La masacre de inocentes en Nueva Zelanda "nos deja horrorizados" Los obispos estadounidenses apoyan la ley de protección legal permanente a "dreamers"
Apoyan la American Dream and Promise Act 2019 (HR6), el nuevo proyecto de ley presentado al Congreso, que tiene como objetivo proporcionar protección legal permanente y un camino hacia la ciudadanía a los llamados "Soñadores"
Aunque varios fallos judiciales han permitido hasta ahora a los Dreamers extender su estadía en los Estados Unidos, su estatus legal sigue siendo incierto
Cerca de 800.000 jóvenes inmigrantes están en riesgo de ser deportados.
DiNardo, junto con los obispos neozelandeses, reafirma su solidaridad con la comunidad musulmana
Cerca de 800.000 jóvenes inmigrantes están en riesgo de ser deportados.
DiNardo, junto con los obispos neozelandeses, reafirma su solidaridad con la comunidad musulmana
| Vatican News/RD
La Comisión de Migración de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos ha intervenido recientemente en el debate sobre el nuevo proyecto de ley que tiene por objeto garantizar a los niños pequeños de los inmigrantes irregulares y a los titulares de un estatuto de protección temporal o de permisos temporales, una protección jurídica permanente con vistas a la ciudadanía. Para los obispos esta es una medida necesaria.
Los obispos de los Estados Unidos apoyan la American Dream and Promise Act 2019 (HR6), el nuevo proyecto de ley presentado al Congreso, que tiene como objetivo proporcionar protección legal permanente y un camino hacia la ciudadanía a los llamados "Soñadores" y beneficiarios del Estatus de Protección Temporal (TPS) o de la Salida Forzada Diferida (Ded). (Documento completo)
Contenido de la medida
De aprobarse, la ley permitiría a los jóvenes inmigrantes que entraron irregularmente en los Estados Unidos antes de los 18 años, que estudien o trabajen en el país y hayan residido continuamente durante al menos cuatro años después de su entrada en vigor, obtener un permiso de residencia permanente a fin de obtener la ciudadanía.
Una posibilidad similar se concedería a los extranjeros con Tps y Ded que hayan sido residentes durante al menos 5 años. La medida busca llenar el vacío legislativo creado tras la decisión del presidente Trump, en 2017, de suprimir el Daca, el programa diseñado por la Administración Obama para la protección de los jóvenes inmigrantes que llegaron a Estados Unidos como resultado de tener padres sin documentos regulares.
Aunque varios fallos judiciales han permitido hasta ahora a los Dreamers extender su estadía en los Estados Unidos, su estatus legal sigue siendo incierto y cerca de 800.000 jóvenes inmigrantes están en riesgo de ser deportados. Similar es la situación de muchos extranjeros que gozan de protección temporal o de permisos temporales renovables (Ded) y que han residido y trabajado en el país durante años.
Urgente una "solución legislativa definitiva" para los dreamers y beneficiarios de Tps
Por esta razón, la Conferencia Episcopal pide una "solución legislativa definitiva" y, en este sentido, apoya la ley HR6. Joe S. Vásquez, presidente de la Comisión para la Migración de la Conferencia Episcopal (Usccb), dijo ayer: "Los soñadores y los poseedores de Tps son miembros vitales de nuestra comunidad que van a la escuela, trabajan para mejorar nuestras comunidades y formar familias. Han vivido en el limbo legal durante demasiado tiempo y es hora de encontrar una solución", dijo el prelado.
La posición de los obispos ilustrada en una audiencia en la Cámara Baja
La posición del episcopado sobre la medida fue ilustrada en los últimos días por Mons. Mario Dorsonville-Rodríguez, miembro de la misma Comisión Episcopal de Migración, en una audiencia en la Comisión de Justicia de la Cámara de Representantes.
En su informe, el prelado reiteró la petición de los obispos de una solución legislativa que garantice a los Socios y beneficiarios del TPS o Ded un camino para obtener la ciudadanía. Esta solución -señaló Mons. Dorsonville-Rodríguez- no debe, sin embargo, ir en detrimento de otras familias inmigrantes y de los menores. El obispo recordó, en particular, la necesidad de proteger a los solicitantes de asilo y a los menores no acompañados, así como de prevenir la trata de seres humanos y los abusos.
El Presidente del Comité de Migración de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos apoya el USA Act y pide una inmediata solución legislativa para los Dreamers. Foto Tyler Orsburn de @CatholicNewsSvchttps://t.co/OFlZ4xIlPlpic.twitter.com/KgCFsdgwoS
— Obispos CatólicosUSA (@USCCBEspanol) 25 de abril de 2018
Por su parte, el Cardenal Daniel N. DiNardo de Galveston-Houston y Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos emitió una declaración en respuesta a la masacre ocurrida en dos mezquitas de Christchurch, Nueva Zelanda.
En el atentado perecieron docenas de fieles y resultaron heridos muchos otros, incluidos niños. En el mensaje, el Card. Daniel DiNardo, en nombre de los obispos de Estados Unidos, expresa su cercanía a las víctimas de las masacres en las mezquitas: es "una masacre de inocentes que nos deja horrorizados".
No permanezcamos indiferentes a tales tragedias
El Card. DiNardo expresa su preocupación: "Desgraciadamente, los americanos estamos demasiado familiarizados con la violencia armada, que a menudo afecta a las comunidades religiosas", prosigue el presidente de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, y por esta misma razón pide no permanecer "insensibles al horror de estas tragedias" y unirse en la oración por las víctimas.
Solidaridad con la comunidad musulmana
DiNardo, junto con los obispos neozelandeses, reafirma su solidaridad con la comunidad musulmana y reza en particular "para que Dios cambie el corazón de los que odia sin reconocer la dignidad inherente de todas las personas". William F. Vendley, director internacional de Religión por la Paz, también lamenta "el horrible acto de terror que mató a 49 creyentes musulmanes", un ataque "diseñado para matar a gente inocente, atacar al Islam y sembrar el miedo entre diferentes comunidades". Su exhortación es que todos los creyentes, pertenecientes a cualquier religión, se unan en "solidaridad activa y condena común del terrorismo".
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