El presidente Alberto Fernández lo puso como ejemplo del capitalismo que quiere ¿Quién es Enrique Shaw, el empresario argentino cuya canonización avanza en el Vaticano?
Padre de una familia grande, murió muy joven, a los 43 años, víctima de un cáncer
Camino de ser el primer empresario santo del mundo, se preocupó por los trabajadores
Entra una crisis terrible y el Directorio dice hay que echar 1.200 empleados. Era 1959 y Enrique Shaw dice: "No. Tenemos que hacer algo para evitarlo, dénme una oportunidad"
Entra una crisis terrible y el Directorio dice hay que echar 1.200 empleados. Era 1959 y Enrique Shaw dice: "No. Tenemos que hacer algo para evitarlo, dénme una oportunidad"
| Sergio Rubin
(Valores Religiosos).- El presidente Alberto Fernández participó la semana pasada de un encuentro virtual de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), donde habló del tema del capitalismo, de que hay que reformar el capitalismo, y al hacerlo puso como ejemplo de ese capitalismo que él quiere, y que fue vivido en la Argentina, a un empresario: Enrique Shaw.
Shaw era un dirigente de empresa que murió muy joven, a los 43 años, víctima de un cáncer. Casado con muchos hijos, venía de familias muy tradicionales, con muchas empresas. Tuvo un compromiso como empresario con el desarrollo productivo, con la preocupación por los trabajadores, que deben ser el centro de toda la empresa.
A tal punto fue el compromiso que tenía este hombre, un compromiso humano y hasta religioso, que Enrique Shaw, que murió allá por el año 63, se encamina a ser el primer empresario santo en el mundo. Está en proceso de canonización, en la etapa final ya.
Más allá de la evocación, más allá de este contacto con el presidente Alberto Fernández, que lo trajo a colación, seguramente asesorado por su secretario de Políticas Estratégicas, Gustavo Béliz, hay que decir algo que es muy interesante. En un momento en su empresa, él estaba en Cristalería Rigolleau, dentro de todo un complejo de empresas, entra una crisis terrible y el Directorio dice hay que echar 1.200 empleados. Era 1959 y Enrique Shaw dice: “No. Tenemos que hacer algo para evitarlo, dénme una oportunidad le pide al Directorio, tengo un plan a ver si puedo salvar esto y puedo evitar los 1.200 despidos”.
Shaw consigue la autorización, consigue una autorización para perder dinero, pero para salvar la empresa y evitar el despido de los trabajadores. Finalmente lo logra y realmente es un éxito extraordinario y él dice: “El desempleo es más que un daño económico, es un mal moral".
En este momento de la Argentina, con una crisis tan terrible, tan devastadora, donde se están cerrando empresas, donde hay muchas pymes que no van a abrir nunca más, donde el desempleo es el peor fantasma económico y social que nos está afectando, el ejemplo de Enrique Shaw es muy fuerte para los empresarios de hoy.
Evidentemente en algunos casos el desempleo será, lamentablemente, inevitable, pero el mensaje a los empresarios de hoy en Argentina es que hagan todo lo posible por preservar las fuentes de trabajo. La primera función del empresario es crear trabajo, que sean creativos, ingeniosos, que se sacrifiquen, que, en fin, busquen la manera, pero que traten de preservar el empleo. Ese es el mensaje de hoy, lleno de actualidad. No es fácil, por supuesto, es dificilísimo, pero hay que pensarlo, hay que elevar el ingenio. Acaso en un país donde los empresarios son muy criticados, a veces con razón, a veces sin razón, los empresarios tienen hoy la posibilidad de reconciliarse con la sociedad argentina, si se muestran realmente capaces de tener el ingenio, la creatividad, la generosidad, para que no sea el despido la primera medida a la mano para enfrentar esta crisis desastrosa que vive la Argentina.
El argentino que se encamina a ser el primer empresario santo en el mundo está dando también hoy en medio de la pandemia un fuerte mensaje a sus colegas, pero también a toda nuestra querida República Argentina.