El resumen de la semana en la Iglesia Latinoamericana y del Caribe La Iglesia de Brasil, unida ante el desastre en Rio Grande do Sul

Leonardo Steiner, que ha recordado cómo la Iglesia de Brasil fue muy solidaria cuando en Manaus, durante la pandemia del COVID y la falta de oxígeno, la Iglesia se organizó y recibió la ayuda de muchos católicos y de mucha gente aquí de Brasil

La Iglesia Católica, como no podía ser de otra forma, rápidamente se ha organizado para poder ayudar a los más pobres. Es en parroquias, colegios y otras instituciones de iglesia donde se está acogiendo a la mayoría de aquellos que perdieron muchas cosas, a veces prácticamente todo.

Una solidaridad que está presente en toda la Iglesia de Brasil y que está llevando a movilizar para que no falte, nada a aquellos que se vieron afectados por este gran desastre climático. Inclusive el Papa Francisco ha arrimado el hombro y ha enviado 100.000 euros la semana pasada. Y no solo eso, sino que ha rezado por las víctimas y llamó al arzobispo de Porto Alegre, Monseñor Jaime Spengler, que también es presidente de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil, para mostrar su solidaridad y su apoyo.

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Es una situación que nos lleva a reflexionar sobre el cuidado de la casa común. Muchos expertos dicen que el gran desastre ambiental que ha tenido lugar en Río Grande do Sul, consecuencia de la falta de cuidado con el medio ambiente, de la deforestación y de tantas otras actitudes que en vista del lucro han llevado a una situación que difícilmente tendrá remedio. Porque estamos hablando de ciudades que fueron prácticamente destruidas.

Tragedia climática en Río Grande del Sur-Brasil
Tragedia climática en Río Grande del Sur-Brasil

En muchos casos, inclusive van a tener que ser construidas, reconstruidas en otros lugares. También destacar que en esta semana en que en Brasil se celebra la Semana de Adoración por la Unidad de los Cristianos, esa solidaridad con Río Grande es algo que va más allá de los credos y más allá de las diferentes confesiones cristianas. Es algo que tiene que ver con el Evangelio.

En una semana en que la Iglesia ha sido destruida, la Iglesia de Brasil se prepara para la gran fiesta de Pentecostes. La religiosidad popular es algo todavía muy marcante aquí en Brasil. Y en muchos lugares Pentecostes es la gran fiesta.

Aquí en la Arquidiócesis de Manaus se espera una participación de unas 80.000 personas en una Eucaristía que va a ser también momento de solidaridad. Momento de solidaridad con los más pobres, con una recaudación de alimentos, pero también con una recaudación de ayuda para Río Grande do Sul.

Así lo ha anunciado el arzobispo de Manaus, el cardenal Leonardo Steiner, que ha recordado cómo la Iglesia de Brasil fue muy solidaria cuando en Manaus, durante la pandemia del COVID y la falta de oxígeno, la Iglesia se organizó y recibió la ayuda de muchos católicos y de mucha gente aquí de Brasil. Es una forma de entender que ser cristianos, y en Pentecostés celebramos el inicio de la Iglesia, es algo que nos lleva a dividir aquello que tenemos, a practicar la caridad, y a descubrir que Jesús continúa presente en aquellos que más sufren por diferentes motivos. 

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