"Por cómo los describen algunos políticos en EEUU, se podrían pensar que son infrahumanos" Cardenal Mahony: "Los inmigrantes son parte de la solución, no del problema"

Una cosa que no oirán durante esta temporada política es cómo los inmigrantes en Estados Unidos -recuerden que todos somos descendientes de inmigrantes- han ayudado a hacer grande esta nación con el sudor de su trabajo y el contenido de su carácter.

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Los inmigrantes han ayudado a construir nuestras ciudades, nuestros sistemas de transporte y nuestra infraestructura nacional. Contribuyen en gran medida a la salud económica del país trabajando en importantes industrias que ayudan a impulsar el crecimiento y a crear puestos de trabajo. 

Por supuesto, eso nunca se sabría escuchando nuestro discurso político. Por la forma en que algunos de nuestros políticos los describen, se podría pensar que los inmigrantes son infrahumanos y una amenaza para el modo de vida estadounidense. El chivo expiatorio de los inmigrantes por parte de algunos de nuestros líderes políticos es erróneo y contrario a los hechos. Veamos algunas de las pruebas.

Ayudan a pagar las facturas del país 

En primer lugar, los inmigrantes ayudan al país a pagar sus facturas. Según estimaciones de la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense (ACS), los inmigrantes pagaron 382.900 millones de dólares en impuestos federales y 196.300 millones de dólares en impuestos estatales y locales en 2022. Los inmigrantes indocumentados pagaron 96.700 millones de dólares de ese total, una cantidad que aumentaría a 136.900 millones de dólares si recibieran un estatus legal. También mantienen solventes nuestros planes públicos de jubilación, habiendo pagado 25.700 millones de dólares en impuestos de la Seguridad Social, 6.400 millones de dólares en impuestos de Medicare y 1.800 millones de dólares en seguro de desempleo en 2022, programas para los que no son elegibles.

En segundo lugar, los inmigrantes contribuyen a crear empleo en la economía estadounidense, no a quitarlo. A pesar de constituir alrededor del 14% de la población, los inmigrantes representan uno de cada cinco empresarios en todo el país, produciendo 110.000 millones de dólares en ingresos empresariales en 2022. Según un estudio del Banco de la Reserva Federal de Dallas, los inmigrantes han contribuido al crecimiento de la economía tras la pandemia, estimulando el crecimiento del empleo y manteniendo baja la inflación. 

En tercer lugar, los inmigrantes desempeñarán un papel importante en la vida económica del país en las próximas décadas. Con la jubilación de los baby boomers y el descenso de las tasas de natalidad, la escasez de trabajadores en determinados sectores no hará sino aumentar en la próxima década. El servicio de saluda de EE.UU. predice una escasez de 3 millones de trabajadores sanitarios esenciales con bajos salarios en los próximos cinco años, un campo en el que los inmigrantes ya representan actualmente el 15,6% de las enfermeras y el 28% de los auxiliares sanitarios a domicilio.

Mientras el país se enfrenta a una crisis de vivienda asequible, un estudio de Associated Builders and Contractors ha revelado recientemente que el sector de la construcción podría sufrir un déficit de 500.000 trabajadores ya el año que viene. Y el sector agrícola seguirá dependiendo de la mano de obra inmigrante, pues hoy más del 25% de los trabajadores agrícolas y el 54,3% de los clasificadores y clasificadores de productos agrícolas son inmigrantes. 

Por último, la contribución de los inmigrantes al crecimiento económico de Estados Unidos es inmensa. Debido al aumento previsto de la mano de obra inmigrante en la próxima década, la Oficina Presupuestaria del Congreso estima que el Producto Interior Bruto (PIB) crecerá en 8,7 billones de dólares .

Compartiendo valores

No sólo pagan lo suyo y más, los inmigrantes también comparten los valores que comparten todos los estadounidenses: la importancia de la familia, la fe y la libertad. A pesar de los intentos de presentarlos como delincuentes y una amenaza para la sociedad, se ha comprobado que las comunidades de inmigrantes son más seguras que las de ciudadanos estadounidenses.

En lugar de aceptar las contribuciones de los inmigrantes y proponer soluciones para actualizar un sistema de inmigración anticuado, muchos de nuestros líderes electos siguen politizando la cuestión y ofreciendo las mismas propuestas de siempre, basadas únicamente en la aplicación de la ley, políticas que han fracasado en los últimos 30 años.

No podemos seguir aceptando su duro trabajo y sus impuestos al tiempo que les explotamos y les culpamos de nuestros problemas

Para ser claros, los estadounidenses tienen todo el derecho a estar preocupados por el sistema de inmigración de Estados Unidos y por la necesidad de repararlo, incluida la revisión de la gestión de las fronteras del país. Sin embargo, como cuestión moral, no podemos seguir aceptando su duro trabajo y sus impuestos al tiempo que les explotamos y les culpamos de nuestros problemas. 

Un sistema de inmigración moderno que mejore las vías legales de migración, saque de la sombra a los trabajadores indocumentados, defienda el Estado de Derecho, garantice nuestra seguridad y nos prepare para el futuro es factible.

En resumen, los inmigrantes son parte de la solución, no la causa, de los retos sociales y económicos de nuestro país. Los abandonamos por nuestra cuenta y riesgo.

* El autor es arzobispo emérito de la archidiócesis católica de Los Ángeles.