El Nuncio se pronunció durante la Asamblea General de la OEA La Santa Sede "deplora y condena" el intento de golpe de Estado en Bolivia

Golpe de estado en Bolivia
Golpe de estado en Bolivia Vatican Media

El Nuncio Turturro subrayó que la región no puede centrarse en el crecimiento económico "sin invertir en el desarrollo integral de cada persona, especialmente de los pobres y vulnerables": un tercio de la población local, recordó, vive en la pobreza

La Santa Sede se une a la comunidad internacional para "deplorar y condenar" el intento de golpe de Estado en Bolivia. Monseñor Vincenzo Turturro, al abrir ayer su discurso en la 54ª sesión ordinaria de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Asunción, se refirió a los acontecimientos de La Paz. 

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El nuncio apostólico en Paraguay y jefe de la delegación de la Santa Sede en la reunión de la OEA, se detuvo luego en el tema central de los trabajos: la integración y la seguridad para el desarrollo sostenible de las Américas. Trayendo el saludo del Papa Francisco y reiterando las palabras del Pontífice sobre el desarrollo sostenible con "rostro humano", Mons. Turturro subrayó que la región no puede centrarse en el crecimiento económico "sin invertir en el desarrollo integral de cada persona, especialmente de los pobres y vulnerables": un tercio de la población local, recordó, vive en la pobreza.

Son precisamente los más desfavorecidos quienes deben situarse en el centro de la acción responsable para una sociedad más justa y equitativa. "La inequidad", añadió, "no es inevitable", requiere voluntad y determinación colectiva, con participación sinérgica en enfoques solidarios para las distintas realidades regionales y acuerdos sostenibles que respondan "a los intereses de todos y no sólo de algunos".

Se prestó especial atención a la situación de los migrantes y refugiados en el hemisferio. Se reiteró que las soluciones deben abordar tanto las causas de los movimientos masivos de población como las necesidades de las comunidades de acogida. El camino a seguir consiste en "priorizar las políticas de acogida e integración", buscando el "bien" de la región.

En el marco de una cultura de la vida y la fraternidad, el nuncio apostólico subrayó a continuación un llamamiento en favor de los derechos fundamentales, incluida la libertad de religión y de fe, y la promoción de la educación, el trabajo, la inclusión social y la paz.

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