"Gracias por su incondicional disponibilidad y cercanía. Permanecerá siempre en nuestro corazón" Monseñor Ozoria agradeció a Raúl Berzosa su "servicio grande, incondicional y de mucha calidad"

Berzosa y la Virgen de Altagracia
Berzosa y la Virgen de Altagracia

La palabra servicio y la palabra gracias sobrevolaron toda la celebración, porque el arzobispo las subrayó en diversas ocasiones: “Agradecimiento por este servicio grande, incondicional y de mucha calidad”

En la homilía, monseñor Ozoria volvió a recordar que monseñor Berzosa “ha estado activo siempre, moviéndose sin parar; por su disponibilidad no ha tenido descanso ni ha querido descansar”

"Me llevo un amor grande a la Virgen de Altagracia, patrona del país”, de la que se proclamó embajador"

En una de las placas que le regalaron dice lo siguiente: “Agradecimiento a Monseñor Raúl Berzosa por su testimonio de vida, su entrega, su servicio desinteresado, su cercanía, su caridad pastoral, su alegría contagiosa, y su forma sabia de enseñar”

“Damos gracias a Dios por los años de fecundo servicio pastoral como obispo misionero de su excelencia monseñor Cecilio Raúl Berzosa”. La misa y la homilía del domingo, oficiada por el arzobispo titular de la archidiócesis primada de América, Francisco Ozoria, puso el broche de oro a los 3 años y medio de estancia del prelado español en la República dominicana.

Un broche de oro emocionado y lleno de gratitud, que fluyó durante toda la ceremonia, en una catedral repleta de fieles, a pesar de ser domingo electoral en todo el país. Además de la gente, despidieron a Don Raúl el arzobispo Ozoria, sus dos obispos auxiliares y más de 60 sacerdotes de toda la diócesis.

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Misa de acción de gracias
Misa de acción de gracias

Ya en el saludo, monseñor Ozoria invitó a los presentes a “dar un hasta luego a nuestro querido Raúl Berzosa, que saldrá la próxima semana para España y que nos deja después de tres años y medio de servicio”.

La palabra servicio y la palabra gracias sobrevolaron toda la celebración, porque el arzobispo las subrayó en diversas ocasiones: “Agradecimiento por este servicio grande, incondicional y de mucha calidad”.

En la homilía, monseñor Ozoria volvió a recordar que monseñor Berzosa “ha estado activo siempre, moviéndose sin parar; por su disponibilidad no ha tenido descanso ni ha querido descansar”.

Tanta fue la capacidad de servicio de Don Raúl que monseñor Ozoria confesó: “Un día casi le tuve que secuestrar, para que conociese Puerto Plata y aquella zona”.

Misa de despedida
Misa de despedida

Además, el arzobispo alabó la presencia del prelado español, porque “fue de mucho servicio y de mucha cercanía a la gente”. Al final de su estancia en Santo Domingo, le deseó que Dios le siga bendiciendo “en la nueva misión que la Iglesia le va a encomendar”.

Al final de la eucaristía, intervino monseñor Berzosa, que quiso empezar mandando un abrazo a todos los presentes y a los ausentes, empezando por el arzobispo y por los hermanos obispos y sacerdotes. Y, aunque no suele hacerlo, pasó a leer un papel que llevaba escrito, “para ser breve y por si me traicionan las emociones”.

Don Raúl, al llegar al final de su “rica y fecunda experiencia misionera” en Dominicana, quiso dejar claro lo que se lleva “de esta tierra y de esta gente”. Y enumeró cinco cosas.

La primera, “me llevo un pueblo santo y fiel , que está produciendo nuevas realidades y nuevos movimientos laicales de cristianos de base apasionadamente evangelizadores”. La segunda, “una presencia de un Cristo vivo como no había experimentado antes”.

Berzosa
Berzosa

La tercera, “un amor grande a la Virgen de Altagracia, patrona del país”, de la que se proclamó embajador. La cuarta, “una mayor comunión con el Papa Francisco”. Y la quinta, “un respeto profundo por los hermanos más pobres y vulnerables que he encontrado”.

Por todo ello, Berzosa aseguró que recibió “mucho más de lo que he dado y de lo que pueda devolver” y se despidió pidiendo las oraciones de la gente y deseando para todos “una lluvia de bendiciones”. Y el acto concluyó con el regalo para Don Raúl de una estatua de la Virgen de la Altagracia.

Y la de la catedral no fue la única despedida agradecida a monseñor Berzosa, que, durante estos últimos días, recibió numerosas muestras de cariño en distintas parroquias de la capital. Con mensajes tan cariñosos como éstos: “Esta Iglesia le quiere. Que la mano de Dios le proteja”. “Felices de haberle tenido como pastor, mejor dicho, como un buen pastor”. “Gracias Monseñor por su entrega y servicio a nuestra Iglesia Dominicana. Dios lo acompañe siempre”. “Agradecidos por sus servicios y los mejores deseos para la próxima etapa de vida en esta Iglesia en salida”.

Berzosa
Berzosa

En una de las placas que le regalaron dice lo siguiente: “Agradecimiento a Monseñor Raúl Berzosa por su testimonio de vida, su entrega, su servicio desinteresado, su cercanía, su caridad pastoral, su alegría contagiosa, y su forma sabia de enseñar”.

Y otra placa reza así: “A su excelencia monseñor Cecilio Raúl Berzosa Martínez. Excelencia en el orden sacerdotal; excelencia en su profundidad espiritual y cultural; excelencia en su dedicación al mostrar el rostro de Jesús entre sus hermanos. La parroquia nuestra señora de la Divina Providencia en Santo domingo (República Dominicana) le reconoce como un verdadero Pastor; hermano y amigo desde ahora y por siempre; y le agradece por su incondicional disponibilidad y cercanía. Permanecerá siempre en nuestro corazón. En Santo domingo República Dominicana en fecha 5 de febrero de 2024”.

Con el corazón lleno de nombres y de recuerdos, monseñor Berzosa regresa a España, donde seguramente le espera un nuevo puesto de servicio pastoral. Sería un pecado imperdonable que nuestra Iglesia, tan necesitada de pastores-misioneros, no le diese el lugar que le corresponde, para seguir desgastándose por el Reino.

Berzosa en Santo Domingo
Berzosa en Santo Domingo

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