"La Iglesia, como Dios, no está del lado de los abusadores sino del lado de las víctimas”, dice el Nuncio La Iglesia mexicana investigó medio millar de casos de abusos en la última década
Se han investigado a 426 sacerdotes mexicanos por pederastia y otras faltas, de los cuales 217 dimitieron
| RD/Agencias
El nuncio apostólico en México, Franco Coppola, reconoció que en los últimos 10 años se han investigado a 426 sacerdotes mexicanos por pederastia y otras faltas, de los cuales 217 dimitieron.
Respecto al caso del sacerdote Fernando Martínez, acusado de abuso sexual contra menores de edad, en particular cuando fue director de un instituto de los Legionarios de Cristo en Cancún, Quintana Roo, el representante del papa Francisco en México afirmó que está por iniciar el proceso en su contra.
El clérigo aseguró que se han presentado las denuncias y se ha realizado la investigación previa, que en septiembre se envió a Roma, a la Congregación para la Doctrina de la Fe, que es la única competente para juzgar estos delitos.
Los resultados cuestionarán a la Legión
Detalló que la investigación ha tratado sobre las responsabilidades de Martínez Suárez y de algunos de los que lo han encubierto durante estos años, y se está a la espera de las determinaciones de la congregación en Roma, que tiene que decidir dónde se celebrará el proceso.
Para el nuncio apostólico, si el proceso arroja que hubo encubrimiento generalizado, “esto no podrá no cuestionar a los Legionarios de Cristo, que tienen previsto iniciar su capítulo general el 20 del próximo mes de enero”.
En el clero mexicano, añadió, se han registrado 271 casos de pederastia, y además se han abierto otros 155 procesos por otras faltas.
“En total, ha habido en estos últimos 10 años 426 sacerdotes que han sido investigados; 173 procesos son todavía en curso, 253 han sido completados y 217 sacerdotes han sido dimitidos del orden clerical”.
Franco Coppola sostuvo que de todas estas denuncias, la autoridad judiciaria mexicana ha sido informada, y si ésta pide a los obispos elementos de prueba, como interrogatorios, los obispos tienen obligación de entregárselos.
“Pero muchas veces las leyes estatales prevén que la autoridad judiciaria proceda sólo a querella de la parte ofendida, y muchas veces los familiares o las personas que han sufrido abuso no quieren un proceso, por miedo de ser revictimizados”.
Entonces, “piden a la Iglesia castigar al responsable impidiéndole hacer mal a otros niños, lo cual la Iglesia realiza dimitiéndolo definitivamente de la carga sacerdotal”.
En ocasiones, sentenció, la autoridad judicial no actúa por un malentendido sentido de respeto a la Iglesia, “pero la Iglesia, como Dios, no está del lado de los abusadores sino del lado de las víctimas”.
Por ello, enfatizó que como Iglesia “espero que la autoridad judiciaria cumpla con su tarea: juzgue y si encuentra culpable al acusado lo ponga en condición de no molestar más a nadie”.
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