El embeleso, la admiración, el santo temor de Dios, el respeto, el amor, la ofrenda generosa y la contemplación son las actitudes que nos corresponden estos días inmediatos a la Nochebuena. Dispongamos el corazón a ocho días de la Navidad. 22 IV Domingo de Adviento

22 IV Domingo de Adviento
22 IV Domingo de Adviento

La Virgen de la Esperanza

22 IV Domingo de Adviento, “A” 

Texto bíblico 

“El Señor mismo os va a dar una señal: La joven está encinta y va a tener un hijo, al que pondrá por nombre Emanuel” (Is 7, 14). 

Comentario 

Última semana de Adviento. ¡No hay tiempo que perder! Los anuncios de la inminente llegada del Señor son cada vez más solemnes. Se cumplen las profecías, lo que estaba anunciado desde antiguo, acontece. De la descendencia de la mujer va a nacer quien pise la cabeza del mal para siempre. “Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta: “La virgen quedará encinta, y tendrá un hijo al que pondrán por nombre Emmanuel” (Mt 1, 23).” El acercamiento histórico a los acontecimientos de la Navidad no debería impedir la actitud creyente del sobrecogimiento. Hay verdades que sólo se pueden comprender de rodillas. 

La Virgen de la esperanza 

En el calendario hispano-mozárabe hoy es la fiesta principal en honor de Nuestra Señora. Da pudor acercarse a la intimidad de las relaciones entre José y María. El Evangelio llega a narrar el desconcierto del esposo de la Nazarena, a quien el ángel de Dios, en sueños, tuvo que aliviarle la zozobra: “José, no tengas miedo de tomar a María por esposa, porque el hijo que espera es obra del Espíritu Santo” (Mt 1, 20-21). 

Propuesta 

El embeleso, la admiración, el santo temor de Dios, el respeto, el amor, la ofrenda generosa y la contemplación son las actitudes que nos corresponden estos días inmediatos a la Nochebuena. Dispongamos el corazón a ocho días de la Navidad.

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