Proceso y elaboración del pan y del vino
El labrador, antes de presidir la mesa de familia y de partir el pan a rebanadas, ha tenido que roturar la tierra, labrarla, escoger la semilla del trigo, sembrarla, abonar el campo, y en primavera, cuando no había insecticidas, escardar los trigales.
Llega la hora de la siega, del acarreo de la mies, de hacinar los haces, esparcirlos después en la parva, y trillar, aventar, y guardar el grano limpio.
Una vez el grano en los trojes, ir al molino, traer la harina, cernerla, amasar, dejar a que fermente, hacer las hogazas, cocerlas al horno de leña, y llevar a casa el pan candeal, para partirlo a la hora de la comida.
Semejante a las labores necesarias hasta tener el pan entre las manos, sucede con los trabajos necesarios para bridar con el vino nuevo. Hay que arar y binar la viña, entrecavar, podar las cepas, sarmentar el viñedo, sulfatar, cuidar y vigilar, para que no destrocen las alimañas el fruto de la vid.
En otoño se vendimia, se trasladan las uvas en cuévanos hasta el lagar, se pisan los racimos, se trasiega el mosto, hasta que cuece, y hecho vino se brinda entre amigos.
Pan partido, copa levantada, amor del padre de familia, vida ofrecida: Eucaristía.