Reza: “Ahora, Señor, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador. 4 Oct. Mes del Rosario

4 Oct. Mes del Rosario
4 Oct. Mes del Rosario

Cuarto Misterio Gozoso: La presentación de Jesús en el templo

4 de octubre: La presentación de Jesús en el templo

Texto bíblico

Cuando se cumplieron los días de su purificación, según la ley de Moisés, lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor. Había entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo estaba con él. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. Y cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo acostumbrado según la ley. Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: a ti misma una espada te traspasará el alma. (Lc 2, 22-35) 

Comentario 

Al ver a los padres de Jesús cumplir con la ley, surge la contemplación de la humanidad del Hijo de María. Esta contemplación nos conmueve, ya que nuestra naturaleza humana, la misma que la del Hijo de María, el Verbo de Dios hecho carne, está llamada a la divinidad. "Dios hecho materia para que la materia sea Dios" (San Máximo el Confesor). "La gloria de Dios es que el hombre viva" (San Ireneo). “El Verbo se hizo hombre para que nosotros nos hagamos Dios" (San Atanasio de Alejandría).

Si no se tiene en cuenta la referencia a Jesús, uno puede caer en un exceso de autoestima o en el desprecio. Ambos extremos son injustos, dado que compartimos la misma carne que el Verbo. Desde esta perspectiva, es posible atreverse a ocupar el último lugar, superando la tendencia natural hacia la vanidad de ocupar posiciones preferentes, porque la verdadera identidad y afirmación no provienen del estar en el primer lugar, sino de reconocerse en el Hijo de María. 

Una interpretación de las palabras de Simeón me iluminó: no solo María sufrirá en su corazón, sino que, gracias a ella, se levantará la espada que cerraba la entrada al primer jardín.

 Propuesta 

Reza: “Ahora, Señor, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador. 

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