La teóloga colombiana Consuelo Vélez protagonizó una de las ponencias de la tercera jornada del congreso organizado por la Red Ecclesia in America que se está celebrando en la Universidad de San Diego, con un llamamiento a lograr una teología intercultural para poder hablar, realmente, de Iglesia sinodal.
Consuelo, que ha participado “desde la periferia” de los trabajos del Sínodo de la Sinodalidad, se mostró a favor “de que se den las condiciones para hacer realidad una Iglesia sinodal”. Algo que, admitió, “no me parece fácil”.
¿Por qué? Porque “hay muchos espacios”, especialmente en la propia estructura, donde “este tema no interesa”. En este sentido, Vélez reclamó la necesidad de “reconocer el rostro del otro” y “ser capaces de caminar con otros”. Algo que se topa de bruces con la realidad del clericalismo.
“El clericalismo es una realidad que sigue atentando contra la igualdad fundamental que tenemos todos por el bautismo”, proclamó Consuelo Vélez, quien insistió en que “la sinodalidad, sin denunciar el clericalismo e intentar transformarlo, se queda en una bonita posibilidad, pero no en una realidad que se haga posible”.
“El clericalismo es de toda la Iglesia, porque la escala de diferencias de dignidad ministerial, sigue vigente”, denunció la teóloga, quien lamentó que esta práctica, denunciada por el Papa Francisco, continúa presente hoy. “Si no estamos interesados en transformar el clericalismo, la estructura continúa, aunque hablemos de sinodalidad por activa y por pasiva”, resaltó. Y es que “la cultura clerical nos ha impedido vivir esta dignidad bautismal con todas las consecuencias”. Una realidad que no solo impregna no sólo a la ‘casta clerical’, sino también, y especialmente, a los laicos. “En la Iglesia todavía es muy difícil reconocer una pastoral del laicado”.
Y también, a los diferentes. Es el caso de la mujer, cuya presencia en el Sínodo fue histórica pero cuya relevancia decayó en el documento final, pero también el de “otras poblaciones que no tuvieron prácticamente presencia”, como los jóvenes y otras minorías.
“Siempre que voy a Roma me asusto un poco, tantos vestidos negros me asustan”, confesó, entre bromas y veras Consuelo, lamentando que “aunque la sala sinodal tenía una riqueza de universalidad de procedencias, a la hora de la verdad se veía la uniformidad del hábito que la Iglesia se ha dado a sí misma”.
“En la Iglesia cabemos todos, todos, todos, como ha dicho el Papa Francisco, que tal vez debería decir todos, todas, todes…”, argumentó Vélez. “No se llega a dar el paso que se reconozca explícitamente la dignidad humana de estas personas”, porque “detrás de la cultura están personas”. Y están los pobres. “Dónde están los pobres”, se preguntó Consuelo, quien concluyó que “poder recepcionar la sinodalidad pasa por una reflexión teológica, y creo que esa es también nuestra tarea”.
“Hay que transformar el clericalismo, que no permite que haya diferentes culturas”, finalizó la teóloga. “Existe una cultura clerical, que divide a los que tienen el Espíritu Santo y otros, que parece que solo tenemos que obedecer”.