El gobierno de Ortega pretendía estatizar las celebraciones de la Inmaculada Monseñor Báez: "Nos ha faltado parresía evangélica, para condenar la violencia machista"

(Israel González Espinoza, corresponsal de RD en Nicaragua).- La exhortación apostólica post-sinodal Amoris Laetitia para contrarrerstar la violencia contra las mujeres en Nicaragua. Monseñor Silvio José Báez, obispo auxiliar de Managua y nuevo presidente del Departamento de Familia y Vida de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) lamentó los crímenes de odio que carcomen la sociedad nicaragüense, y que según organizaciones feministas, ya se saldan con cincuenta féminas asesinadas en lo que va del año.

Las declaraciones del jerarca católico se dieron en el marco de su visita pastoral a una universidad privada no confesional del centro de Managua, dónde celebró la Eucaristía como antesala de la gran celebración mariana nicaragüense que es la tradicional y masiva Gritería en honor a la Inmaculada Concepción de María, patrona del país centroamericano.

Cuestionado por Religión Digital sobre la respuesta de la Iglesia a los asesinatos de mujeres, monseñor Báez manifestó que los Obispos de América Latina durante la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano celebrada en 2005 en el Santuario de Aparecida (Brasil) se manifestaron en contra de toda violencia intrafamiliar.

"La defensa de la mujer sobretodo en una comunidad como la Iglesia católica que vive bajo la mirada amorosa de María, una mujer de Nazaret: Una madre, una esposa. Esto forma parte del patrimonio evangelizador y pastoral de la Iglesia", señaló el obispo carmelita.

También aseguró que nunca la Iglesia católica ha avalado la violencia que hombres han ejercido contra las mujeres, pero aceptó que ha faltado en la jerarquía católica nicaragüense la necesaria parresía para condenar con toda firmeza éstos actos que desfiguran el rostro de las familias y la sociedad.

"Creo que nos ha faltado mucha más parresía evangélica para la educación de las nuevas generaciones y para hablar con claridad de un delito que ensangrenta continuamente nuestro suelo patrio", indicó el obispo.

Las palabras del jerarca católico se dan dos días después de que una mujer de tan sólo veinte años de edad fuera asesinada a balazos por su compañero de vida en el parqueo de un supermercado ubicado en una zona residencial de clase alta de la capital de Nicaragua. El hecho consternó a la sociedad y causó la indignación de las organizaciones no gubernamentales que trabajan temas relacionados con la violencia de género por la indolencia demostrada por el gobierno de Daniel Ortega para poner atención a dicha problemática.

Monseñor Silvio Báez destacó que aunque se está estrenando como presidente del Departamento de Familia y Vida de la CEN, explicó que uno de los temas centrales que estará trabajando durante los próximos tres años al frente de dicha cartera episcopal será precisamente la erradicación de la violencia contra las mujeres desde las familias con el acompañamiento de la Iglesia.

"Vamos a reunirnos con los encargados de todas las Diócesis, vamos a acoger la exhortación apostólica Amoris Laetitia en su integridad, no sólo el capítulo VIII, como programa pastoral de educación para la familia en Nicaragua", dijo el obispo auxiliar de Managua.

El carmelita exteriorizó que dedicará todo su esfuerzo personal a la educación de la juventud de Nicaragua para que no se sigan reproduciendo los patrones machistas que generan violencia hacia las mujeres.

"Denunciaremos estos hechos que nos envilecen realmente como país", puntualizó Monseñor Báez.

En otras temáticas, el obispo auxiliar Silvio José Báez y el vicario de Familia, Vida e Infancia de la Arquidiócesis de Managua, padre Silvio Fonseca, celebraron que el gobierno que preside Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo dieran pie atrás a una iniciativa de ley que debería ser aprobada en ésta semana, que declaraba la fiesta de la Gritería, así como los cantos tradicionales, gastronomía, novenario y el propio día que la Iglesia celebra la Inmaculada Concepción de María como "patrimonio nacional de la República".

La "Gritería", una fiesta religiosa y folclórica que se celebra en los 153 municipios de Nicaragua y en los lugares donde la colonia nicaragüense es importante como Costa Rica y Estados Unidos, nació el 7 de diciembre de 1857, recién finalizada la Guerra Nacional, cuando fueron expulsados filibusteros estadounidenses.

La actividad se celebra la noche del 7 de diciembre (víspera de la muy católica fiesta de la Inmaculada Concepción de María) y consiste en recorrer las calles y visitar altares en honor a la Virgen, con cánticos y rezos a la vez que se grita "¿Quién causa tanta alegría?", a lo que se responde: "¡La Concepción de María!". A cambio de rezar y cantar, los feligreses reciben dulces, frutas, trozos de caña de azúcar y en algunos casos pequeñas bolsas con arroz, fríjoles, azúcar y otros tipo de regalos en medio de la quema de abundante pólvora.

