La religión, muy presenete en la toma de posesión del presidente de EEUU Trump: "Fui salvado por Dios, que quiere que haga a América grande otra vez"

Trump, junto a Melania, jura la Constitución
Trump, junto a Melania, jura la Constitución EFE

El republicano fue bendecido por tres clérigos: el presidente de la Universidad Yeshiva del norte de Manhattan, el rabino Ari Berman, el pastor evangélico Lorenzo Sewell y el sacerdote católico Frank Mann de Nueva York. Las oraciones al inicio de la inauguración estuvieron a cargo del pastor evangélico Franklin Graham y el cardenal neoyorquino Timothy Dolan

"Han intentado acabar con mi libertad e incluso con mi vida. Hace unos meses una bala voló por mi oreja y creo que mi vida la preservo por una razón: Dios me ha permitido hacer de Estados Unidos un país grande de nuevo"

"No vamos a olvidar a nuestro país, no vamos a olvidar nuestra Constitución y tampoco vamos a olvidar a nuestro Dios"

Dos Biblias (que no utilizó durante su juramento), tres clérigos y un constante uso de los términos 'Dios' y 'Religión' Donald Trump, desde ayer presidente número 47 de EEUU, colocó su fe, aparentemente, en el centro de la toma de posesión en el Capitolio. "Fui salvado por Dios, que quiere que haga a América grande otra vez", llegó a decir en su discurso.

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Nada más jurar su cargo, el republicano fue bendecido por tres clérigos: el presidente de la Universidad Yeshiva del norte de Manhattan, el rabino Ari Berman, el pastor evangélico Lorenzo Sewell y el sacerdote católico Frank Mann de Nueva York. Las oraciones al inicio de la inauguración estuvieron a cargo del pastor evangélico Franklin Graham y el cardenal neoyorquino Timothy Dolan, quien leyó el libro de la Sabiduría y concluyó rogando "Por favor Dios, bendice a EU, puedes entender nuestros problemas".

Trump, jurando (sin poner la mano en las biblias)

Antes, como es norma habitual, el nuevo presidente asistió a un servicio religioso en la iglesia episcopal de St. John's, y durante la fórmula de juramento, se hizo acompañar por dos Biblias: una, que perteneció a su madre, y otra, la clásica de Abraham Lincoln, que sujetaba, a su lado, su mujer, Melania Trump. A la hora de la verdad, no obstante, no colocó la mano en ninguna de ellas.

Juro solemnemente que cumpliré fielmente el cargo de presidente de los Estados Unidos y que daré lo mejor de mí para preservar, proteger y defender la Constitución de los Estados Unidos con la ayuda de Dios

Sí se acordó de Dios en varias ocasiones. De hecho, Trump se mostró convencido (no era la primera vez que lo decía) que fue salvado por una mano divina del frustrado atentado durante la campaña electoral: "Han intentado acabar con mi libertad e incluso con mi vida. Hace unos meses una bala voló por mi oreja y creo que mi vida la preservo por una razón: Dios me ha permitido hacer de Estados Unidos un país grande de nuevo".

Y dejó claras sus prioridades: el país, la Constitución y "Dios nuestro Señor". "Mi gobierno estará inspirado en la búsqueda de la excelencia. No vamos a olvidar a nuestro país, no vamos a olvidar nuestra Constitución y tampoco vamos a olvidar a nuestro Dios", llegó a decir.

Un Dios que no impidió que firmara sus primeras órdenes ejecutivas, un desafío para el Evangelio de la acogida y la Iglesia en salida que postula el Papa Francisco: salida de la OMS, salida del Acuerdo del Clima de París o la 'emergencia nacional' para expulsar del país a millones de migrantes, cerrando las fronteras con México. Por no hablar de sus ataques a la diversidad sexual: "Solo hay dos géneros, masculino y femenino". Comienza una nueva era en Estados Unidos. Y en el mundo, que aguarda, temeroso, los siguientes pasos del hombre más poderoso sobre la Tierra. Y de sus amigos, como el magnate Elon Musk, que ayer sorprendió (o tal vez no tanto) con lo que muchos interpretaron como el saludo nazi.

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