La invitación estaba firmada por el decano del Colegio Cardenalicio, el cardenal Re El ‘espíritu Bergoglio’ ronda las congregaciones de cardenales: Invitan (por error) a Simona Brambilla

La prefecta Simona Brambilla
La prefecta Simona Brambilla UISG

Los purpurados recibieron en la bandeja de entrada de sus correos electrónicos la cita, entre ellos, todos los prefectos de los dicasterios vaticanos, sin percatarse de que también se había enviado al de la prefecta Brambilla

La invitación estaba firmada por el decano del Colegio Cardenalicio, el cardenal Giovanni Battista Re, y dirigida a “Il prefetto Simona Brambilla”

Nada impedía en el Código de Derecho Canónico que el papa Francisco hubiese nombrado cardenal a una mujer. Lo contaba hace pocas semanas en Religión Digital la canonista Carmen Peña, más allá de que, entre risas, la palabra "cardenala" le pareciese "espantosa" a la catedrática de la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad Pontificia Comillas. La también presidenta desde 2021 de la Asociación Española de Canonistas consideraba conveniente una "profundización doctrinal seria" sobre el asunto. 

Especial Papa Francisco y Cónclave

El momento para ese debate parecía propicio, poco después de que en otro hito histórico para su pontificado, Francisco hubiese –tras haber ido abonando convenientemente el terreno dejando caer miguitas de pistas– nombrado por primera vez en la historia a una mujer como prefecta de un dicasterio vaticano. 

Sor Simona Brambilla fue la elegida para encabezar el organismo que vela por la Vida Religiosa y las Sociedades de Vida Apostólica. No faltaron las reacciones más o menos virulentas, síntomas de un pataleo que empezó en realidad cuando Jorge Mario Bergoglio se asomo al balcón de la basílica de San Pedro y pidió la mención del pueblo de Dios.

El Papa y Brambilla
El Papa y Brambilla

Simple pataleo porque Francisco era perfectamente sabedor de que esa ventana que estaba abriendo hubiera provocado una corriente de aire que podía haberla batido con furia si no hubiese aprobado tres años antes -el 19 de marzo de 2022- Praedicate Evangelium, la constitución apostólica para la reforma de la Curia que blindaba nombramientos como el de Simona Brambilla, hasta entonces reservados a cardenales y, evidentemente, hombres.

Una asimilación conceptual de una tradición que acaba de ser reformada que estos días ha mostrado que las inercias continúan, pero que el 'espíritu Bergoglio' ha dejado ya una impronta que será difícil borrar sin al menos las mismas tensiones que costó el aplicarla.

Cardenales asistiendo a las congregaciones generales
Cardenales asistiendo a las congregaciones generales EFE

Sucedió estos días, cuando la maquinaria vaticana se puso en marcha para el período de Sede vacante y se convocó a los cardenales para participar en las congregaciones generales, que comenzaron al día siguiente del fallecimiento de Francisco, el pasado 21 de abril.

Una sorpresa en la bandeja de entrada

Los purpurados recibieron en la bandeja de entrada de sus correos electrónicos la cita, entre ellos, todos los prefectos de los dicasterios vaticanos, sin percatarse de que también se había enviado al de la prefecta Brambilla, según desveló el portal de información religiosa Crux.

La invitación estaba firmada por el decano del Colegio Cardenalicio, el cardenal Giovanni Battista Re, y dirigida a “Il prefetto Simona Brambilla” (con el artículo definido masculino precediendo el nombre, en lugar del femenino), según la citada fuente.

No se ha visto a sor Simona Brambilla acudiendo a esas congregaciones generales en donde los cardenales ajustan el calendario de los actos durante la Sede vacante y, por qué no, empiezan a "murmurar" de cara al cónclave, previsto probablemente para la semana del 5 de mayo. Ni tampoco se ha visto la sonrisa que el despiste debió de dibujar sin duda en el rostro de la religiosa. Y que habrá pensado que era otro signo inequívoco de que los procesos abiertos por Francisco siguen en marcha... a la espera de que no se cierren. 

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