La polémica sobre la declaración de la Gritería como patrimonio de la Nación surgió luego de que Rosario Murillo, portavoz gubernamental y vicepresidenta con funciones de primer ministra de facto del país declarara que se estaba trabajando una iniciativa de ley sobre el tema, que debería ser aprobada en la Asamblea Nacional (unicameral) dónde el partido de gobierno es mayoría absoluta.

"Ahí está toda la gastronomía, toda la  tradición, todos los festejos, la Novena; todo lo que rodea esta gran fiesta de la Fe  y de la Solidaridad, que representa la Novena a la Inmaculada Concepción de María y la Gritería, toda la fiesta de La Purísima, patrimonio histórico y cultural de nuestro pueblo, las familias nicaragüenses de nuestro país", expresó la funcionaria pública en comunicación con los medios de comunicación propiedad de la familia presidencial a finales de noviembre.

Pese a la oposición de algunos sectores de la población, entre ellos juristas y personajes de la vida pública quiénes reprobaron que el Estado, por considerar que se alejaba de la laicidad; fue la oposición unánime de la Conferencia Episcopal la que logró ganarle el pulso al régimen de Managua. El lunes 5 de diciembre, finalmente, el grupo parlamentario oficialista engavetó el proyecto de ley.

"El Estado se hubiera convertido en un legislador de lo que se le ocurra, puesto que eso sería (iniciativa de ley) haber arrebatado a los católicos algo que es de siglos para nosotros, y que de ninguna manera puede ser manoseado ni gobernado bajo ningún sistema político de Nicaragua", exteriorizó el padre Fonseca en conversación telefónica con Religión Digital.

Fonseca apoyó las palabras que dijera días atrás el arzobispo Leopoldo Brenes, quién aseguró que la Gritería era una celebración religiosa que nacía en la familias nicaragüenses, y que debía conservarse como tal, ya que era el mejor patrimonio que la Iglesia ha dado a la sociedad.

"La Iglesia católica como madre y maestra seguirá firme con las familias católicas, de que mantengan su devoción y que la transmitan de generación en generación, porque la Purísima es la fuente de evangelización dónde nuestros familiares han aprendido valores morales, el temor a Dios y ha sido nuestra mejor contribución a la sociedad", explicó el también párroco de la iglesia Santa Faz de Managua.

Fonseca fustigó el hecho que el gobierno de Daniel Ortega quiera manipular la fe de los creyentes para utilizar la fe como arma de dominio ideológico, señalando como ejemplo los altares a la Virgen María que realizan todas las dependencias del Estado nicaragüense la céntrica avenida Bolívar de la capital con claras frases de apoyo a la actual administración.

"Esa simple exposición de altares que se ven, yo en lo personal, no le veo objetivos evangelizadores sino tristemente con cierta intencionalidad política partidista", explicó el religioso añadiendo que la manipulación religiosa que el gobierno de Ortega hace de la fe cristiana nadie la puede negar en el país. "Es una evidencia, que frente a los hechos no valen los argumentos", dijo.

El padre Fonseca calificó de irrespetuoso el manoseo gubernamental a la fiesta de la Gritería, y añadió que en dichos altares del gobierno humillaban a los más pobres ofreciéndoles un plato de comida, en dónde la gente hacía colas interminables para conseguir un paquete alimentario.

"Todos nosotros los sacerdotes y el pueblo católico estamos totalmente claros que somos promotores de que esto es una tradición genuina y un regalo de Dios, de los católicos, las familias nicaragüenses y que por ende lo único que nos une y nos da rostro de nación es nuestra devoción a la Purísima", finalizó el padre Fonseca.

Mucho más diplomático, pero expresando la misma idea, se pronunció el obispo Silvio José Báez quién dijo que no podía entrar a juzgar a los personeros del gobierno quiénes prepararon la iniciativa de ley para declarar la Gritería como "patrimonio nacional", pero aseguró que escogieron el camino equivocado, ya que es imposible separar lo tradicional y cultural del elemento religioso de la fiesta de la Purísima Concepción de María.

"Esto fue lo que le dijimos al presidente de la República: Que no era competencia de la autoridad civil entrar a autoproclamarse autoridad que preservaba, promovía y conservaba un tesoro que es primer lugar y sobretodo, religioso aunque llevara elementos culturales", dijo enfático el obispo auxiliar de Managua, quién reconoció que la posición unida de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) logró que el Ejecutivo retrocediera en su intención de "estatizar" la celebración mariana.

Báez indicó que el proyecto de ley no le hubiera hecho bien ni al gobierno de Ortega ni tampoco a la Iglesia, y consideró que en un Estado como el nicaragüense que constitucionalmente es laico; le haría bien tener una relación respetuosa con la religión cristiana dónde pueda existir colaboración pero sin interferir el uno en las competencias del otro.

"La Iglesia no debe pretender gobernar la nación desde la fe, pero el Estado tampoco debe pretender servirse de la religión para imponer su ideología. Creo que eso no le hace bien a Nicaragua", finalizó Báez.

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