Preocupa a Iglesia en México que se permita el aborto hasta las 24 semanas en países latinoamericanos, pues afirmaron que sería el asesinato de un ser humano Excomunión para legisladores y personas que cooperen o legislen en contra de la vida, recuerda Iglesia en México
Tras la aprobación del aborto hasta las 13 semanas de gestión, con 28 votos a favor, dos en contra y nueve abstenciones, por parte de los legisladores en el estado de Sinaloa.
El responsable diocesano de la Comisión para la vida, familia, juventud y laicos en el estado de Sinaloa, el padre Miguel Ángel Soto Gaxiola - quien estuvo en huelga de hambre a las afueras del Congreso local- publicó una carta abierta dirigida a los legisladores locales que se profesan católicos, donde les reafirma que de acuerdo al Canon 874, del Código de Derecho Canónico, no pueden comulgar ni ser padrinos de bautizo.
Jimena Hernández corresponsal en México
“Si a los Señores y Señoras Diputados bautizados católicos se les niega la Comunión, no es en lo absoluto una sanción eclesiástica sino el reconocimiento del estado objetivamente indigno de una persona a recibir la Sagrada Comunión”, afirmó el padre Miguel Ángel Soto Gaxiola.
En una carta que se empezó a difundir por redes sociales, el responsable de la Comisión para la vida, familia, juventud y laicos de la diócesis de Sinaloa, comentó que varios feligreses le han manifestado su inquietud y preocupación sobre ¿Cómo es que un diputado que aprueba el aborto participe en la Misa y comulgue?
Por lo que Soto Gaxiola, argumentó que desde el Magisterio de la Iglesia, siempre y en todo momento se ha defendido el valor de la vida desde su concepción hasta su muerte natural.
“Así por ejemplo, San Juan Pablo II afirmó que <<por la autoridad que Cristo confirió a Pedro y a sus sucesores, en comunión con los Obispos (…) Declaró que el aborto directo, es decir, el aborto querido como fin o como medio, constituye siempre un grave desorden moral, ya que se trata de la matanza deliberada de un ser humano inocente>> (Evangelium Vitae 4)”
Y aunque señaló que algunos legisladores católicos, que apoyan el aborto y han legislado a su favor, suelen argumentar que están a favor de la vida y de los derechos humanos, esta es una teoría errónea, pues, afirmó que de acuerdo a Evangelium Vitae 7 “ninguna circunstancia, ningún fin, ninguna ley puede hacer lícito un acto que es intrínsecamente ilícito, ya que es contradictorio a la Ley de Dios, que está escrita en todo corazón humano, conocida por la razón misma y proclamada por la Iglesia”.
Así que reiteró que respondiendo a la pregunta "¿Puede un Diputado o cualquier persona que se profese católico al tiempo que abiertamente que coopera o legisla en contra de la vida, recibir la Santa Comunión? , la respuesta es no."
“No, no puede acercarse a la comunión sacramental, ni puede ser padrino o acompañante de otras personas que quieran recibir otros sacramentos como el bautismo”.
Además hizo un exhorto a los legisladores que profesan la religión católica, a ser coherentes con su fe y no renunciar a la responsabilidad personal de votar a conciencia, argumentando que solo reciben instrucciones o indicciones de cualquier instancia superior.
Y citando la aclaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre el aborto procurado, 11. V1. 2009 reafirmó que “Con esto la Iglesia no pretende restringir el ámbito de la misericordia; lo que hace es manifestar la gravedad del crimen cometido, el daño irreparable causado al inocente al que se da la muerte, a sus padres y a toda la sociedad”
“El aborto es una tragedia de principio a fin”: Arquidiócesis Primada de México.
Por su parte, la Arquidiócesis Primada de México, en su editorial titulada “El aborto no puede ser un triunfo”, aseguraron que “festejar lo que ocurrió en Sinaloa y la decisión de la Corte de Colombia en materia de aborto, como un avance en derechos humanos, refleja la miopía de quienes hacen propuestas semejantes y una ideologización de los derechos humanos, que dejan de ser para todos”.
Mediante el texto destacaron varias aristas sobre este tema, primero, la Arquidiócesis mexicana, resaltó que “la Iglesia Católica no quiere mujeres en la cárcel. No se trata de perseguir a la mujer que aborta, y menos cuando se trata de víctimas que pueden estar siendo presionadas socialmente para recurrir a esta práctica que les lleva a perder a un hijo, quedando marcadas por el dolor para toda la vida”.
Aseguraron que las clínicas que los ofrecen de manera legal o ilegal, convierte la muerte de un ser humano en un gran negocio; los médicos que practican un aborto, están faltando al juramento de cuidar de toda vida; y los familiares -e inclusive el padre de ese nuevo ser humano- orillan a la mujer a deshacerse de su hijo, por comodidad, por irresponsabilidad y/o por muchas circunstancias que puedan influir en tal decisión.
Lamentaron que la sociedad se ha vuelto fría y desinteresada en los problemas del prójimo. “Una sociedad que dice: ‘Que sea su decisión’, refiriéndose a la mujer embarazada, sin darse cuenta que tal vez no es una decisión libre, sino forzada por las circunstancias y por la falta de solidaridad. Una sociedad que debe despertar para darse cuenta que una mujer embarazada debe ser protegida por las leyes de salud, laborales, sociales, etc.”
Manifestaron su preocupación porque de concretarse en Colombia y en otros países de Latinoamérica el aborto a las 24 semanas de gestación, “se estaría asesinando a un ser humano con su sistema nervioso, sus pulmones, sus músculos y su oído, desarrollados. A esa edad, lo que el bebé comienza a ganar es madurez de sus músculos y órganos, a fin de estar preparado para el momento del nacimiento”.
En la editorial se afirma que sólo en la Ciudad de México, donde el aborto fue aprobado en 2007, se han cometido 241,000 abortos en hospitales públicos -sin contar los privados-, los cuales han sido pagados con recursos públicos; recursos que aseguaran “podrían haberse usado para la compra de medicamentos o tratamientos necesarios en nuestro sistema de salud”.
Por lo que concluyeron que el aborto desde diferentes ángulos es una tragedia de principio a fin.
“La sociedad y el gobierno deberían evitar los abortos. La Iglesia, a través de laicos organizados, ha de buscar dar respuestas y acompañamiento a la mujer embarazada, pero hacen falta respuestas en sinergia con todos”.