Son días de sentir y de expandir el buen olor de Cristo. 26 IV Jueves de Adviento
El ciamomo
26 IV Jueves Adviento: El cinamomo
“El Señor habló a Moisés: «Procúrate los perfumes más finos: de mirra virgen, seis kilogramos; de cinamomo, tres kilogramos; de caña aromática, tres kilogramos; de casia, seis kilogramos (según las pesas del Santuario), y de aceite de oliva, siete litros. Con ellos prepararás el óleo de la unción santa; harás una mezcla perfumada, como la prepara un perfumista, y servirá para la unción santa. Ungirás con él la Tienda del Encuentro y el Arca del Testimonio” (Ex 30, 22-26),
El cinamomo
Es un árbol que puede alcanzar los diez metros, y de él se extraen perfumes y el condimento más conocido, la canela, que se saca de su corteza. Es uno de los aromas con los que se debe perfumar la tienda del Testimonio. Para nosotros la tienda es sin duda el seno de María, la que acoge al Verbo hecho carne y le ofrece el mejor perfume. El poema del amor canta: “Eres huerto cerrado, | hermana mía, esposa; | manantial cerrado, fuente sellada. Es tu seno paraíso de granados, | con frutos exquisitos: | alheña con nardos, nardo y azafrán, | canela y cinamomo, | con los árboles de incienso, | mirra y áloe, | con los mejores ungüentos. ¡Fuente de los jardines, | manantial de aguas vivas, | que fluyen del Líbano!” (Ct 4, 12-15)
Dulces y perfumes
Al estar en vísperas de la Navidad, los dulces aderezados con canela pueden agradar al paladar, así el arroz con leche y los vinos adobados. Son días especiales en los que el aguinaldo y la cesta de Navidad se llenan de frutos típicos y de aromas especiales. Y resuena el poema que canta a la Sabiduría: “Crecí como palmera de Engadí, | como plantel de rosas de Jericó, | como gallardo olivo en la llanura, | como plátano crecí. Como cinamomo y aspálato di perfume, | como mirra exquisita derramé aroma, | como gálbano y ónice y estacte, | como nube de incienso en la Tienda. Como terebinto extendí mis ramas, | un ramaje de gloria y de gracia” (Eco 24, 14-16).
Propuesta
Son días de sentir y de expandir el buen olor de Cristo.