Padre Renold Antoine: "La situación es extremadamente grave" Misioneros redentoristas denuncian el secuestro de tres religiosas en Haití
“Rezad por la paz y para que cese la violencia en el país donde los grupos criminales siembran el terror y el pánico entre la población” es lo que pide el padre Renold Antoine, misionero redentorista (CSsR) en Haití
"La situación ha degenerado. Para muchos, la causa reside en la obstinación y el chapucerismo de los responsables políticos, que no frenan la violencia de los grupos al margen de la ley"
"Llamamos a las autoridades y a los políticos buscar una solución duradera que saque al país de esta terrible crisis. Y a la comunidad internacional para que actúe porque la situación es extremadamente grave"
"Haití es nuestro. Unámonos para cambiar este horrible paradigma. Digamos más bien SÍ a la vida, al progreso, al bienestar colectivo, a la paz y a la seguridad para todos"
"Llamamos a las autoridades y a los políticos buscar una solución duradera que saque al país de esta terrible crisis. Y a la comunidad internacional para que actúe porque la situación es extremadamente grave"
"Haití es nuestro. Unámonos para cambiar este horrible paradigma. Digamos más bien SÍ a la vida, al progreso, al bienestar colectivo, a la paz y a la seguridad para todos"
(Agencia Fides).- “Rezad por la paz y para que cese la violencia en el país donde los grupos criminales siembran el terror y el pánico entre la población” es lo que pide el padre Renold Antoine, misionero redentorista (CSsR) en Haití.
La nueva escalada de violencia sin precedentes en la isla comenzó tras conocerse, durante la recién concluida cumbre de la Comunidad del Caribe (CARICOM) en Georgetown (Guyana), que el Primer Ministro Ariel Henry se había comprometido a celebrar elecciones en Haití el 31 de agosto de 2025.
"La noticia ha desatado la furia de los grupos armados que controlan la capital haitiana y sus suburbios. Antes rivales, ahora han unido sus fuerzas para exigir la dimisión del primer ministro del país", confirma el misionero. Desde entonces, comisarías, subcomisarías e incluso el aeropuerto internacional Toussaint Louverture han sido blanco de los ataques de los miembros de las bandas.
Escuelas, hospitales, orfanatos, bancos comerciales, edificios públicos y numerosas empresas han sido saqueados. La población civil está aterrorizada por la furia de los grupos armados. Miles de personas han tenido que abandonar sus hogares para refugiarse en campos donde se sienten más seguros, pero a menudo en condiciones inhumanas. Casi todas las instituciones republicanas están inactivas y desatendidas; dos grandes prisiones del área metropolitana de la capital, donde estaban recluidos miembros de las bandas más temidas del país, han sido ocupadas por grupos armados al margen de la ley, lo que ha facilitado la fuga masiva de reclusos."
El padre Renold también informa del secuestro, el 5 de marzo, de tres hermanas de la Congregación de las Hermanas de San José de Cluny. El 24 de enero, la Iglesia de Haití había convocado una Jornada de Oración por la liberación de todos los secuestrados. "La situación ha degenerado. Para muchos, la causa reside en la obstinación y el chapucerismo de los responsables políticos, que no frenan la violencia de los grupos al margen de la ley. Esta situación ha agravado la pobreza y los problemas de salud en este país que ya era el más pobre del hemisferio occidental".
"Nosotros, como Redentoristas", concluye el padre Renold, "hacemos un llamamiento, una vez más, a los que están en el poder político y a las figuras políticas, tanto en el poder como en la oposición, para que hagan lo necesario para detener la violencia y buscar una solución duradera que saque al país de esta terrible crisis. Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional para que actúe porque la situación es extremadamente grave".
También apelamos a la conciencia de todos, porqueha llegado el momento de levantarse y decir NO a esta realidad en la que nos encontramos desde hace tantos años. No podemos contentarnos con nuestro bienestar individual a costa de nuestro bienestar colectivo. Debemos negarnos a ser cómplices de las atrocidades que los malvados están cometiendo contra nuestro pueblo. Todos estamos obligados y condenados a vivir juntos en esta tierra de libertad. Haití es nuestro. Unámonos para cambiar este horrible paradigma. Digamos más bien SÍ a la vida, al progreso, al bienestar colectivo, a la paz y a la seguridad para todos".
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