Teresa Panza en El Quijote
Teresa (doc. ±1330, del lat. tard. Therasia, del gr. Therasía; 'de Therasía, actual Thirasía, isla griega situada al oeste de Thira ) f.: este nombre connota mujer de su casa: ««Teresa trikitesa, pon la mesa.» «Trikitesa» es palavra de énfasis.», Corr. 496.a.
Teresa: 90: [doña Teresa (Panza): 3; la señora Teresa: 4; mi mujer Teresa (Panza): 6; mi Teresa: 3; mi Teresa Panza: 1; replicó Teresa: 3; respondió Teresa: 11; su mujer Teresa Cascajo: 1; su mujer Teresa (Panza/Cascajo): 6; Teresa Panza: 34]; Teresaina: 1; Teresona: 1
|| Teresa Cascajo: Como en otras ocasiones, es posible que haya alusión cómica en el apellido de Teresa Cascajo, mujer de Sancho Panza: «Cascajo se llamó mi padre; y a mí, por ser vuestra mujer, me llaman Teresa Panza, que a buena razón me habían de llamar Teresa Cascajo.», II.5.20. Nótese la réplica de su marido: «¿Qué tiene que ver el Cascajo, los broches, los refranes y el entono con lo que yo digo?», II.5.21. ® Panza: Teresa.
|| Teresa del Berrocal: ® berrocal
|| Teresa Panza: en el segundo volumen, a partir del epígrafe del capítulo cinco, se llamará siempre así a la mujer de Sancho Panza.
Más bien que de la etopeya estable de este personaje, habría que hablar de su evolución moral, típica de una persona privada de autonomía y por ello totalmente dependiente de quienes rigen su vida. La dinámica reactiva a su opresión inicial la conducirá a una revancha final que, dentro de lo que cabe en el sistema de la época, ella imaginará como revancha total de quienes la oprimieron.
Inicialmente, Teresa no es una rústica zafia, cuya función sería el subrayar groseramente la ambición de su marido. Aferrada por instinto de conservación a su condición villana, representa el buen sentido popular y la sabiduría prudente frente a las pretensiones desmesuradas de Sancho: «—Yo os digo, mujer—respondió Sancho—, que si no pensase antes de mucho tiempo verme gobernador de una ínsula, aquí me caería muerto. —Eso no, marido mío—dijo Teresa—: viva la gallina, aunque sea con su pepita; vivid vos, y llévese el diablo cuantos gobiernos hay en el mundo; sin gobierno salistes del vientre de vuestra madre, sin gobierno habéis vivido hasta ahora, y sin gobierno os iréis, o os llevarán, a la sepultura cuando Dios fuere servido.», II.5.11-12.
Mantiene la misma actitud de prudente modestia a propósito de hacer condesa a Sanchica. Lo cual no impide que, en cuanto lo ve factible, reivindica la libertad femenina contra el dominio absoluto del varón.
Todo cambia en su comportamiento social prudente, cuando se convence (o la convencen) de que su marido es gobernador; entonces no vacila en fantasear una revancha sobre las hidalgas de su pueblo. A pesar de su prudencia inicial, se deja ahora engañar por la misma burla que su marido, burla motivada por el despecho y vanidad de la duquesa, ultrajada por la publicidad dada al «Aranjuez de sus fuentes». La burla es llevada hasta la aldea por el paje que había hecho de Dulcinea, con «desenfado varonil y... una voz no muy adamada» (II, 35), obligando a Sancho a darse tres mil azotes para lograr el desencanto de la dama. «La burla se inicia cuando el paje usa de tratamientos caballerescos con Sanchica, a quien llama «doncella», tratándola de «vos» mientras que, arrodillado ante Teresa, la saluda con gran reverencia llamándola «mi señora doña Teresa» y tratándola de «vuestra» o «vuesa merced». La fórmula, aunque a ella le parece exorbitante, y de hecho lo es usada con una villana, no es más que mediana cortesía y además marca un franco descenso si se la compara con los tratamientos que Sancho fantaseaba en II.5. Sólo le conviene, en plan de burla, a la «mujer dignísima de un gobernador archidignísimo», y tan digno, que incluso sabía añadirles sufijos superlativos a nombres, sustantivos y verbos en subjuntivo (II.38) y cuya fantasía verbal adopta aquí con socarrona ironía el paje. No se olvide que el papel de este paje de los duques estriba en acreditar la burla del gobierno de Sancho con pruebas fidedignas. Una de ellas es la carta de la duquesa a Teresa, modelo de falsa familiaridad aristocrática que la tonta de Teresa se toma al pie de la letra. ® carta. Otra prueba de la ascensión social de los Panzas parece ser la sarta de corales finos con extremos de oro que más eran adorno corriente de aldeanas que de damas nobles. Pero en boca de Teresa, todo se convierte en puro milagro: se multiplican duquesas y gobernadores; la villana se convierte en gobernadora y los corales, ya «avemarías y padres nuestros», pasan del estado de collar profano al de rosario. Sólo le hace falta a Teresa vestir de dama para lograr una revancha total: insiste en efecto el texto en que no sólo lleva una saya parda sino que la lleva tan corta, que parece «cortada por vergonzoso lugar» como si fuera ramera o, cuando más, la doña Lambra del romance. En consecuencia, le pide al cura que se le compre un verdugado al uso… Deslumbradas por la embajada del paje, fuera ya de toda prudencia, madre e hija, encerradas en la ínsula de sus ilusiones, participan plenamente de la locura y «encantamentos» de la narración principal, o por lo menos, así lo siente el lector… el deseo delirante de madre e hija de «echar coche» es consecuencia directa de la carta de Sancho, cuya lectura nos ahorra el narrador por quedar ya referida. La elipsis de la carta confirma la impresión de que Teresa y Sanchica invierten radicalmente la actitud sensata de Teresa en II, 5.» , Nadine Ly, en Rico 1998 b, p. 194-195.
