“Creemos que en los tiempos de pandemia que vivimos se genera mucha confusión –se lee en el documento– somos bombardeados de noticias de todo tipo e intención. Abundan las fake news, los bulos, la distorsión, la información sesgada o distorsionada. Las redes sociales han hecho que la abundancia de información, incontrolada, nos haga experimentar con fuerza no solo la pandemia sino también la infodemia”.
Bajo la metodología de la Iglesia ver - juzgar y actuar, reforzada en el Concilio Vaticano II, las 15 páginas que componen la guía pastoral están orientadas a ofrecer criterios para hacer y consumir una información clara, oportuna y veraz , que es fundamental para las comunidades y personas que están viviendo distintas situaciones en esta pandemia. “En un cambio de época que privilegia la comunicación – subraya – debemos ser heraldos de verdad y esperanza para ayudar a contener el avance de Covid-19, la ansiedad y temores provocados por la pandemia y mitigar los daños que produce”.
El documento episcopal constata que actualmente, en el campo mediático, se privilegia la comunicación por internet y las redes sociales, que impide seleccionar y discernir contenidos y donde campea la distorsión, la creación o recreación de realidades, la manipulación de cifras y contenidos, las fake news o bulos. Una abundancia de información que para la Iglesia mexicana, está generando una infodemia y, por ende, la crisis de credibilidad sobre lo que se ofrece a través de los medios de comunicación.
La pastoral de comunicación indica que en tiempos de emergencia sanitaria y ante la realidad del confinamiento, la mayoría de la gente busca, a través de los medios tradicionales, las redes sociales y el internet, saber lo que sucede, cómo prevenir, cómo actuar y encontrar soluciones de salud, sociales y económicas. Por ello, considera que la cobertura de noticias de la Covid-19 representa un desafío para comunicadores y periodistas.
“La tarea del comunicador en este contexto mediático y sanitario exige un ejercicio de su profesión de modo ético, libre, consciente y responsable; evitar los sensacionalismos o el escándalo que confunde; transmitir información veraz y no infundir miedo; recurrir a fuentes certificadas y confiables; y alentar el optimismo y la esperanza”.
Es así como la Iglesia mexicana – en “tiempos de pensamiento débil, líquido y relativista” – llama a los comunicadores a “ser timón y no veleta” en medio de esta pandemia. Por su parte, la Iglesia mexicana seguirá cumpliendo su misión de anunciar el Evangelio, que se traduce como Buena Noticia o Buena Nueva, y que es el centro de la fe cristiana y el motor de toda la vida de la Iglesia.