Muy a pesar suyo, Teresa tendrá que volver a su actitud primera, a partir del momento en que su marido renuncie a su gobierno, repitiendo una frase que en puridad le viene de ella, cuando le daba lecciones de modestia: «Vuestras mercedes se queden con Dios, y digan al duque mi señor que, desnudo nací, desnudo me hallo: ni pierdo ni gano», II.53.25.
Prosopografía de Teresa Panza: «A cuyas voces salió Teresa Panza, su madre, hilando un copo de estopa, con una saya parda. Parecía, según era de corta [la saya parda], que se la habían cortado por vergonzoso lugar, con un corpezuelo asimismo pardo y una camisa de pechos. No era muy vieja, aunque mostraba pasar de los cuarenta, pero fuerte, tiesa, nervuda y avellanada», II.50.12. • Nótese que el Caballero del Bosque describe a don Quijote como: «estirado y avellanado de miembros», II.14.7. • por vergonzoso lugar: expresión tomada del romance de las quejas de doña Lambra: «Los hijos de doña Sancha | mal amenazado me han | que me cortarían las faldas | por vergonzoso lugar», Canc. de romances, 1550, ed. cit. p. 232 a. • El de Estebanillo es un ejemplo más de difusión a añadir a los recogidos por Menéndez Pidal [2], EstebaGlez, c. I, p. 84. ® Panza: Juana Panza ® Teresona
|| CARTA DE LA DUQUESA A TERESA PANZA: II.50. La fecha de esta carta, el 20 de julio de 1614, está en aparente contradicción con la cronología que cabe deducir del hecho que la acción de la Segunda parte, la tercera salida, se sitúa un mes después de la vuelta de don Quijote a su lugar en un carro de bueyes (fin de la Primera parte). Sin embargo cabe recordar que Cervantes se sirve de este tipo de incoherencias cronológicas para llamar la atención de los lectores sobre acontecimientos de particular importancia contemporáneos a su escritura. Tal es el caso, por ejemplo, de la expulsión de los moriscos, que tiene lugar en 1610, y que él incorpora como tema importante en su Segunda parte (tema de los moriscos).
El papel del paje de los duques, portador del correo de la duquesa, consiste en acreditar la burla del gobierno con pruebas fidedignas. «Una de ellas es la carta de la duquesa a Teresa, modelo de falsa familiaridad aristocrática que la tonta de Teresa se toma al pie de la letra, creyendo ser señales verdaderas de amistad igualitaria el «Amiga Teresa» que encabeza la carta, el «querida mía» que señala el paso del «vos» a la tercera persona sin tratamiento, y la fórmula de despedida «su amiga que bien la quiere». En su Coloquio de la honra (1533) denuncia Antonio de Torquemada la hipocresía e irreversibilidad de esos tratamientos, pero quienes los condenan con más fuerza son Lorça y Godoy, protagonistas del conocido Diálogo de los pajes de Diego de Hermosilla (1573), considerando que por faltarles a ellos linaje, el duque su amo les socorre con el suyo llamándoles «primos y parientes». Tanto como Teresa, pues podría ser víctima de la condescendencia aristocrática el paje portador del pliego, aunque reconozca que las señoras de Aragón son más llanas que las castellanas: así justifica el hecho extraño de que la duquesa le pida bellotas a Teresa.», Nadine Ly, en Rico 1998 b, p. 194-195.
Teresaina (dim.Teresa + -ina; puede ser un compromiso entre el aum. Teresona y el dim.Teresina) f. No es imposible que en el apodo se haya buscado una analogía con tontaina: «Y así un poeta llamó un bobo en una comedia [Bamba]; y se entiende el refrán donde dice el marido a su mujer. § Tú Bamba, yo Bamba | no hay quien nos tenga; | tú tonta y yo tonto, | no hay quien nos entienda», Cov. 189.b.30.
Sansón, sin saber que Sancho se ha ocupado ya de esta tarea (® Teresona), sugiere un nombre de pastora para Teresa: «Sancho Panza, si es que ha de entrar en esta cofadría, podrá celebrar a su mujer Teresa Panza con nombre de Teresaina», II.73.26. ® Teresona ® Anarda
Teresona (aum.Teresa + -ona 'la gorda') f. nombre de pastora para Teresa: «—No pienso—respondió Sancho—ponerle otro alguno sino el de Teresona, que le vendrá bien con su gordura y con el propio que tiene, pues se llama Teresa», II.67.11.
Si bien el narrador dijo de Teresa Panza que era «tiesa, nervuda y avellanada», II.50.12, más bien que con esta figura de flaca, nos la imaginamos buena comedora y gorda como su marido, ya que Sancho dijo de ella mucho antes: «es mi Teresa de aquellas que no se dejan mal pasar, aunque sea a costa de sus herederos.», II.25.28. ® Teresa Panza
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[1] «f. Ret. Descripción del carácter, acciones y costumbres de una persona.», DRAE. [2] en Romancero tradicional, II, M1963, pp. 127-129
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Salvador García Bardón, Taller cervantino del “Quijote”, Textos originales de 1605 y 1615 con Diccionario enciclopédico, Academia de lexicología española, Trabajos de ingeniería lingüística, Bruselas, Lovaina la Nueva y Madrid, 2005-2006.